El agro promete casi u$s33.000 millones en exportaciones, pero advierte por la presión fiscal

La Bolsa de Cereales proyecta 142,6 millones de toneladas y un aporte de u$s43.200 millones en valor agregado. Maíz y girasol marcarían récords, pero la soja vuelve a caer.
La campaña agrícola 2025/26 arranca con perspectivas positivas en producción y aportes a la macroeconomía, pero también con un reclamo cada vez más enfático del sector: la necesidad de reglas de juego claras y menor presión impositiva para liberar todo su potencial. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires presentó su Outlook de la campaña gruesa, con proyecciones que anticipan una producción total de 142,6 millones de toneladas, lo que implica un crecimiento del 8,9% interanual.
El presidente de la institución, Ricardo Marra, volvió a poner el eje en el impacto de los tributos sobre la competitividad. "Los impuestos distorsivos sobre la producción deben ser eliminados", señaló. Reconoció avances macroeconómicos, como la unificación del tipo de cambio, la apertura de exportaciones y la reducción de la inflación, pero advirtió que aún faltan políticas permanentes y previsibles para atraer inversiones de largo plazo.
Más divisas y más recaudación
El agro seguirá siendo un engranaje clave en la generación de divisas. De acuerdo con el reporte, las exportaciones derivadas de la campaña gruesa 2025/26 treparían a u$s32.938 millones, lo que supone un incremento del 3,3% interanual y una inyección fundamental para la balanza comercial.
Al mismo tiempo, la recaudación fiscal consolidada alcanzaría los u$s 2.905 millones, con un crecimiento del 6,5%, mientras que el valor agregado generado por las cadenas del agro superaría los u$s43.200 millones, un 1,5% más que el ciclo previo.
Los números confirman que el campo no solo es motor de divisas, sino también una fuente relevante de recursos fiscales. Pero esa doble contribución convive con la tensión que el propio sector denuncia: la carga impositiva sobre la producción agrícola sigue siendo percibida como un obstáculo para ampliar la frontera productiva.
En lo agronómico, el maíz será el gran protagonista de la campaña. Se proyecta una cosecha de 58 millones de toneladas, un salto de 18,4% respecto de la anterior, apalancado por un mayor uso de tecnología y un incremento cercano al 10% en el área sembrada. El girasol también marcaría cifras récord, con 5,8 millones de toneladas (+16%), tras expandir más de 20% la superficie destinada.
En contraposición, la soja vuelve a perder terreno: se estima una producción de 48,5 millones de toneladas, lo que implica una caída del 3,6% interanual, en línea con la retracción de la superficie sembrada (-4,3%). La Bolsa advirtió que, pese a un escenario climático neutral y reservas hídricas favorables, el resultado final dependerá de lluvias y temperaturas en momentos críticos.
El sorgo, por su parte, se ubicaría en 3 millones de toneladas, con una leve baja de 3,2% respecto del ciclo previo.
El desafío: del potencial al crecimiento sostenido
Más allá de las cifras alentadoras, el mensaje de la Bolsa fue claro: el potencial de la Argentina es aún mayor. El economista jefe de la entidad, Ramiro Costa, subrayó que con mayor adopción tecnológica y un esquema fiscal más competitivo, la producción podría escalar a 155 millones de toneladas.
"Con políticas estables y previsibles, el agro puede consolidar un salto productivo sostenido que no solo beneficie al sector, sino a toda la economía argentina", remarcó Costa.
En definitiva, la campaña gruesa 2025/26 promete más dólares, más impuestos y más valor agregado. Pero mientras los tributos sigan pesando sobre el corazón de la producción, el campo continuará recordando que su aporte a la economía nacional podría ser aún más decisivo.
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