El ajuste a jubilados, universidades, salud, educación y discapacitados va al bolsillo de La Rural

Por Mario Hernandez
Al inaugurar la 137º Exposición Rural, Javier Milei, al tiempo que afirmaba "no hay de todo para todos", resolvió que hay para la patronal agroindustrial por la vía de la reducción de las retenciones a las exportaciones del sector en forma permanente, buscando que el flujo de dólares por las exportaciones no se detenga en los próximos meses (los productores mantenían en silobolsas más del 45% de la cosecha de soja y maíz de la campaña 2024) y, por otro lado, ganar la voluntad política de los habitantes del interior de la provincia de Buenos Aires en la próxima elección de setiembre.
Junio, último mes de vigencia de las retenciones más bajas, sumó declaraciones juradas de exportación por U$S 8.000 millones. En las dos primeras semanas de julio apenas U$S 400 millones. Ese era el escenario que enfrentaba el gobierno para el segundo semestre, abriendo la posibilidad a una escalada del dólar y su impacto en los precios en medio de la campaña electoral bonaerense y nacional.
Luis Caputo calculó en U$S 700 millones el costo fiscal, pero si se exportara el grano retenido en su totalidad esa cifra ascendería a U$S 1.000 millones.
Las reducciones son las siguientes:
-Soja: baja del 33% al 26%
Subproductos de la soja: del 31% al 24,5%
Carne aviar y vacuna: del 6,75% al 5%
Maís: del 12% al 9,5%
Sorgo: del 12% al 9,5%
Girasol: del 7% y 5% al 5,5% y 4%, respectivamente
Claudio Lozano, titular del Instituto del Pensamiento y Políticas Públicas (Ipypp) y ex director del Banco Nación, destacó que Milei "define prioridades": de un lado desfinancia la Universidad pública, la educación y la salud de los jubilados y, en simultáneo, "decide bajar las retenciones con un impacto fiscal negativo para el conjunto del presupuesto público" para "privilegiar con mayores recursos al puñado de familias que viven de la renta de la tierra y que no son otra cosa que el sector más parasitarios de todos de la sociedad argentina".
Nuevo fracaso de Caputo: sólo renovó el 61% de los bonos y ofreciendo tasas altísimas
Por Matías Hof
La licitación de este miércoles volvió a encender alarmas, el Gobierno debió pagar $5,7 billones que no consiguió refinanciar. El capital especulador no confía en el plan económico del Gobierno que profundiza el modelo de deuda cara y ajuste permanente.
Este miércoles, el Ministerio de Economía enfrentó una nueva prueba con la licitación de deuda en pesos, y el resultado volvió a encender todas las alarmas: Luis Caputo sólo consiguió renovar el 61% de los vencimientos, dejando liberados más de $5,7 billones que ahora pueden presionar sobre el dólar. Ni siquiera la estrategia de convalidar tasas altísimas –algunas cercanas o superiores al 70% anual– alcanzó para convencer al capital financiero, evidenciando la desconfianza en el programa económico del gobierno de Milei. La bicicleta financiera sigue girando, pero cada vez con menos impulso.
Esta vez el Tesoro se encontró con vencimientos por $14,8 billones y sólo logró colocar $9,1 billones en la licitación, quedando un 39% sin renovar. Los números son contundentes: el Gobierno ofreció Lecap y Boncap a tasas que triplican la inflación esperada –por ejemplo, la Lecap al 12 de septiembre pagó 4,48% mensual (69,20% anual) y la que vence a fines de septiembre, 4,20% mensual (63,78% anual). Incluso la más corta, a 15 días, cerró con una tasa de 4,28% mensual (65,33% anual), el triple de la inflación proyectada para el período. El mensaje es claro: quien apueste a estos papeles del Tesoro tiene garantizada una renta sideral, si la compara con lo que ofrecen otros instrumentos del mercado.
Sin embargo el capital financiero volvió a mirar al Gobierno de reojo. Para los bancos y fondos de inversión, la desconfianza se mide en tasas: el "premio" que exigen para quedarse en pesos crece cada vez que perciben riesgos. Y los riesgos, a la vista, se multiplican.
¿Qué hay detrás de este fracaso para renovar la deuda? Por un lado, una estructura que repite los peores vicios del modelo financiero argentino: deuda que se paga con más deuda, pero ahora, a precios mucho más caros para el Estado y la sociedad. En julio, para frenar una corrida hacia el dólar tras el desarme de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI), la receta fue convalidar "super tasas" en las Lecap, incluso por encima de lo que paga el mercado secundario. En menos de dos semanas, la tasa de referencia saltó del 29% al 65% anual. Un jugoso negocio para los especuladores.
El objetivo oficial es claro: absorber la mayor cantidad de pesos posible para evitar que se vayan al dólar y sostener la "paz cambiaria" por la que Milei y Caputo se desviven. Pero el costo de esta política es brutal. No sólo porque implica transferir recursos públicos –billones de pesos– a los grandes bancos y fondos de inversión, sino porque el encarecimiento del crédito golpea de lleno al consumo, la inversión y el día a día de miles de pymes y familias. Las tasas de interés en estos niveles son directamente recesivas y terminan asfixiando a la economía real.
El fantasma del dólar y la bola de nieve
La pregunta que todos se hacen es hacia dónde irán esos $5,7 billones que no se renovaron. La respuesta más temida: a presionar el precio del dólar. Ya pasó en julio, cuando el desarme de las LEFI liberó más de $10 billones y buena parte terminó alimentando la demanda de divisas, forzando al BCRA a intervenir en el mercado de futuros para intentar contener el salto. El riesgo de que la historia se repita es alto, sobre todo en un escenario de creciente incertidumbre política y económica.
