LOS CAMINOS DE BELGRANO

"Se han elevado entre los hombres dos clases muy distintas; la una dispone de los frutos de la tierra, la otra es llamada solamente a ayudar por su trabajo la reproducción anual de estos frutos y riquezas o a desplegar su industria para ofrecer a los propietarios comodidades y objetos de lujo en cambio de lo que les sobra. El imperio de la propiedad es el que reduce a la mayor parte de los hombres a lo más estrechamente necesario"
Manuel Belgrano, en "La Gaceta", del primero de setiembre de 1813
La investigación está dividida en cuatro partes. La primera es la presencia de Belgrano en el tercer milenio. Cuando la Argentina se caía a pedazos, casi sesenta mil personas se tomaron de la bandera como desesperado intento de asirse de algo, el primero y el último símbolo de un proyecto colectivo que quedaba en pie en el país de 2002. Después vendrían los bustos que se perdían en las aguas de la corrupción de Yacyretá; la construcción de la última escuela de aquellas cuatro que ordenó levantar hacia 1813; la comparación con Santucho que propuso un fotógrafo; la película protagonizada por Pablo Rago y su figura ganadora en elecciones llevadas adelante en escuelas santafesinas. Belgrano regresa en el tercer milenio.
En la segunda parte, aparece una cronología que intenta dar un vistazo general de los procesos de lucha por la independencia americana y la igualdad de sus pueblos quedando claro que son muy anteriores a los hechos de mayo de 1810.
La tercera parte es el corazón del obrar político de Belgrano, donde aquellas banderas se ponen de manifiesto a cada paso y terminan siendo el factor fundamental de su muerte en soledad y en la miseria.
Y la cuarta es el resultado de la crónica periodística del viaje hacia Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Buenos Aires, Jujuy, Salta y Tucumán, para apreciar el punto de vista desde el tercer milenio de la experiencia belgraniana y su contraste con la historia reciente. Allí aparecerán distintas formas de saqueo y también de esperanza. No es una biografía. Es un viaje desde el presente al pasado que también está abierto en los días que se viven. Hay que desnaturalizar la historia y los lugares donde ocurrieron hechos notables. Rescatar a Belgrano de tanto bronce anestesiador.
