El Gobierno definió qué va a pasar con los subsidios y las tarifas de luz y gas para lo que resta del año

Economía asegura que en 2025 no seguirá el recorte de subsidios y que las tarifas ajustan por inflación, pero no controlan la variable clave del dólar
La actual gestión de Gobierno como parte del ajuste de las cuentas fiscales viene trabajando en la recomposición tarifaria de los servicios de gas y electricidad, a través de la cobertura del costo de la energía por parte de los usuarios y de la retribución que tienen las compañías de transporte y distribución que se viene reflejando en la factura final de forma simultánea.
En ese contexto, el Ministerio de Economía daba cuenta de un atraso tarifario enorme que intentó ir reduciendo en estos 18 meses de gestión, pero la aceleración de ese proceso parece entrar a un menor ritmo para lo que queda del año, marcado por la premisa de sostener a la baja el índice de inflación y en un marco de elecciones de medio término.
"Podemos darnos el lujo de ser un poco más selectivos en cómo seguimos evolucionando" en la recomposición tarifaria y en la reducción de subsidios, dijo recientemente el viceministro de Economía, Daniel González, al ser consultado qué ocurrirá en lo que resta de 2025.
El funcionario admitió que "la gente hizo un esfuerzo fenomenal, vieron que su factura se fue acercando al costo de generación del gas y de la luz, lo que implicó aumentos grandes, pero eso no lo estamos percibiendo para lo que resta del año", auguró.
Las tarifas se ajustan ahora por inflación
Las tarifas de las distribuidoras de ambos servicios y de las transportistas ya pasaron por la revisión integral quinquenal por lo cual a partir de ahora mantienen sus tarifas en términos reales: "No tocamos más esas tarifas, por lo que esperamos que la evolución no sea muy distinto de lo que es la inflación" aseguró el funcionario.
Pero la factura final tiene un componente más que es la evolución de tipo de cambio, ya que el costo de la generación eléctrica y la producción de gas se reconoce en dólares, y de acuerdo a la ley vigente desde la década del 90 cuando regía la convertibilidad cambiaria, cualquier movimiento debe reflejarse en lo que paga el usuario final o asumirlo el Estado vía subsidios.
Cuando llegó el Gobierno de Javier Milei, la demanda pagaba el 30% del valor de la energía y hoy con la fuerte reducción de subsidios -favorecido por un retraso cambiario respecto de la inflación- hoy paga el 80 % del costo.
Es que al mismo tiempo que se avanzaba en la normalización tarifaria, había que recomponer números fiscales e ir a la baja de subsidios que habían llegado a 2% del PBI en las gestiones anteriores con unacumulado de u$s100.000 millones de gasto del Estado, algo que en la actualidad se redujo al 0,5% del PBI.
La segmentación y los subsidios aún siguen
Dentro del universo de usuarios se mantiene aún el esquema de segmentación que el Gobierno anunció dejaría de existir para fines de este 2025, por el cual los de alto poder adquisitivo ya pagan valor pleno de sus servicios, mientras que los de ingresos medios y los sectores más vulnerables tienen distintos porcentajes de subsidio con techo de consumo.
La idea presentada meses atrás era la de pasar a una tarifa plena para todos los niveles de usuarios y sólo reconocer la situación de los sectores más necesitados mediante el regreso de la denominada "tarifa social", cuyo alcance es la que se debe determinar.
De acuerdo al Observatorio de Tarifas y Subsidios de la UBA-Conicet, un usuario N1 (de altos ingresos) está pagando al mes en el AMBA $45.993 promedio en su factura eléctrica y $46.693 promedio en la de gas.
Así, desde diciembre de 2023, las tarifas de electricidad se incrementaron un 351% a julio y las de gas en un 1.545% en el mismo período, en tanto que la inflación acumulada desde entonces 154% según el INDEC, de acuerdo al relevamiento del Observatario.
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