Caputo redobla la apuesta: anunció que le prestarán dólares para cancelar deuda y que no devaluará

Tras una jornada en la que se disparó el riesgo país y el BCRA vendió u$s379 M, Caputo salió a desmentir cambios en su plan. Ahora, responde el mercado
Atodo o nada. Después de una de las peores jornadas financieras desde que la gestión Milei, el ministro Luis Toto Caputo anunció que no piensa atender ninguno de los consejos sobre abandonar el esquema de flotación cambiaria, dijo que el Banco Central venderá todos los dólares que le pidan, insistió en que la suba del riesgo país es culpa de la oposición y dijo que pagará todas las deudas sin inconvenientes.
Anunció, además, que está en plena negociación para obtener las divisas con las que saldar los vencimientos de enero y julio -sumados, son unos u$s8.700 millones-. Es decir, dejó en claro que no va a tomar reservas del BCRA sino que las conseguirá en el mercado o mediante una negociación con organismos o gobiernos.
Como acostumbra cada jueves, Caputo habló en el programa "Las tres anclas", emitido en el canal de streaming "Carajo", junto al inefable Gordo Dan y a la plana mayor del equipo económico, incluido Santiago Bausili. Pero nunca como esta vez había generado tanta expectativa ni había tenido tanta audiencia. Era lógico, después de un día en el que los bonos se desplomaron a valores de default, el Banco Central había vendido u$s379 millones en el techo de la banda y el mercado hirvió de versiones varias.
Caputo fue directo al grano: dijo que le parecía entendible que hubiera gente preocupada por la situación cambiaria, pero que no iba a seguir ninguno de los consejos que le dieron los economistas -no sólo los afines a la oposición sino también los ortodoxos- sobre la necesidad de un cambio urgente.
Todavía con 25 días hábiles por delante hasta la elección legislativa, todos habían hecho la cuenta de cuántas reservas habría que sacrificar para defender al tipo de cambio ante un mercado ya en zona de pánico. El número asusta: si se repitiera la situación de este jueves, el BCRA se desprendería de más de u$s9.400 millones.
Vamos las bandas
Pero Caputo, junto al ideólogo de la política monetaria, Federico Furiase, aclararon que eso no ocurrirá por el simple motivo de que continuará el "apretón monetario" de tal forma que no habrá pesos suficientes para sostener la demanda de dólares.
"Seguimos defendiendo la banda, no tendría sentido no hacerlo", enfatizó el ministro, quien volvió a argumentar lo mismo que en su célebre discurso de julio en el que dijo la frase "compra, campeón, no te la pierdas". Es decir, que el tipo de cambio no está atrasado en términos históricos.
Para ejemplificar, dijo que a precios de hoy, el dólar con el que Mauricio Macri salió del cepo en 2016 sería de $1.280. O sea, un dólar muy por debajo del actual, y con el agravante de que en aquel momento había un déficit fiscal de 6% del PBI y un déficit de cuenta corriente de 3% del PBI.
Furiase, por su parte, dijo que el techo de la banda es "creíble". No pareció el mejor día para tal afirmación, pero el funcionario sostuvo que la "munición de dólares" que tiene el Banco Central es de tal volumen que "te saca todos los pesos de la cancha".
Claro que Furiase sostiene la cifra de u$s22.000 millones como la munición con la cual responder a quienes quieran testear el techo de la banda. Es un número que está muy lejos de concitar unanimidad: más bien al contrario, la mayoría de los analistas estima que las reservas líquidas están en u$s20.000 millones, de las cuales sólo quedan netas u$s5.000 cuando se restan los encajes por depósitos bancarios y el fondo Sedesa.
Optimismo a contramano
Pero el equipo económico se fijó el objetivo de llevar calma al mercado, y decidió que la forma de hacerlo era dejar en claro que los pesos que ingresaran al Central cada vez que vende dólares no serían reinyectados en la economía. El razonamiento es que, con menor liquidez, será cada vez más difícil para el mercado presionar sobre el tipo de cambio.
También esa afirmación es puesta en duda en el mercado, porque Furiase, al hablar de la liquidez, cuenta la base monetaria sin considerar los depósitos bancarios en plazo fijo. Otros economistas afirman que debe considerarse el agregado M3, que es más amplio, y que ha crecido 56% en los últimos 12 meses.
En definitiva, quienes manifestaron sus temores sobre la sostenibilidad del esquema no deben haber despejado su inquietud. Y, aun si se tomara sin objeciones el argumento de Furiase, lo que no se explicitó es que una consecuencia inexorable de ese apretón monetario será una suba en las tasas de interés.
Es decir, todo lo contrario a lo que el sector empresarial viene reclamando. Lo cierto es que el optimismo transmitido por Caputo y compañía resultó contrastante con los últimos indicadores, tales como la caída de la actividad registrada en el EMAE o como el desplome del índice Líder de la Universidad Di Tella, que adelanta, con un 98,6% de probabilidades, que la economía entrará en recesión en el corto plazo.
Toto, en su afán de levantar los ánimos, mostró datos de agosto que, a esta altura, ya son poco relevantes: el superávit comercial de agosto -que difícilmente se sostenga por la merma estacional del aporte agrícola en el último semestre- y el superávit fiscal de agosto. Sobre ese punto son cada vez más los economistas que cuestionan el dato del resultado financiero, por la contabilidad oficial que no incluye los intereses capitalizables de las Lecaps.
¿Un mensaje de calma para los inversores?
El dato más llamativo del streaming de Caputo fue que se está negociando la consecución de los dólares con los que saldar los vencimientos más pesados del año próximo: enero y julio, cada uno con vencimientos por encima de u$s4.300 millones.
El ministro dijo que entendía el nerviosismo de los bonistas, que se preguntan cómo van a cobrar si el Tesoro casi no tiene dólares y el BCRA los está gastando en defender el techo de la banda.
Por eso planteó que la turbulencia actual -a la que calificó como el resultado de la ofensiva opositora en el Congreso- ya estaba previsto. Y que por eso, desde hace tres meses, se negocia el ingreso de divisas que permita garantizar de antemano el pago.
El mensaje tenía el objetivo de calmar al mercado al confirmar las versiones de negociaciones. Pero, por otro lado, también reconoce tácitamente que, al día de hoy, no están los dólares para pagar. Los inversores notaron la diferencia con lo que ocurría hace un año, cuando ya se había depositado en una cuenta del BCRA en Nueva York los dólares para los vencimientos del año siguiente.
De manera que el anuncio de Toto se parece mucho a tirar una moneda: si el mercado lo toma como una noticia positiva, entonces debería descomprimir el riesgo país y los bonos deberían subir su precio, hoy deprimido debajo de 50% del valor nominal. Pero si los inversores ven el "vaso medio vacío" y ponen en duda que los dólares aparezcan, entonces la desconfianza se puede manifestar de manera más violenta.
Caputo no dio detalles sobre de dónde saldrán los dólares ni, mucho menos, cuánto costará. Se considera poco probable que haya crédito privado como el de los préstamos "repo" -que ponen bonos como garantía-, como se había hecho a inicios de año para conseguir u$s3.000 millones. En aquel momento, con un índice de riesgo país que era la mitad del actual, Caputo debió pagar una tasa de más de 8%.
Con un riesgo país de 1.300 puntos, resulta todavía menos probable es que pueda repetir la emisión de bonos que se suscriben con dólares y se pagan en pesos.
Por eso, la otra versión que circuló con insistencia es que la mano dolarizadora sea la de Scott Bessent, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, quien podría dar una línea de crédito o un mecanismo de swap para oxigenar la situación.
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