"Apoyo significativo": Morgan Stanley estimó de cuánto puede ser el préstamo de EE.UU. a Argentina

El anuncio de apoyo de Estados Unidos a la Argentina generó un cambio inmediato en la percepción de los mercados respecto al riesgo financiero del país. Según un informe de Morgan Stanley, la posibilidad de que el Tesoro norteamericano asista al Gobierno de Javier Milei con un préstamo -que la entidad estima podría alcanzar hasta u$s10.000 millones- disminuyó de manera significativa los temores de falta de liquidez y de incumplimiento de pagos en moneda extranjera para 2026.
El banco de inversión destacó que esta decisión marca una señal de confianza internacional hacia la administración argentina. "El anuncio de apoyo de Estados Unidos es significativo", señala el documento, y agrega que una línea de crédito vinculada a futuras inversiones estadounidenses luce más viable que otras alternativas, como compras directas de pesos argentinos o la apertura de líneas swap. Para Morgan Stanley, un anuncio creíble de este tipo "debería mejorar la liquidez de cara a 2026, el primer motor clave para los mercados".
Alivio para la deuda soberana e impacto en los mercados: la mirada de Morgan Stanley
Tras conocerse la noticia, los bonos soberanos y los seguros contra default (CDS) mostraron una mejora inmediata. Aun así, Morgan Stanley advirtió que los tramos de vencimiento a uno y dos años todavía tienen espacio para ajustarse si se concreta la asistencia norteamericana. En particular, los CDS a seis meses y un año ya cotizan con una prima de riesgo menor, mientras que la curva de dos a tres años se volvió más empinada, reflejando dudas sobre la continuidad de las políticas económicas después de las elecciones presidenciales de 2027.
El informe recordó que en 2026 el Gobierno argentino enfrenta vencimientos de deuda en moneda extranjera por u$s12.000 millones, mientras que las reservas internacionales apenas ascienden a u$s640 millones en el Banco Central. En ese marco, la entidad remarca que una inyección externa de u$s10.000 millones "ayudaría de manera significativa a cubrir los pagos de deuda en moneda extranjera de 2026 y estabilizaría las reservas internacionales en un escenario sin acceso a los mercados", aunque aclara que no alcanzaría para resolver los compromisos de los años siguientes.
La exposición de la deuda también quedó bajo la lupa. Morgan Stanley precisó que los bonos emitidos bajo ley extranjera tras la reestructuración de 2020 representan cerca del 68% de los compromisos en moneda dura y están en manos de inversores internacionales. Si bien en 2024 aumentó la tenencia local de títulos, brindando cierto soporte técnico a los precios, la dependencia de acreedores externos sigue siendo alta.
Relación con el FMI y organismos multilaterales
El análisis subraya además que, a partir de 2026, el flujo neto con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se tornará negativo. Los desembolsos del organismo caerán de u$s14.000 millones en 2025 a apenas u$s1.900 millones en 2026, mientras que la Argentina deberá afrontar pagos netos por u$s2.600 millones ese mismo año. En contraste, se prevé que los organismos multilaterales mantendrán un flujo positivo con nuevos desembolsos brutos de alrededor de u$s5.000 millones anuales desde 2026 en adelante.
Morgan Stanley advierte que la curva de riesgo se empinó de forma marcada entre los vencimientos de 2026 y 2027. Esto se explica porque las garantías oficiales se concentran en los pagos inmediatos, mientras que el panorama fiscal y la continuidad de las reformas tras las elecciones de 2027 siguen siendo inciertos. Así, mientras la probabilidad de default en 2026 se redujo de manera significativa, el riesgo a partir de 2027 permanece elevado.
Sobre las alternativas de respaldo, el banco estima que un préstamo a largo plazo es más factible que una compra directa de activos argentinos. Entre las opciones, se analiza la posibilidad de canalizar la asistencia a través de un vehículo de inversión asociado a un eventual fondo soberano latinoamericano o mediante la emisión de un nuevo bono diseñado especialmente para este esquema. La compra o garantía de bonos ya emitidos se considera más compleja, ya que los vencimientos de capital están repartidos en varias amortizaciones y no concentrados únicamente en 2026.
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