El dólar oficial saltó a $1.325 y alcanzó un nuevo máximo histórico, pese a la fuerte suba de tasas

El dólar minorista opera este miércoles con una fuerte suba de $25, y cerró $1.325 en las pantallas del Banco Nación, con lo que marcó un nuevo máximo histórico. En el mercado informal, el dólar blue se negoció sin cambios en $1.320. En el segmento financiero, el contado con liquidación (CCL) avanzó 2,3% y se ubicó en $1.320, mientras que el dólar MEP ganó 2,2% hasta los $1.322. Por su parte, el tipo de cambio mayorista se negoció con una suba de $24, en $1.315.
El Gobierno enfrentó el martes una licitación clave con vencimientos por $11,8 billones y, si bien logró colocar $9 billones en instrumentos de corto plazo, el resultado implicó un rollover por debajo del 100%, lo que obliga a inyectar $2,8 billones en el sistema financiero. A pesar de ese dato, analistas relevados por iProfesional coincidieron en que el equipo económico priorizó una señal contundente: mantener las tasas reales positivas y la liquidez bajo control para evitar presiones sobre el mercado cambiario.
Expertos coincidieron en que se convalidaron rendimientos por encima de lo que reflejaba el mercado secundario, en especial en el tramo de letras con vencimiento dentro de los 45 días. Esta decisión implicó un endurecimiento de las condiciones financieras sin intervención directa del Banco Central, lo que configura una estrategia orientada a fortalecer el peso y desincentivar cualquier intento de dolarización en el corto plazo.
Para los especialistas, el Gobierno busca reducir la circulación de pesos al tiempo que eleva las tasas de retorno en los instrumentos en moneda local. Esta combinación, que genera retornos reales superiores al 30% anual, apunta a sostener la demanda de deuda en pesos sin descuidar el objetivo de anclar las expectativas inflacionarias y cambiarias. Aun con un rollover parcial, se evitó una expansión monetaria más agresiva, lo que refleja una política fiscal y monetaria cada vez más coordinada.
Los analistas señalaron que la eliminación de las LEFIs y la concentración de la demanda en instrumentos muy cortos muestran una nueva etapa en la estrategia financiera oficial. De cara a la próxima licitación, que enfrentará vencimientos por $24,4 billones, el desafío será sostener este equilibrio entre tasas atractivas, control del tipo de cambio y una expansión de pesos lo más contenida posible.
Rollover parcial, pero con señales firmes al mercado
Desde Portfolio Personal Inversiones explicaron que el Tesoro recibió ofertas por $9,4 billones y adjudicó $9 billones, dejando un rollover del 76% frente a los $11,8 billones que vencían. Aunque ese ratio no alcanzó el 100%, estuvo levemente por encima de lo esperado.
Para los analistas, esto podría indicar que la necesidad de liquidez por parte del sistema bancario es menor a la prevista. La eliminación de las LEFIs y la concentración de instrumentos en tramos muy cortos marcan una nueva etapa en la estrategia financiera oficial. La clave: menos pesos en la calle y tasas más altas para frenar el traspaso a dólares.
Pese a no lograr una renovación total, el Gobierno evitó una expansión monetaria agresiva. Al mismo tiempo, elevó los rendimientos como forma de sostener la demanda de activos en pesos. Esta política apunta a anclar las expectativas inflacionarias sin resignar el objetivo de estabilidad cambiaria.
Desde Max Capital agregaron que el excedente monetario podría destinarse a cubrir el nuevo esquema de encajes bancarios que rige desde agosto, en especial para cuentas con mayores requerimientos. De este modo, se mitiga el riesgo inflacionario y se absorbe parte de los pesos adicionales emitidos.
Tasas más altas que el mercado: el Tesoro endurece su postura
Uno de los principales puntos destacados por los analistas fue la decisión del Tesoro de convalidar tasas significativamente más elevadas que las vistas en el mercado secundario. En especial, en el tramo de vencimientos menores a 45 días, que concentraron el 84% del total licitado.
Según Portfolio Personal Inversiones, el Tesoro optó por pagar una Tasa Efectiva Mensual (TEM) de entre 22 y 36 puntos básicos más en esos instrumentos. Esta decisión buscó reforzar la señal contractiva y evitar presiones cambiarias. De hecho, en los días previos a la licitación ya se había observado una suba de entre 10 y 27 puntos básicos en el mercado secundario.
Los especialistas consideran que esto fija un nuevo piso para las tasas en pesos. La estrategia no se centra en financiarse al menor costo, sino en evitar que los pesos se canalicen hacia el dólar. Al sostener tasas reales positivas, el Gobierno intenta contener el apetito por cobertura cambiaria.
Desde Max Capital recordaron que en licitaciones anteriores se ofrecían tasas menores para los mismos plazos. Por ejemplo, la LECAP con vencimiento el 15 de agosto se colocó en 3,27% el 16 de julio, mientras que ahora se pagó 4,28%. En solo dos semanas, el salto fue notable.
Impacto fiscal y sostenibilidad de la estrategia
Desde Max Capital alertaron que convalidar tasas tan elevadas podría tener un costo fiscal en el mediano plazo. Si bien una parte importante de la deuda se capitaliza al vencimiento, los intereses terminan sumando presión sobre las cuentas públicas.
De todas formas, destacaron que más del 70% de los instrumentos colocados —como las LECAPs y bonos CER— no generan devengamiento inmediato en el balance fiscal. Esto permite al Gobierno mostrar una mejora temporal, aunque no elimina los riesgos estructurales asociados al peso de la deuda.
El verdadero desafío será sostener este esquema sin comprometer la estabilidad. El Gobierno apuesta a que la combinación de tasas altas y control de la liquidez sea suficiente para frenar el dólar. Pero los especialistas advierten que esta táctica tiene límites si el financiamiento neto comienza a crecer por encima de lo deseado.
En ese sentido, la coordinación entre política fiscal y monetaria será clave para evitar desequilibrios mayores.
Agosto, en la mira: vencen $24,4 billones
Los analistas ya miran la próxima licitación del 13 de agosto, en la que el Tesoro deberá enfrentar vencimientos por $24,4 billones. Esto representa más del doble que en julio, por lo que las exigencias del mercado serán aún mayores.
Desde Max Capital señalaron que las tasas podrían seguir subiendo si persiste la incertidumbre y no se habilitan mecanismos de liquidez intermedia. La eliminación de las LEFIs dejó a los inversores institucionales sin herramientas flexibles, lo que concentra aún más la demanda en los plazos más cortos.
Este fenómeno dificulta al Tesoro la posibilidad de estirar vencimientos sin pagar rendimientos adicionales. En otras palabras, para lograr un buen rollover deberá ofrecer retornos más altos o resignar parte del financiamiento neto.
El equilibrio entre tasas, emisión y rollover será determinante en las próximas semanas. La estrategia del Gobierno está clara: defender la estabilidad cambiaria, incluso si eso implica colocar menos deuda o pagar más caro.
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