Hospital Garrahan: crónica de un paro arrancado con las fuerzas desde abajo

El 10 de abril de 2025 pasará a la historia como el día de un paro general avisado tímidamente por las centrales sindicales que no mostraron esfuerzo alguno en construirlo. En este marco, los trabajadores del Garrahan que desde 2024 vienen dando su propia lucha contra el ajuste y vaciamiento de la salud pública del gobierno de Milei, también dijeron basta.
Florencia Vargas
Salarios por debajo de la línea de pobreza, poliempleo que se suma a la lista de otras malas condiciones laborales, inflación que se vive en carne propia aunque nos quieran hacer creer lo contrario y un pueblo trabajador cada día más agotado. Esa bronca acumulada se expresó en una contundente adhesión a nivel nacional que da cuenta del despertar de la clase trabajadora y de su potencial cuando decide decir basta.
¿Por qué parar? O mejor dicho ¿por qué no?…
El Hospital Garrahan se caracteriza por brindar una atención a sus pacientes con los más elevados estándares de calidad profesional, con un equipo médico hiperespecializado que cumple horario extendido, lo cual se configura como una de varias causas de insalubridad en el marco de la precarización laboral, y en gran cantidad de casos dedicación exclusiva para poder sostener dicha demanda. Este modelo hospitalario público, gratuito y de calidad, único en el país y latinoamérica hoy se ve en peligro por las múltiples renuncias de profesionales que ven en otros sitios, principalmente en el sector privado, mejores condiciones laborales y salariales con las cuales mantener a sus familias y tratar de llevar adelante una mejor calidad de vida.
Esta fuga de cerebros aún no tiene reemplazo dada la política limitante a la creación de nuevos cargos. Esto también corre para las jubilaciones que en su gran mayoría aún no fueron reemplazadas por nuevo personal. Por otra parte resulta sumamente complejo encontrar profesionales con la capacitación apropiada para reemplazar a los formados en este centro que entre otras cosas destaca por su rol activo en docencia e investigación. Esto no es ajeno al vaciamiento y ataque a las universidades públicas o a la precarización laboral que impide a la juventud estudiar sin trabajar largas jornadas.
Sobran motivos y esto se notó en los pasillos del Hospital de niños de alta complejidad más grande del país se veían despoblados de la comunidad hospitalaria tanto en turno mañana, como en turno tarde y noche. Este acatamiento a la medida de fuerza gremial llamada desde arriba pero impulsada por el descontento desde las bases tiene total sentido en el contexto de una alarmante situación salarial y laboral del equipo de salud.
Los sueldos continúan estancados
Se otorgó un incremento miserable del 10% al valor hora de guardia para el sector profesional y adicional por Alta complejidad del 15% en el sueldo básico. Aunque insuficiente dichos aumentos no son percibidos por profesionales residentes ni becarios. Y claramente a pesar de los mismos, en un intento de acallar la lucha de los trabajadores, los salarios continúan en su mayoría por debajo de la canasta básica familiar.
El personal contratado no pasa a planta permanente. Sus contratos se renuevan cada 3 meses en una constante inestabilidad y precarización laboral. Esto da cuenta de la pérdida de una conquista histórica del pase a planta posterior al año.
El mismo día del paro desayunamos con la noticia del cierre de las RISAM del Hospital Bonaparte (Residencias Interdisciplinarias de Salud Mental) y el cierre de la residencia de Trabajo Social del Hospital Garrahan, profundizando el conflicto eterno del colectivo de residentes que respondió con la rápida conformación de asambleas, creación de documentos y distintos tipos de contenido en repudio a dichas medidas con el objetivo de romper el cerco mediático.
Un capítulo a parte para enfermería
El sector subsiste entre salarios de pobreza y cada año peores condiciones laborales expresadas en los recortes de horas extra, planteles reducidos, aprietes generalizados y el no reconocimiento de su carrera profesional.
Aproximadamente 200 trabajadores continúan en el tramo técnico en vez de pasar al tramo profesional acorde a su formación como licenciados lo cual se traduce en un incremento del salario.
En este contexto, los trabajadores, utilizando la medida de fuerza impulsada por UPCN, impusieron una fuerte participación y adhesión al paro tanto en distintas salas de internación como en los distintos sectores ambulatorios, con una gran aceptación, mostrando que esto no va más.
Los jefes encargados de supervisiones, coordinaciones y demás puestos de conducción recorrieron los sectores amenazando a los trabajadores que ejercieron su derecho a huelga, con la clásica y conocida excusa de la necesidad de mantener guardias mínimas, que las propias jefaturas deberían sostener si su real interés fuera la salud de las infancias y la salud pública.
Al día siguiente al paro UPCN firmó una paritaria de 1.3% para marzo, abril y mayo. El mismo día del anuncio, se dio a conocer una inflación del 3.7% y el gobierno anunció una nueva devaluación concretada este lunes con un plan poco claro que ni el propio gobierno aún puede explicar.
Lo que en 2024 inició como una lucha por aumento salarial concretando 10 paros en menos de 6 meses y logrando arrancar al Consejo Administrativo un parche momentáneo e insuficiente con un bono de 500 mil pesos, hoy en 2025 se vivencia una profundización de la crisis hospitalaria con un vaciamiento encubierto que pone en peligro la salud pública y la atención de miles de niños, niñas y adolescentes.
Este paro confirmó una vez más que la fuerza para frenar los distintos ataques a los derechos básicos de los trabajadores está en nosotros mismos. La respuesta es la lucha en unidad de enfermer@s, medic@s, tecnic@s, administrativ@s y en general de toda la comunidad hospitalaria.
El paro demuestra una vez más quienes hacemos funcionar las salas y sectores. Sin nosotros y la comunidad el Consejo de Administración, los funcionarios del gobierno y las burocracias sindicales no son nada, la enorme cantidad de procesos que sostienen la alta complejidad se paralizan. Ellos lo saben muy bien, por eso no desaprovechan ninguna oportunidad para intentar dividir nuestra fuerza. Esto nos convoca a mantener la unidad.
El contexto actual nos convoca a permanecer en la acción con un plan de lucha contundente que frene el vaciamiento criminal del hospital y el ataque directo a la salud de nuestros pacientes y sus familias.
Nos quisieron asustar con amenazas, pero más nos "asusta" ver caer la salud pública y las condiciones de vida de millones de familias. Por eso nos van a encontrar con ganas renovadas para seguir luchando para enfrentar el ajuste.
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