El capital financiero no se caracteriza precisamente por su sensibilidad social: invierte donde ve negocio y se retira en cuanto huele problemas. Hoy, el "mercado" desconfía del plan Milei-Caputo por la falta de reservas en el BCRA y la debilidad política del Gobierno. Aunque desde el oficialismo afirmen que "esta vez es diferente" el atraso cambiario, combinado con ajuste fiscal permanente, endeudamiento creciente, y un Estado abocado a garantizar la renta financiera ya lo hemos visto repetidas veces en la historia Argentina. Incluso con el FMI habiendo desembolsando US$ 14.000 millones, la escasez de dólares persiste y el déficit en cuenta corriente es cada vez más preocupante.
El gobierno de Milei está profundizando la estafa de la deuda. Se repite el libreto de los '90 y de la crisis del 2001, pero ahora con nuevos actores y viejos conocidos –Caputo, Sturzenegger– que ya demostraron para quiénes gobiernan. Las Lecap y los bonos a tasas de usura son un premio para los especuladores y una bomba de tiempo para las grandes mayorías. La deuda que se paga una y otra vez, pero que nunca se termina, porque sólo sirve para alimentar la fuga de capitales y los negocios del capital concentrado.
Mientras tanto, el ajuste sigue su ruta: recortes en jubilaciones, salud, fondos para personas con discapacidad y salarios estatales. El "equilibrio fiscal" sólo es para los de abajo. Para las grandes patronales, hay baja de retenciones, reducción de impuestos y toda la cancha libre para mover sus millones sin control. El discurso de Milei de que "no hay plata" se cae a pedazos cuando se mira el gasto en intereses y servicios de la deuda.
Sube la inflación de julio a 1,9% y acumula 17,3% en el año
Este miércoles el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos publicó el índice de precios (IPC) correspondiente a julio, confirmando una suba mensual a 1,9%. La inflación se acelera y marca el tercer mes consecutivo en ascenso. La suba de la inflación de CABA que para el mismo mes fue de 2,5 % ya adelantaba esta tendencia.
De esta forma, el nivel general de precios acumula en el año una variación de 17,3 %, mientras que en comparación interanual la suba es de 36,6%. A nivel de las categorías, los precios Estacionales fueron los de mayor suba (+4,1%), seguidos por los precios Regulados (+2,3%), mientras la inflación núcleo (+1,5%) se ubicó por debajo del nivel general.
Aunque el gobierno festeja el dato, se espera que la suba del dólar en julio (14 %) se traslade en parte a precios en agosto, mes en el que comenzaron las remarcaciones en productos de primera necesidad con subas de entre 3 % y 9 %.
El rubro con mayor incremento fue el de "Recreación y cultura" (+4,8 %) que se da en temporada de vacaciones de invierno. Seguido por "Transporte" y "Restaurantes y Hoteles" (+2,8 %), "Comunicación" (+2,3 %). Las subas de las tarifas de transporte público, junto a la desregulación de los precios en las telecomunicaciones explican estas subas. Dentro del rubro "Bienes y Servicios" (+2,1 %), los servicios se siguen ubicando por encima del nivel general, con un 3,1%, mientras el aumento en bienes fue de 1,4%.
Mientas los "Alimentos y bebidas no alcohólicas" (1,9%) "son el rubro con mayor incidencia por aumentos en Verduras, tubérculos y legumbres, Carnes y derivados y Pan y cereales en las regiones GBA, Pampeana, Noreste, Noroeste y Cuyo. En cambio, en Patagonia la mayor incidencia se registró en Transporte (2,8%)", sostiene el informe.
En redes sociales Caputo salió a defender los datos de inflación de julio, marcando que se trata de niveles históricamente bajos. Pero lo que no dice el ministro es que se trata de una foto de un mes atrás, en agosto el impacto en precios de la suba del dólar -conocido como "pass trought"- ya llegó. A pesar de las maniobras del equipo económico para contener desviar la demanda de dólares, que incluyeron disparar las tasas de interés, en julio el dólar subió un 14 %.
Estas medidas contractivas encarecen el crédito. Para las mayorías populares no hay nada que festejar, llegar a fin de mes es imposible. El endeudamiento de los hogares es un síntoma de esta situación, a pesar de trabajar más horas los ingresos no logran cubrir los consumos mínimos. El 50% de las compras en supermercados se hacen con tarjeta de crédito. Ante esta pulverización de salarios y jubilaciones, un aumento de emergencia es una medida necesaria, junto a una actualización mensual en base a la inflación.
A pesar del rescate del FMI con un nuevo desembolso y la flexibilización de las metas, las dudas sobre la sostenibilidad del modelo económico de dólar atrasado para contener precios, se mantiene. Este miércoles el gobierno renovó sólo el 70 % los vencimientos, quedando cerca de 6 billones de pesos que podrían sumar presión sobre el dólar. Milei y Caputo no logran acumular reservas, y con la liberación del cepo en tres meses ya se fugó el 66 % de los desembolsos del FMI. Este esquema de endeudamiento y fuga, solo implica profundizar el saqueo y la decadencia, por eso hay te romper el acuerdo con el Fondo.
46% de las compras de alimentos en supermercados se realizaron con tarjeta de crédito.
Un informe del Centro de Economía Política Argentina (Cepa) reveló que el 46% de las compras de alimentos en supermercados se realizaron con tarjeta de crédito, marcando un hito en los patrones de consumo de los argentinos.
En el marco de un debate sobre el impacto del aumento del dólar en los precios, el analista económico del Cepa, Martín Epstein, afirmó: «Por primera vez la comida se compra con tarjeta de crédito y representa el 46% del total en los supermercados».
El Presidente de la Nación había sostenido que la suba del dólar no afectaría los precios de los alimentos, pero Epstein refutó esta idea.
«No es lo que dicen tampoco las consultoras que trabajan en el día a día de aumentos de precios. Sí, ya hay varias consultoras que relevan un aumento de precios muy significativo, sobre todo en alimentos en la primera semana de agosto», expresó.
Según el analista, los comercios registraron incrementos de precios de entre el 3,5% y el 9%, dependiendo del rubro. Señaló que, a pesar de los esfuerzos del gobierno por reducir la inflación, «en principio no está ocurriendo».
