Los mercados financieros celebran, la economía real se hunde

"La luna de miel financiera que disfruta el Gobierno terminará haciéndole más daño a la economía real", plantea el economista Jorge Carrera la paradoja del momento actual. Los mercados están de fiesta mientras se multiplican los cierren de fábricas y comercios, cada vez con más despidos, describe.
"La paradoja es que el efecto positivo que tuvo el resultado electoral en los mercados financieros dio lugar a una renovada oferta de divisas, mediante emisiones de deuda de empresas y provincias, y ahora también de la Nación, lo que le permite al Gobierno mantener el ancla cambiaria, con el dólar dentro de las bandas de flotación", avanza Carrera en la explicación.
"Su objetivo sigue siendo bajar la inflación de manera contundente. Que el índice empiece con 0,8, 0,9, como quería Milei para este año y fracasó. Lo que busca el Gobierno es ganar capital político para producir una reformulación estructural de la economía argentina, como intentó la dictadura en los '70 o Domingo Cavallo en los '90″, continúa su análisis el ex vicepresidente del Banco Central, quien participó del reciente encuentro de economistas del peronismo con Cristina Kirchner.
"El problema es que este tipo de cambio no es competitivo para la economía real. Por lo tanto, mientras más se sostenga el financiamiento para un tipo de cambio en estos niveles, más se verá afectado el aparato productivo, sobre todo porque ocurre en combinación con un proceso de fuerte apertura importadora y de desregulación de la economía", completa el panorama.
La Fundación de Investigaciones para el Desarrollo tiene un diagnóstico similar: "La apreciación cambiaria no solo compromete la acumulación de divisas, sino que en el contexto de la apertura comercial indiscriminada que impulsa el Gobierno, profundiza la penetración importadora y debilita el entramado industrial".
La conclusión es que tanto a corto como a largo plazo "se consolida un patrón de especialización centrado en los sectores primarios, con efectos negativos sobre el mercado laboral, tanto por el aumento del desempleo como por el avance de la informalidad".
Estabilidad para la exclusión
El plan económico persigue la estabilidad cambiaria y la caída de la inflación como instrumentos para consolidar un modelo con pocos ganadores, de sectores concentrados, y grandes mayorías excluidas, precarizadas y empobrecidas.
El espaldarazo electoral que consiguió el Gobierno en octubre resulta clave en esa estrategia porque le da margen político y tiempo para avanzar. "Van a salir a jugarse el todo por el todo en esta segunda etapa, con una reestructuración de la economía como la que buscaron la dictadura o Cavallo", visualiza Carrera.
"Quieren reformular las condiciones de la Argentina para ir a una economía de mercado con menos intervención publica, con menos participación de instituciones de regulación social como los sindicatos, con los mercados decidiendo la asignación de los factores", agrega.
Para FIDE, "la creciente primarización productiva que alienta la actual política económica amplía los desequilibrios que caracterizan al mercado de trabajo, fundamentalmente porque los sectores `ganadores´ (agro, energía, minería, finanzas) muestran límites objetivos para compensar la pérdida de empleo en los sectores 'perdedores´ (industria, construcción, comercio)".
Los datos en ese sentido son contundentes, ya que mientras el agro explica el 5,1 por ciento del empleo privado registrado, el sector financiero representa el 2,4 por ciento y la minería apenas el 1,4, el comercio concentra el 20,1 por ciento, la industria el 18,5 y la construcción, el 6,1. Los tres primeros sectores generan apenas el 8,9 por ciento del trabajo formal, contra el 44,7 de los otros tres.
Empleo, salarios y consumo
El proyecto económico libertario conspira contra el empleo de calidad, el nivel de los salarios y, por ende, el consumo popular.
"La desaceleración del crédito y la caída de los salarios reales condicionan severamente los espacios para la recuperación del consumo interno", sostiene FIDE al respecto.
Se visualiza, por ejemplo, en las ventas de supermercados, que en septiembre bajaron el 0,2 por ciento mensual y encadenaron seis caídas consecutivas. Desde diciembre de 2023 hasta septiembre pasado, las ventas en esos comercios se ubicaron un 10,2 por ciento por debajo del nivel promedio de enero de 2022 a noviembre de 2023. En el caso de los autoservicios mayoristas, la caída promedio para los mismos períodos fue del 15,5 por ciento.
"Mientras los sectores más dinámicos sigan siendo los primarios, el empleo privado registrado difícilmente logre crecer de manera sostenida", agrega el documento.
Asimismo, dentro del universo de trabajadores asalariados, el porcentaje de informales (sin descuento jubilatorio) pasó del 41,4 por ciento en el último trimestre de 2023 al 43,2 en el segundo trimestre de 2025.
"Esto evidencia no solo un aumento del desempleo, sino también un proceso de precarización del mercado laboral, reflejado en el crecimiento del cuentapropismo y la informalidad", concluye.
Fuente:
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