La leche, cada vez en menos manos

15.06.2025

El sector lácteo es un complejo productivo con pocos ganadores. Se trata de un proceso que viene desde hace tiempo y que se acentúo en el último año.

Por Agustín Suárez*

Según el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), durante el primer año de gobierno de Javier Milei cerraron sus puertas 600 tambos. Hasta el año 2023 ordeñaron sus vacas poco más de 10 mil tambos en el país; en 2024 quedaron 9.407, un 6% menos.

Si bien el cierre de tambos no es un problema únicamente de este gobierno, la historia reciente deja en claro que el tema se agrava en los ciclos de gobiernos neoliberales. Para tener en cuenta: 40 años atrás, según el Censo Agropecuario del año 1988, los tambos en el país eran treinta mil.

El abandono de la actividad por parte de los productores aumenta en periodos donde el Estado se corre o se achica, cuando no hay políticas dirigidas al sector. En los mismos años, la cantidad de litros de leche se mantuvo prácticamente constante: entre 10 y 11 millones aproximadamente, pero la producción fue concentrándose en tambos cada vez más grandes, mega-tambos.

En estos últimos años, el sector fue golpeado por la crisis económica. A eso se sumaron una serie de eventos climáticos adversos, la baja histórica del consumo de leche del año 2024 (cayó más de 15%), la falta de crédito y el aumento de los costos, lo que se notó especialmente en los valores del alquiler de la tierra. Estas variables golpearon al sector, pero no a todos los productores por igual. Las cooperativas, los tambos pequeños y los medianos no tienen la espalda suficiente para soportar estos embates y son los primeros en cerrar sus puertas.

Concentración

Martín Echavarri, presidente de la Cooperativa Tambera Dos Hermanas, cuenta su situación: "En mi pueblo serrano, al sur de Córdoba, existen 35 tambos que son el motor económico de los 3.000 habitantes del pueblo. De seguir así, en poco tiempo vamos a quedar la mitad".

La producción tambera es sinónimo de arraigo y permanencia en las comunidades. La pérdida de tambos da como resultado menos mano de obra, pérdida de fuentes de trabajo que le dan vida social y económica a infinidades de pueblos pequeños.

Mientras tanto, la producción se sigue concentrando: el 4% de los tambos más grandes representan el 25% de la producción total de leche del país. Si se considera al 20% de los tambos de mayor tamaño, la concentración aumenta al 55%. El 45% de la producción de leche restante queda en manos de pequeños tambos que generan menos de 4 mil litros. En esa situación se encuentran más del 80% de los productores tamberos.

Gran parte de la concentración está explicada por los mega-tambosintegrados a la industria para llegar con el producto directo a la góndola de los supermercados. Estos mega-tambos, montados por grandes capitales, moldean un nuevo paradigma productivo de mucha producción y baja utilización de mano de obra.

La industria láctea está formada por pocas marcas líderes que dominan el mercado en venta de leche fluida, quesos y productos lácteos. Pero fuera de las ciudades existe una gran cantidad de empresas, pymes y cooperativas, algunas con mucha historia. En el último tiempo, la industria se fue concentrando, integrando y extranjerizado.

Extranjerización

Solo cinco empresas reciben más de 1 millón de litros diarios y controlan el 35% del mercado. Las dos primeras recepcionan más de 3 millones de litros y controlan el 22%. El proceso de concentración se da de la mano de la intervención de capitales extranjeros, como es el caso de la marca Milkaut, de capitales franceses, que compró hace 2 años la marca Ilolay. O el caso de Saputo, de capitales canadienses. Al día de hoy se mantiene la puja por la compra del 51% de La Serenísima, en la que también intervienen capitales franceses.

Por otro lado, el universo de la industria láctea se estima en más de 650 empresas de distintos tamaños y formas organizativas. La cooperativa fue una de las más características, pero hoy solo el 5% del procesamiento de la leche está en manos de cooperativas. En el resto de los países productores de leche, el sector cooperativo procesa cerca del 50%.

El 2024 Argentina tuvo el consumo de leche más bajo de la historia, pero el precio de la leche no sólo no bajó, sino que se mantuvo alto, similar al de países europeos. Esto responde a que el precio para el mercado interno está atado cada vez más al precio internacional de la leche en polvo. Este cambio de paradigma convierte a un alimento de primera necesidad en un commodity para exportar.

* Integrante del Centro de Estudios de la Tierra (CET-UTT).

Fuente:

https://www.pagina12.com.ar/833528-la-leche-cada-vez-en-menos-manos