Indicó que la inflación se estabilizó entre el 1,5% y el 2% mensual, un nivel más bajo que en el pasado, pero aún relevante.
Además, citó al economista Orlando Ferreres, quien proyectó que la inflación de agosto podría superar el 2,5% y alcanzar hasta el 3,5%.
El economista destacó la importancia del control del tipo de cambio para contener la inflación.
«Esto está sobre todo atado al tipo de cambio. Es algo que históricamente en Argentina ha influido sobre precios y, en la medida en que el gobierno pueda controlar la presión sobre el tipo de cambio, va a tener más éxito en mantener la inflación a raya. En la medida en que no lo pueda hacer y el dólar se le vaya para arriba, esto va a tener efecto sobre los precios», aseguró Epstein.
Comenzaron a enviar listas con hasta 8% de aumento por suba del dólar
Lo mismo ocurre con artículos de limpieza, higiene y tocador. Unilever, Mondelez y SC Jhonson entre las grandes concentradas que ya anunciaron las subas a los supermercados. Los incrementos se reflejarán en góndolas desde la semana que viene.
En una reacción a la disparada del dólar de la última semana, que lo llevó a niveles cercanos a los $1.400, las compañías de alimentos, bebidas y artículos de limpieza, higiene y tocador empezaron a enviar listas de precios a los supermercados con suban que llegan hasta el 8%.
En julio, el dólar acumuló una suba del 13% frente al peso. Esto hizo que el Banco Central saliera a secar la plaza de pesos mediante una suba de los encajes que las entidades deben tener.
Se espera que desde la semana próxima las remarcaciones se noten en las góndolas, justo en el momento en que se produce un alza de compras, porque mucha gente ya cobró el sueldo de julio.
Las que agarraron la maquinita
Entre esas compañías, se habla de subas de precios en Unilever (Hellmann's, Knorr, Dove, Axe, Lux, Comfort y Lifebuoy), Mondelez (Terrabusi, Oreo, Milka, Tita, Rhodesia, Beldent, Tang y Clight) y SC Johnson (OFF!, Fuyi, Raid, Glade, Lysoform, Mr. Músculo y Blem), según fuentes del sector supermercadista y mayorista.
Se espera que en las próximas horas se inicie una negociación para tratar de que los ajustes "estén más cerca del 5% que del 10%", dijo una fuente del sector supermercadista.
El gobierno intenta atenuar cualquier ajuste de precios, sobre todo ante la proximidad de las elecciones legislativas de octubre próximo.
Una compañía alimenticia de primera línea acercó incluso a los supermercados una lista de precios con subas que van del 4% al 8%.
La construcción cayó 29% desde noviembre y perdió 56.500 empleos, sin contar el trabajo informal
A pesar de un leve repunte del 0,9% en junio, el sector de la construcción sigue mostrando un desplome acumulado del 29% respecto a noviembre de 2023, cuando el Gobierno suspendió la obra pública para alcanzar el superávit fiscal. Según datos del Indec, la medida no solo frenó la actividad, sino que también destruyó 56.457 puestos de trabajo registrados en solo siete meses, con un impacto aún mayor si se considerara la informalidad, muy extendida en el rubro pero muy difícil de estimar.
La paralización de proyectos estatales afectó directamente el mantenimiento de rutas, la construcción de viviendas, hospitales y escuelas, generando un deterioro en la infraestructura y el bienestar social. Pese a esto, la administración nacional mantiene su política de ajuste, sin señales de reactivación para el sector.
En términos interanuales, la actividad mostró un aumento del 13,9% en junio, pero los analistas advierten que esta mejora se explica por la baja base de comparación de 2024. La comparación con noviembre de 2023, en cambio, refleja una caída del 29%, confirmando la gravedad de la crisis.
El empleo registrado también sigue en picada: en mayo de 2025, el sector empleaba a 388.703 trabajadores, un 15% menos que en noviembre pasado (457.590). La situación es aún más crítica si se tiene en cuenta que, en la construcción, el trabajo no registrado representa una porción significativa de la mano de obra.
En el ámbito privado, los permisos de edificación mostraron una mejora interanual del 7,5% en mayo, pero cayeron un 17% frente a noviembre de 2023. Esto refleja una menor inversión en nuevos proyectos, con una superficie autorizada que pasó de 1.656.596 m² a 1.373.198 m².
La crisis también se traslada a la industria de insumos: excepto el asfalto (que creció 39%), todos los materiales registraron fuertes caídas en ventas. Los más afectados fueron los artículos sanitarios de cerámica (-44%), ladrillos huecos (-42%) y yeso (-40%), seguidos por pisos cerámicos (-34%), placas de yeso (-30%), pinturas (-29%) y acero para construcción (-30%). El panorama confirma que, sin un cambio de rumbo, la construcción seguirá arrastrando una profunda recesión.
Celulosa, la principal fabricante de papel , paralizó dos plantas y adeuda US$130 millones
La empresa informó a la CNV que paralizó sus fábricas ubicadas en la Provincia de Buenos Aires (Zárate) y en Santa Fe (Capitán Bermúdez) donde solo se realizan "tareas de mantenimiento menor, con el personal propio que no ha tomado vacaciones". "Esta situación obedece al marcado deterioro del capital de trabajo, como consecuencia del complejo contexto que atraviesa la empresa", informaron.
Celulosa Argentina, una compañía de más de 100 años que es la mayor fabricante de papel de la Argentina, oficializó este jueves ante la Comisión Nacional de Valores que debió paralizar dos plantas de producción, ante la crisis que la viene afectando, y que ya empezó a impactar sobre los pagos de salarios, es decir, el "capital de trabajo". De Acindar a la fábrica de Adidas y Nike: crecen los despidos y suspensiones en distintos puntos del país.
La empresa informó a la CNV que paralizó sus fábricas ubicadas en la Provincia de Buenos Aires (Zárate) y en Santa Fe (Capitán Bermúdez), y que tiene un deuda cercana a los US$130 millones.
