Inflación y pérdida salarial obligan a cambiar los hábitos de consumo: los argentinos reemplazan la carne vacuna

27.04.2025

Mientras que los sectores de clase media optan por el pollo o el cerdo, que son más económicos que la carne vacuna, a las personas que están por debajo de la línea de pobreza cada vez les resulta más difícil acceder a estos alimentos, por lo que sustituyeron con arroz, fideos o polenta. 

La suba de precios registrada en el primer trimestre del año afecta de lleno al consumo, principalmente al de algunos alimentos calves como la carne. Ante sueldos estancados, los argentinas optan por reemplazar los cortes vacunos por otros más económicos como el pollo o el cerdo, para paliar así la pérdida de poder adquisitivo.

El caso es aún más extremo para quienes están por debajo de la línea de pobreza, donde se nota el traspaso del consumo de carnes a variantes clásicas como los fideos, la polenta o el arroz.

Pero este escenario no es nuevo en la economía nacional: producto de la devaluación que aplicó el gobierno de Javier Milei a días de asumir, la aceleración de la inflación y el deterioro salarial, hace dieciséis meses que Argentina atraviesa una caída en el consumo masivo en las ventas de productos básicos como alimentos, bebidas y limpieza en los supermercados y autoservicios.

De acuerdo con datos de la consultora Scentia, el consumo acumuló una caída del 14% en marzo -comparado con igual mes del año pasado-, mientras que en el primer trimestre el descenso fue del 8,5%.

Otras consultoras también advirtieron que las personas que tienen ingresos bajos o medios cada vez destinan una mayor porción de sus ingresos a la compra de productos básicos. Esto refleja una pérdida importante en el poder adquisitivo, mientras que las probabilidades de que estos sectores accedan a bienes durables o viajes son cada vez más bajas.

Con los salarios golpeados por la devaluación y la recesión, los hogares priorizaron los rubros relacionados al mantenimiento del hogar y cuidado personal, siendo más selectivos con los alimentos. Por ejemplo, las ventas de bebidas alcohólicas cayeron un 10%, mientras que las no alcohólicas crecieron apenas 0,5%.

Como los aumentos salariales siguen por debajo de la inflación, los especialistas creen que será difícil que el consumo masivo pueda repuntar.

La caída del consumo -que según informes privados en marzo fue más notable que en febrero- se produce en un contexto de renovada suba de precios. En el tercer mes del año la inflación alcanzó el 3,7%, impulsada principalmente por los rubros de educación (21,6%) y alimentos (5,9%), según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumuló una suba del 8,6% en el primer trimestre y un incremento del 55,9% interanual, mientras que para abril algunas consultoras proyectan una inflación del 3%.

La carne vacuna, uno de los alimentos más prescindidos por los argentinos

En este escenario, el consumo de carne vacuna volvió a caer en marzo y acumuló dieciséis meses en baja. El consumo promedio por habitante en el último año se ubicó en 47,8 kilos, el más bajo en tres décadas.

Al comparar los precios de fines de marzo con esta semana, el roast beef pasó de $9.759 a $13.300 (36%), la carnaza común subió de $7.381 a $10.100 (36%), el cuadril trepó de $12.719 a $17.500 (33%) y la paleta fue de $10.152 a $13.400 (32%).

También se encarecieron otros cortes como la nalga, la bola de lomo y el lomo, con subas de entre 16% y 28%.

Fuente:

https://www.conclusion.com.ar/politica/economia/inflacion-y-perdida-salarial-obligan-a-cambiar-los-habitos-de-consumo-los-argentinos-reemplazan-la-carne-vacuna/04/2025/