Dólar: por qué ahora algunos operadores de la City sugieren desarmar parte del carry trade

Mayo, históricamente uno de los meses más favorables para la acumulación de reservas por estacionalidad del agro, terminó con un dato disparador: el Banco Central (BCRA) no compró ni un solo dólar en el mercado de cambios.
En paralelo, el tipo de cambio oficial ni siquiera se aproximó al piso de la banda cambiaria, una señal que encendió ciertas alarmas entre operadores de la City, sobre todo para aquellos que llevan estrategias de carry trade.
El nuevo esquema de flotación administrada, con bandas móviles entre $1.000 y $1.400 (ajustables al 1% mensual), debutó en abril como parte de la Fase 3 del programa económico, bajo el paraguas de un nuevo acuerdo con el FMI por u$s20.000 millones.
El régimen establece que el BCRA solo puede intervenir si el tipo de cambio toca alguno de los extremos, algo que no ocurrió. Pero ahora, lo que parecía un signo de fortaleza y estabilidad comienza a verse como un signo de debilidad.
Dólar: ¿cuántas reservas debe acumular el Banco Central para cumplir con el FMI?
Según Portfolio Personal Inversiones (PPI), el BCRA necesita acumular u$s5.942 millones adicionales respecto del stock actual de reservas netas internacionales (RIN) para alcanzar la meta pactada con el FMI. Entre pagos a organismos, REPOs que no computan y desembolsos ya realizados, aún faltan u$s4.990 millones por conseguir antes del 13 de junio.

Esta necesidad se produce en paralelo a una licitación clave lanzada por el Gobierno: el BONTE 2030, un bono en pesos a tasa fija con opción de rescate anticipado ("put") para inversores extranjeros, que permitió captar los u$s1.000 millones que buscaban.
Sin embargo, la tasa exigida por el mercado fue más alta de lo esperado, lo que terminó impactando negativamente en los precios de los bonos globales y en la percepción del riesgo argentino.
Pese a ello, la operación dejó una señal: con condiciones atractivas, aún existe apetito por riesgo local.
En ese contexto, bonos como el AL30 y el GD30 —que siguen en la mira de los fondos internacionales ante la cercanía de sus fechas de corte de cupón, el 10 de julio— podrían recuperar tracción si el Ejecutivo logra alinear las expectativas.
El mercado sugiere ajustar: menos carry trade y más cobertura
Aun así, con este nuevo panorama, algunos operadores en la plaza local comenzaron a recomendar reducir la exposición al carry trade, estrategia que venía rindiendo con fuerza gracias a las tasas en pesos y la estabilidad cambiaria. La falta de intervención del Central, combinada con la ausencia de compras netas y una brecha que permanece contenida, indica que la próxima etapa podría venir con más tensión (y riesgo).
"El hecho de que el dólar oficial no haya tocado el piso de la banda en todo mayo es una señal contundente", señalan en una mesa porteña. "Eso quiere decir que el mercado no está demandando divisas ni siquiera en plena liquidación gruesa, lo que genera dudas sobre el comportamiento en los próximos meses, cuando el flujo exportador empiece a aflojar."
Y es que, dentro del universo de bonos, las LECAPs de muy corto plazo (S18J5 y S30J5) siguen captando algo de interés por su TIR de hasta 30%, pero el mercado empieza a "pricear" que las tasas reales podrían comenzar a caer, generando una suba del dólar y licuación (o pérdida) de los rendimientos del carry.
En palabras de First Capital: "Para inversores que deseen posicionarse en instrumentos de tasa fija en pesos, consideramos razonable enfocarse únicamente en el tramo corto de la curva, al menos hasta contar con mayor certeza sobre el panorama macroeconómico. Recomendamos evitar el tramo largo de la curva de tasa fija".
Así, mientras el Gobierno apuesta a captar dólares financieros vía deuda para cerrar la meta con el FMI, la caja del BCRA sigue sin engrosarse por el canal comercial. Y con junio ya en marcha, la presión no solo recae sobre la licitación del BONTE, sino también sobre la credibilidad del esquema de flotación administrada.
¿Qué sigue?
Tal como señalan desde Aurum, la emisión de este bono deja —indirectamente— 3 señales contundentes al mercado:
- "El Tesoro entiende en este contexto que comprar dólar a $1.148 es conveniente para acumular reservas (¿vimos un piso del dólar?)"
- "Dejar demanda insatisfecha en el mercado local de títulos en pesos debería inducir baja de tasas de interés en pesos"
- "Busca ampliar el horizonte de vencimientos de la deuda en pesos"
El primer punto resulta central para las estrategias de carry trade: si el Gobierno comienza a implementar medidas para recomponer reservas, mantener posiciones en instrumentos en pesos con la expectativa de diferir la compra de dólares implica asumir un riesgo creciente en relación con el rendimiento que podría obtenerse.
Mientras tanto, el mercado ajusta posiciones. Y lo hace con un ojo puesto en la curva de pesos y el otro en el tablero cambiario. Porque si el Central no compra ahora, ¿cuándo lo haría?
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