Ante ese escenario, Celulosa busca un "socio o inversor" que ingrese al negocio y aporte capital.
Celulosa Argentina S.A. es una empresa argentina integrada desde el desarrollo forestal hasta la fabricación, comercialización y distribución de productos de alto valor agregado, explica la compañía en su web.
La empresa dijo que en estas plantas solo se realizan "tareas de mantenimiento menor, con el personal propio que no ha tomado vacaciones".
"Esta situación obedece al marcado deterioro del capital de trabajo, como consecuencia del complejo contexto que atraviesa la empresa", indicó.
Celulosa viene comunicando desde principios de abril las complicaciones que atraviesa.
La compañía está en la búsqueda de nuevos socios o inversores que permitan la recomposición de su capital de trabajo, viabilizando su continuidad operativa.
La empresa está controlada por Tapebicuá Investment Company, grupo integrado por los empresarios José Urtubey, Juan Collado y Douglas Albrecht. Urtubey es hermano del exgobernador salteño Juan Manuel Urtubey, y ocupó un alto cargo en la UIA hasta hace unos años.
Como antecedente, Celulosa ya había cerrado su aserradero San Charbel en Garruchos, Corrientes, en septiembre de 2024, con despidos incluidos.
Anteriormente, la empresa había anunciado que no podría hacer frente al pago de títulos de deuda, entre otras obligaciones. Alegó que su capacidad de generación de caja se deterioró por un conjunto de factores que incluyen una caída en el nivel de ventas superior a 30% en el mercado doméstico y un incremento en los costos fijos medidos en dólares.
En mayo, cayó en default y en junio, presentó una propuesta para reestructurar sus deudas con los acreedores, que todavía no logró cerrar. El plan incluye la postergación de pagos de capital por dos años, intereses de 3% en dólares y 5% en pesos, y la subordinación del cobro de US$ 21 millones por parte del accionista mayoritario.
También contempla, si no hay acuerdo, avanzar con un Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE) judicializado. En julio, Celulosa fue demandada por quiebra por uno de sus principales acreedores.
El declive se aceleró en abril, cuando contrató a VALO Columbus para diseñar un plan de reestructuración. Entre abril y junio, acumuló compromisos financieros por US$ 25 millones, con más de 56% de su deuda en el corto plazo y balances en rojo.
Reportó una pérdida de $ 38.769 millones, según su balance cerrado a febrero.
Ledesma, Mastellone y Molinos cerraron balances negativos
Por Rodrigo Núñez
Los balances de algunas de las principales empresas alimenticias del país arrojaron que los márgenes operativos fueron negativos. Fuerte contracción de ventas producto de la crisis económica.
El desplome de ventas registrada en el consumo masivo generó que los balances presentados por las principales empresas alimenticias hayan arrojado resultados profundamente negativos. Las firmas Ledesma, Mastellone y Molinos sufrieron pérdidas significativas en los últimos meses.
La caída en las ventas derivó en una caída pronunciada en el cociente entre ganancias -previo a la aplicación de impuestos y amortizaciones- y ventas. De esta manera, las principales compañías de consumo masivo no solo venden menos que antes, sino que además comprimieron sus márgenes de rentabilidad.
Se agrava la crisis en Mastellone
Tras un 2024 con utilidades elevadas por el efecto de las diferencias de cambio, la principal empresa láctea de Argentina, Mastellone Hnos., volvió al rojo: entre enero y junio de este año registró una pérdida neta de $ 869 millones, contra una ganancia de $ 77.887 millones en igual período del año anterior.
En su reseña, la compañía sentenció: "El consumo masivo mostró un comportamiento dispar. Mientras otros sectores crecieron con fuerza, nuestro mercado avanza más lentamente por el lento recupero del poder adquisitivo de la clase media y baja". La contracción de la demanda representada en los consumidores, sumado a menores ingresos extraordinarios por diferencias cambiarias y a una suba en los costos financieros, explica el giro drástico en el resultado.
Para fines de junio, los activos totales de la firma sumaban $ 855.347 millones y el patrimonio neto $ 343.202 millones. El ratio de liquidez descendió a 1,10 desde 1,80 un año atrás, mientras que el flujo de efectivo operativo disminuyó a $ 24.704 millones desde los $ 92.897 millones en 2024, en gran parte por mayores necesidades de capital de trabajo.
La firma apuntó que una de sus Obligaciones Negociables por U$S 110,9 millones pasó a pasivo corriente, pero que "existe una probabilidad razonable de efectuar la refinanciación o cancelación" en 2026 a través del acceso a líneas bancarias y al mercado de capitales.
Molinos, 20.000 millones abajo
La alimenticia del grupo Pérez Companc tuvo una caída de 19,7% en ingresos reales y no logró recuperar rentabilidad. Molinos Rio de la Plata, una de las principales empresas alimenticias de la Argentina, también la tuvo complicada: entre enero y junio de 2025 acumuló una pérdida neta de $ 19.485 millones, de acuerdo al último balance presentado ante la Comisión Nacional de Valores. El mal balance respondió al fuerte desfasaje entre costos e ingresos, en un contexto de alta inflación y caída del consumo interno. La compañía remarcó que «con costos de venta unitarios aumentando nominalmente por encima de los precios», el resultado fue negativo.
Durante el primer semestre, la compañía del grupo Pérez Companc tuvo ingresos netos por $ 437.542 millones, lo que en términos reales implicó una caída del 19,7% interanual. Pese a haber vendido un 1,9% más en volumen en el mercado local, los precios de venta se ajustaron apenas un 11,1% promedio, frente a una inflación de casi 40%. Básicamente, los costos unitarios de venta crecieron más rápido que los precios, lo que deterioró la rentabilidad del negocio.
El impacto del costo financiero empeoró aún más el escenario: el resultado neto antes de impuestos fue una pérdida de $ 31.588 millones. A pesar de los ingresos por exportaciones, que crecieron un 21,8% en volumen, alcanzaron para compensar el impacto local. En la reseña, la empresa destacó que, «ante un escenario de consumo aún deprimido, en el que las principales consultoras de mercado registraron una caída de 4,9% semestre contra semestre», se mantuvo el enfoque en preservar el posicionamiento de las marcas y ofrecer accesibilidad. Esa estrategia, según indicaron, permitió un "incremento generalizado en la participación de mercado" respecto al año anterior.
Molinos Río de la Plata, produce una amplia gama de alimentos, incluyendo pastas secas, frescas, empanadas, y otros elementos de consumo masivo. También están involucrados en la producción y comercialización de commodities agrícolas.
Ledesma: azúcar amarga
Ledesma, al igual que Molinos, pasó un primer semestre con pérdidas por 19.000 millones de pesos, luego que el año pasado haya registrado ganancias por 130 mil mil millones de pesos. En concreto, el pasivo registrado fue de 19.193.554 pesos, según el reporte oficial informado por la firma. En su reseña, la empresa enfatizó: «Esto se explica principalmente por la disminución en las ventas y en los márgenes, ya que los precios de la mayoría de los productos comercializados por la compañía no lograron acompañar el aumento de los costos».
De esta forma, mientras el Gobierno paga tasas altísimas para estimular la especulación financiera para un círculo ínfimo, las fotos de los mercados de la leche, el azúcar y los fideos reflejaron lo peor de la crisis que se siente en los sectores populares.
Aumentó la luz, gas, agua, alquileres, colectivos, subte, prepagas y nafta
El boleto de los colectivos gestionados por Ciudad y PBA aumenta 3,6% desde el 1º de agosto. La fórmula para la suba es el último índice de inflación + 2%. Los colectivos porteños pasan de $488,70 a $506,29, mientras que los de la Provincia se irán de de $ 489,61 a $507,23.
Las líneas que dependen de Nación tuvieron un incremento del 6,2% desde el pasado 16 de julio: se fueron de $424,91 a $451,01 y por el momento se mantendrán en ese valor. En todos los casos se toma como referencia el valor del boleto mínimo.
Por su parte, en CABA el subte y el Premetro aumentarán un 3,6% a comienzos de mes: pasarán de $996 a $1032 y de $348,60 a $361,14 por viaje respectivamente.
Para tener una idea de cómo impactarán los aumentos, se puede mencionar que el ministerio de Trabajo de la Nación impuso un aumento de 7,5% semestral para los empleados estatales, que se terminará de pagar en noviembre. A su vez, la inflacion en CABA fue de 2,1% mientras que la nacional, aunque mostró una desaceleración respecto del mes anterior, fue de 1,6% (en agosto 1,9%).
Servicios
El Gobierno aún no confirmó aumentos en las boletas de luz, gas y agua para agosto. Pero su política de Revisión Quinquenal de Tarifas establece incrementos en línea con la inflación. El mes pasado, en el AMBA la luz aumentó 2,82%, el agua 1% y el gas 2%, en promedio levemente por encima del IPC.
Electricidad y gas: Para agosto, la Secretaría de Energía estima una nueva corrección promedio de 2% en las facturas eléctricas residenciales del AMBA, mientras que en gas natural los cuadros tarifarios avalados por ENARGAS anticipan otra suba de entre 2,6% y 2,8%, según categoría y zona.
Agua: El servicio de Agua y Saneamiento Argentinos (AySA) ajusta su tarifa de forma mensual mediante el coeficiente K. Para agosto, la empresa informó un incremento tope de 1% sobre la boleta de julio.
Prepagas
Con la salud pública colapsada, con profesionales y trabajadores mal pagos y con emergencia presupuestaria en los principales hospitales, el subsitema privado aprovecha para ejercer los beneficios tarifarios otorgados por el gobierno de Milei. Los incrementos ya anunciados por las más relevantes prestadoras serán:
Swiss Medical: entre 1,3% (con copago) y 1,9% (sin copago).
Hospital Italiano: 1,6%.
OSDE: 1,93%.
Galeno: 1,95%.
Sancor: 1,6%.
Cable y telefonía
Según el tipo de servicio y la operadora, las empresas de cable y telefonía aplicarán aumentos de hasta el 3% en las boletas.
Alquileres
Los inquilinos que aún tienen contratos de la derogada Ley de Alquileres, con precios que se renuevan cada 6 meses, tendrán un aumento del 55,67% en agosto. En la actualidad los aumentos se pueden acordar tomando como referencia cualquier índice. El más utilizado es el IPC del INDEC con actualizaciones trimestrales: en ese caso, la inflación acumulada de los últimos tres meses es de 6,01%.
Nafta y gasoil
El pasado 19 de julio YPF aplicó un aumento del 2,5% en los precios de la fanta y el gasoil. Fue el segundo incremento del mes: ya el 1º se había efectuado un incremento del 3,5%. Los precios, por el momento, son los siguientes:
Nafta Súper: $1259
Nafta Premium: $1490
Diésel común: $1264
Infinia Diésel: $1459
Expensas
Las expensas también subirán para los inquilinos de todo el país. La Federación Argentina de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal acordó un aumento salarial para los trabajadores afiliados. La suba se aplicará en dos tramos. El primero será con el pago de los sueldos de julio y representará una suba del 1,5% en relación a junio. El segundo tramo se pagará en agosto, será del 1,4% y se calculará sobre el básico de julio.
El equilibrio fiscal que supimos conseguir
Por Julieta Cattaneo
¿Qué nos cuentan los datos hoy? En ese espacio entre lo que se mide y lo que se vive, entre lo que se puede graficar y lo que se siente, se juega algo más profundo: el sentido del presente.
"Se puede interpretar de diferentes maneras el pasado, pero no falsearlo", decía Gabriel Di Meglio hace unas semanas, al ser despedido de la dirección del Museo Histórico Nacional. Algo de ese filo resuena también en la pedagogía económica del presente. No hay tiempo que perder con el pasado, aunque todo lo que podamos hacer en el criminal presente sea esperar.
En una entrevista Schargrodsky dice que hay que "reconocerle" al gobierno que bajó la inflación y que eso baja la pobreza. Pichot le cuestiona: «¿Pero vos creés que bajó la pobreza?». «En realidad, no», aclara Schargrodsky, porque la canasta no mide bien lo que en realidad aumentó y la cifra de inflación no captó. ¿Entonces? ¿Qué se festeja? ¿Cómo se está midiendo la pobreza?
Mariana Heredia, en Cuando los economistas alcanzaron el poder, estudia cómo esa figura del experto económico logró escindirse de la política y transformarse en garante de un nuevo orden. No fue solo un corrimiento discursivo, sino una estrategia de autoridad: la política pasó a percibirse como nefasta y ajena al equilibrio, como una amenaza para la estabilidad (monetaria). La razón tecnocrática se consolidó. Esa conversión legitimó a un grupo reducido de economistas hombres como intérpretes autorizados de la realidad argentina. Su poder se fundó en una confianza social construida en laboratorio. Lograron presentarse como árbitros neutrales en un campo cruzado por intereses, afectos y valores. Así, como representantes de las nuevas experiencias de la sociedad que surgían efecto de la espiralada inflación y escalada del dólar, justificaron las especulaciones y los ajustes demoledores como la única opción válida para llegar al orden.
Con una cuasi divinidad, se presentan ―y se repiten― las figuras de Martínez de Hoz, Cavallo, Lavagna, Caputo. Cada uno con su tablita, su convertibilidad, su bicicleta. Todos con la promesa de corregir el mal mayor de la Argentina: el desequilibrio fiscal. No importa si la promesa fracasa, si los datos no coinciden con lo que se vive: el poder de esa palabra permanece. Se repite, se reinstala, se hace norma.
La pedagogía económica persiste. Hoy, frente a la imagen de los "zurdos" evangelizando con ideología sinónimo de miseria y atraso, la retórica dominante es la del dato numérico que, a su vez, es la de la economía, que, a su vez, es la verdad indiscutible, la verdadera ciencia. Gráficos que justifican el ajuste, cifras que explican por qué las jubilaciones no tienen que aumentar ―superávit fiscal y coso―, tuits que celebran como epopeya la estabilidad y la inflación debajo del mítico 2%, aunque la changa no alcanza, los changos sin laburo y el changuito esté vacío. Pero la realidad está allá: en el orden visual de los puntos, las líneas, las barras y las tortas (cuyas porciones no te van a tocar). No hay realidad sin interpretación. Y los números vienen con marco. Con adjetivo. Con dirección moral. Operan. Se decide qué medir y cómo. ¿Qué nos cuentan los datos hoy? En ese espacio entre lo que se mide y lo que se vive, entre lo que se puede graficar y lo que se siente, se juega algo más profundo: el sentido del presente.
El presente se vuelve ilegible. Hay algo obvio que se siente obtuso: se ve la crisis, pero cuesta decirla. Se sospecha, se mastica, se rumia, pero no se articula. El lenguaje se retuerce, y la experiencia se atomiza. Y en el mientras tanto, las tarifas arrasan y el sueldo se achica. Sin sentido sobre el presente, nos vemos arrojados a una melancolía por un pasado idealizado, sin dato, con puro relato. Sobrevuela una melancolía de estatus, de privilegio herido. Un duelo que no se termina de hacer por aquella Argentina ordenada y meritocrática (y blanca, como deseaba el gorila de Escardó).
Esa escena nunca fue del todo real, pero su pérdida se vive como tragedia (Piglia decía que el mito es el de lo real: esa forma que se disfraza de no-forma. Montajes y apariencias que se manifiestan como evidencia desnuda). Lo que retrotrae no es solo el deseo de estabilidad, sino la idea de que esa estabilidad era merecida. Que el país fue, alguna vez, un sistema justo, que funcionó bien.
La nostalgia funciona como dispositivo de culpa inversa: si las cosas no van bien, es porque alguien rompió el orden. Y en ese señalamiento, aparecen los parásitos, los planeros, los políticos, los sindicatos. No hay conflicto de intereses: hay traición. La retrotopía, entonces, no solo mitifica el pasado: criminaliza el presente. Galliano sostiene que en la frustración colectiva por el estancamiento económico reaparece una de las formas más tóxicas de la creatividad política: la retroutopía. Esa fantasía de que podemos recuperar un pasado que nunca existió, que la sociedad es tan plástica que podría volver a parecerse a esa foto plana y artificial de lo que alguna vez llamamos el pueblo argentino. El resultado no es reparación, sino estetización del orden.
Ante la pregunta por el aumento de la desocupación, Manuel Adorni sacó a relucir sus estadísticas: "Hay más personas desocupadas porque hay más gente buscando trabajo". Veamos, el desempleo sube, pero no es por caída de empleo, sino por la suba de la población económicamente activa. Al dato se lo recorta, se lo desterritorializa. Una mayor tasa de participación condensa procesos sociales más amplios: pluriempleo, deterioro y cambio en la composición del empleo (se reducen los asalariados formales). La tasa de informalidad se situó en el 42%, aumentando desde 40,8% en 2024, con salarios en caída y cada vez más lejos de alcanzar la inflación (aunque según el INDEC, en mayo, los salarios registrados subieron el doble que la inflación). Si el salario alcanza más, ¿por qué habría más gente buscando trabajo?
La inflación, como ya todos sabemos, no se reduce a un problema monetario, sino que es una experiencia afectiva del desorden (bueno, menos para Benegas Lynch) cuando dijo: hay una cantidad de empresarios vivos que cada vez que hay 2% de inflación, te enchufan 4%, por las dudas te enchufan 8%.). Una forma de no saber cuánto vas a pagar en un contexto de salarios estancados y comidos, cuánto te va a rendir eso que ganás. Cada transacción, cada impuesto, cada ingreso, en definitiva, cada decisión financiera lleva consigo una narrativa sobre el valor y la justicia.
La inflación funciona como reordenamiento de lo posible, ajusta los márgenes de lo que se puede y lo que no. Redibuja los límites de lo esperable, lo tolerable, lo vivible. En ese escenario, la imaginación política colapsa. No hay horizonte. No hay promesa (o si las hay, son delirantes o peligrosas). Solo hay intentos desesperados de hacer pie en una superficie que no deja de moverse. Se estabiliza la cifra de inflación y, aun así, seguís haciendo malabares y cálculos entre billeteras virtuales para ver en dónde rinde más la plata.
No es solo un dato macro: es una forma de incertidumbre cotidiana. Y mientras tanto, lo político se llena de metas fiscales, de variables, de recetas. Los gráficos y las estadísticas se volvieron la forma legítima de hablar de lo común. No porque sea más preciso, sino porque parece más neutral, más real. Más limpio. Más serio. Es una manera de distribuir culpas, premios y castigos, pero sin descifrar el modo en cómo se justifica la existencia social propia y se deslegitima la ajena.
La economía sigue funcionando. Fragmentada, desigual, pero funcionando. Una macroeconomía que se vive en cuotas. Algunos sectores se acomodan, endeudan, blanquean, explotan, hacen plata. Otros apenas sobreviven. Lo que se rompe no es únicamente el bolsillo: es la posibilidad de leer lo que pasa. De darle sentido. Los datos se presentan con una traducción invertida. La inflación baja, pero nadie siente alivio. Ese desfasaje entre lo que dicen los indicadores y lo que vive la gente genera un ruido insoportable. Solo hay datos sueltos que no se conectan con ninguna vida. Economía sin narración.
Restituir el espesor del dato es volverlo discutible. Devolverle politicidad, historicidad, materialidad. Disputar sus marcos, sus ponderaciones, tensionar su metodología. No se trata de renunciar a medir, sino de impedir que las cifras circulen sin memoria, sin conflicto. Porque en esta coyuntura, la espera se volvió forma de habitar el presente. Un tiempo sin promesas, un ahora que se estira, que no se proyecta. Por eso, también es necesario repolitizar las temporalidades: porque no hay proyección sin relato ni política sin imaginación del porvenir.
¿Hay superávit fiscal?
El bastión innegociable de la gestión Milei-Caputo genera dudas. En este informe, el IPyPP no sólo asegura que el superávit "es falso" sino que, incluso a costa de ajustar sobre jubilaciones y gasto social, el déficit real supera los 25 billones de pesos.
"La deuda pública se come al superávit" es el subtítulo del último informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), en el que desarrolla un análisis de la situación fiscal que está muy lejos de ser lo que el Gobierno afirma.
Como bastión innegociable y principal ariete de propaganda, la gestión de Javier Milei y Luis "Toto" Caputo celebra un supuesto superávit fiscal que alcanzo en su primer enero de gestión. Pero el IPyPP desmiente esa aseveración y asegura que el presunto superávit libertario es "puramente contable y se sostiene sobre una bicicleta financiera cada vez más explosiva".
La explicación radica en un movimiento estratégico de números en la planilla, que permite que las cuentas "cierren", aunque en la práctica titile la luz roja. ¿Y por qué no cierran? Por una deuda pública creciente que se lo come todo.
"Desde enero de 2025, los intereses de deuda capitalizados comenzaron a superar sistemáticamente el gasto destinado al sistema previsional nacional (por lejos, la mayor partida del Presupuesto nacional) —detalla el informe—. Mientras que en abril de 2024 el Estado destinaba $2,3 billones a jubilaciones y casi nada a intereses capitalizados, en mayo y junio de 2025 el gasto en intereses alcanzó los $6,5 y $6,3 billones respectivamente, por encima de los $4,2 y $6,2 billones destinados a jubilaciones".
Es decir que, desde que comenzó el año, los intereses de deuda superan mes a mes el gasto en jubilaciones y pensiones.
Bomba de tiempo
Luego el estudio agrega: "Este desbalance evidencia que el tan celebrado 'superávit' se sostiene a costa del ajuste sobre los jubilados, mientras se acumulan pasivos financieros crecientes y cada vez más gravosos para las cuentas públicas".
En otras palabras: mientras crece el gasto en intereses de deuda, también crece el ajuste sobre –entre otras partidas- las jubilaciones, para poder cubrir el agujero fiscal.
El resultado financiero acumulado para el primer semestre de 2025 alcanza un superávit de apenas $3,1 billones. Sin embargo, en ese mismo período se capitalizaron intereses por un total de $30,1 billones correspondientes a letras y bonos del Tesoro (LECAP, BONCAP, LEFI y PR17), es decir, compromisos que no se pagaron sino que se sumaron a la deuda existente. En consecuencia, el déficit financiero real (si se considera la totalidad de las obligaciones generadas) asciende a $27 billones", señala el estudio elaborado por Claudio Lozano, Mariana Rivolta y Ana Rameri.
Y resume: "En lugar de consolidar un sendero de estabilidad, el Gobierno profundiza su dependencia de emisiones de deuda a tasas cercanas al 40% y con vencimientos cada vez más cortos, configurando una verdadera bomba de tiempo".
El segundo trimestre volvió a mostrar señales de recesión
Con el sector industrial designado por el Gobierno Nacional para hacer de ancla para salarios e inflación, el proceso de desindustrialización vuelve a profundizarse ubicando al sector en un 53,9% de su capacidad industrial utilizada.
Los datos suministrados fueron relevados en la Encuesta Radar Pyme del 1° Trimestre del 2025 llevada adelante por la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino -ENAC- y que contó con la participación de 342 empresarios de 16 provincias.
A diferencia del primer trimestre del año, ahora todos los sectores muestran caídas en las ventas, un 54.7% de las empresas tiene ventas razonables. Por un lado la industria con 5 de 10 empresas con ventas razonables y por otro comercio y servicios con 6 de cada 10 empresas con ventas razonables pero con retrocesos significativos respecto del inicio del año.
Con respecto a los costos los mismos subieron un 18,9% mientras que los precios subieron un 15,6% volviendo a hacer de ancla para la inflación producto de una demanda que no levanta. Tanto costos y precios en el trimestre se incrementaron por encima del IPC, entre dos y tres veces.
Esta situación comprime claramente la rentabilidad de las empresas, solo un 28,3% de las pymes tuvo rentabilidad positiva en el 2º trimestre de 2025. Situación que impacta finalmente en el empleo con un 19% de las empresas que despidió y solo un 14,9% que contrató. En particular el comercio que tuvo un muy mal primer trimestre despidió trabajadores en el segundo trimestre -2,9%, muy por encima del promedio -1,75%. Lo que correlaciona correcciones relativamente rápidas, y a la baja, de los sector ante la recesión que se vuelve a configurar por el poco sostenible plan económico de Luis Caputo.
Información relevada en el 2° Trimestre del 2025
Ventas
• Un 54.7% de las empresas tiene ventas razonables.
• Hubo un retroceso de 8,6% en promedio respecto al primer trimestre.
• Servicios tuvo un retroceso significativo del 15,5% (del 73,5% al 58,2%
Capacidad utilizada
• El 49% de las pymes operó en situación de normalidad, es decir, al 60% o más de su capacidad disponible.
• La capacidad operativa utilizada de las pymes promedia el 55,5%., cayó 2% respecto del 1T 2025.
• 10,2% de las empresas se encuentra en una situación crítica al 20% o menos de capacidad operativa utilizada
Costos
• El incremento promedio de los costos fue del 18,9%, más del triple que la inflación medida por el INDEC (5,9% vs 18,9%)
Precios
• El incremento promedio de los precios fue del 15,6%, más del doble que la inflación medida por el INDEC (5,9% vs 15,6%)
Rentabilidad
• Los costos siguen subiendo por sobre los precios
• Un 28,4% de las pymes tuvo rentabilidad positiva en el 2do trimestre de 2025. (cae 3% respecto del 1T 2025, y 18% respecto del 4T2025)
• Se incrementa el riesgo patrimonial. 66% trabaja sin rentabilidad y más del 30 % pierde trabajando
• 7% de las empresas reconoce que corre riesgos de tener que cerrar.
Salarios
Un 60% de las empresas ha tenido que dar adelantos de salarios a sus trabajadores.
Empleo
• El 19% de las pymes despidió personal en el segundo trimestre de 2025, mientras que solo el 14,9% incorporó.
• 8 de cada 10 empresarios afirmó que NO contratará trabajadores en el tercer trimestre del 2025.
Cadena de Pagos
• 6 de cada 10 empresas indicaron que se extendieron los plazos de cobro unilateralmente (59,1% 2T2025 vs 33% 1T2025)
• 4 de cada 10 empresas indicaron que se incrementó el incumplimiento. (45,1% 2T2025 vs 33,6% 1T2025)
Expectativas
73% de los empresarios sostiene que la situación económica nacional para el 2025 será peor que la actual.
Solo un 13,6% de las pymes considera que la situación económica mejorará durante el 2025
Agenda que limita a las pymes
Un 78% de las empresas considera la Caída del mercado interno como factor limitante
Un 58,6% de las empresas ve caída de la rentabilidad con un problema a resolver
Un 44,9% de las empresas considera la Apertura de importaciones como una amenaza
Hay más señales de estancamiento por la suba del dólar y las tasas
¿La economía "se irá para arriba como pedo de buzo"? parece que el vaticinio de Javier Milei no se cumplirá por lo menos en 2025.
Según la consultora Equilibra en junio el crecimiento fue nulo. Uno de sus directores, Lorenzo Sigaut Gravina, confirmó que la activida dejó de crecer y está amesetada. "es probable que el nivel de actividad retroceda en términos desestacionalizados en el segundo semestre", anticipó. Para ello no solo consideró la presión cambiaria y la suba de las tasas de interés, sino el efecto de la importación sobre los bienes de producción local, el estancamiento del empleo y hasta la incertidumbre por Vaca Muerta por la volatilidad del precio del petróleo y el juicio por la propiedad de YPF.
Aún así, el gobierno parace estar dispuesto a sacrificar parte del crecimiento económico prometido con tal de mantener una relativa calma, por lo menos hasta las elecciones.
"En estas semanas de estrés, el gobierno reveló sus preferencias: prefiere tolerar un aumento de costo de financiamiento tanto suyo como del sector privado antes que subas sensibles del dólar", indicaron desde la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia.
CAME dio cuenta de la situación de los comercios minoristas: "Levamos dos meses con caídas interanuales e intermensuales. Hay menos inflación pero eso no le da más poderf adquisitivo a la gente; jaqueados por los intereses sobre los saldos impagos, ya ni siquiera sacan la tarjeta de crédito del bolsillo".
Los pocos funcionarios que reciben a los empresarios industriales se limitan a recomendarles que dejen de producir y se conviertan en importadores. Y el número de industriales que cambian de cam iseta crece cotidianamente. Con el sector energético a la cabeza, que pasó a comprar en el exterior bienes de capital, intermedios, equipos y repuestos. El textil se concentra en la adquisición de bienes de consumo.
El Indec reveló que en junio el Intercambio Comercial Argentino (ICA) movilizó U$S 13.645 millones, un 21,2% más que el mismo mes de 2024. DE ese total U$S 6.370 millones fueron para pagar importaciones, representando un incremento interanual del 35,9%.
La producción local de bienes de capital cayó en mayo el 2,1% y en junio el 1,2%, según la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA). Las consecuencias se miden en despidos y sus pensiones del personal y en menor poder adquisitivo y más enfriamiento de la economía.
Otro caso notable es la importación de vehículos automotores de pasajeros que en junio aumentaron 248,5% y sacaron del país U$S 509 millones. Se importaron bienes de consumo por U$S 893 millones que fue el cuarto rubro más importador según el Indec. Un 90,9% interanual.
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