Salarios en Argentina: subas y bajas en las últimas décadas, y una caída definida con Milei

El poder adquisitivo de los asalariados se expandió sostenidamente hasta 2013. Luego se amesetó hasta 2017 y comenzó una fase contractiva desde entonces, señala un informe de Fundar.
Tradicionalmente, Argentina ha tenido un ingreso relativamente alto en comparación con otros países de América Latina. Incluso llegó a ser el país con mayor ingreso per cápita familiar durante ciertos períodos. El poder adquisitivo tuvo fuertes oscilaciones en el país, con una trayectoria decreciente desde la década de 1970.
Sin embargo, luego del paso de diferentes gobiernos, la situación económica se fue agravando. Los salarios cada vez alcanzan menos y el poder adquisitivo cayó fuertemente entre los argentinos. Hasta 2022, Argentina se ubicaba en la quinta posición en el ranking de países de la región con salarios de 695 dólares, según un informe de Argendata, de la consultora Fundar.
Aunque luego de salir de la convertibilidad se logró encadenar varios años consecutivos de crecimiento económico, Argentina no fue capaz de sostener ese proceso más allá de 2011. A partir de entonces, se alternaron algunos años de crecimiento y varios años de caída en la actividad económica. De esta forma, los ingresos familiares cayeron significativamente desde 2017 a la actualidad.
Entre 2003 y 2011, período de crecimiento económico, el ingreso per cápita familiar acumuló un crecimiento del 57,5%. A partir de entonces, los ingresos familiares siguieron una trayectoria con muchos vaivenes. Entre 2011 y 2017 los ingresos estuvieron relativamente estables, para luego contraerse 23,5% entre finales de 2017 y finales de 2020.
Las crisis cambiarias de 2018 y 2019 y la contracción económica producto de la pandemia de coronavirus son los factores que explican ese resultado. Los ingresos familiares acompañaron la recuperación económica que se observó en 2021, aunque el crecimiento no fue suficiente para compensar la caída que sufrieron durante 2020. Luego, la aceleración de la inflación entre 2021 y principios de 2024 llevó a una nueva caída del ingreso per cápita familiar. En el primer semestre de 2024, este fue 29% menor que en 2011, situándose en valores similares a los que tenía en 2005.
Tras la crisis de la Convertibilidad, cuando el salario real quedó en niveles comparables a los de mediados de la década de 1940, el poder adquisitivo de los asalariados se expandió sostenidamente hasta 2013. Luego se amesetó hasta 2017 y comenzó una fase contractiva desde entonces. En 2022, el salario real fue 8% inferior al de 1970 y 30% menor al del pico histórico de 1974.

Poder de compra en retroceso
Desde la asunción de Javier Milei, los salarios tuvieron una caída, a pesar del discurso oficial que dice lo contrario. El Índice de Salarios Registrados acumula así una pérdida del 6,02% desde que La Libertad Avanza gobierna (con datos hasta marzo de 2025).
En marzo, los datos oficiales del Indec mostraron que los salarios registrados aumentaron apenas un 2,5%, por debajo del 3,7% de inflación del mismo mes. El golpe más fuerte se sintió en el sector privado, que solo logró una mejora del 2,2%, mientras que el empleo público mostró una suba del 3,3%.
Y si se toma el acumulado desde diciembre, los salarios registrados subieron un 7,6%, pero no alcanzaron a empatarle a la inflación, que en el mismo período trepó al 8,6%. La pérdida de poder adquisitivo, entonces, en ese lapso fue del 0,93%. En el acumulado desde la asunción de Milei, el poder de compra se deterioró aún más que en febrero, cuando la pérdida era del 5%.
Empleo público castigado y paritarias
Dentro de la categoría de salarios registrados, el sector público aparece como el más golpeado. Entre noviembre de 2023 y marzo de 2025, los sueldos estatales retrocedieron un 15,1% en términos reales, mientras que los del sector privado registrado cedieron un 0,9% en el mismo período.
La caída del salario real ocurre en medio de la polémica por la no homologación de paritarias, que el Gobierno pretende que no superen el 1%, cuando el último dato de la inflación fue del 2,8%. Es decir, significaría aún más empobrecimiento.
Caídas los últimos años
En el período 1992-2021, el ingreso per cápita familiar de Argentina siempre fue mayor al promedio de América Latina. La crisis de la salida de la Convertibilidad prácticamente eliminó la diferencia entre Argentina y la región, pero la brecha volvió a crecer con la recuperación post crisis. En 2011, el ingreso per cápita familiar en Argentina era un 77% más alto que el promedio de la región.
Argentina se estancó hasta 2017, para luego entrar en un período de caída. Fruto de ello, en 2021 la brecha entre Argentina y el promedio de América Latina fue del 43%.
Entre 2003 y 2013, el ingreso laboral representó entre 83% y 85% del ingreso de los hogares. A partir de entonces su participación se fue reduciendo, hasta situarse en 76% a finales de 2019. La recuperación de la actividad económica durante 2021-2023 luego de la pandemia, en conjunto con la reducción del gasto en jubilaciones, hicieron que este valor volviera a crecer hasta valores cercanos al 80%, cifra no obstante menor a la de dos décadas atrás.
Desde mediados de la década de 1970, el salario real experimentó una clara tendencia contractiva, tocando un piso tras la crisis de 2001. Durante este período se alternaron fases de fuerte retracción asociados a devaluaciones (como 1976, 1982, 1989 o 2002) y de recuperaciones parciales.

Entre 1940 y mediados de la década de 1970 el salario real de Argentina mostró una tendencia volátil pero claramente creciente. De este modo, medido en dólares a paridad de poder adquisitivo, a principios de la década de 1970 el salario real no estaba tan lejos del de países como Canadá, Australia, Alemania o Francia. Incluso por momentos fue superior al de Reino Unido.
Durante el último cuarto del siglo XX hubo una clara divergencia: para el año 2000, el salario real argentino era apenas un 31% del norteamericano. La acelerada mejora salarial de la posconvertibilidad llevó dicha cifra al 41% en 2013, para luego caer desde 2017. Luego de la crisis de 2001 los ingresos reales de los ocupados nunca recuperaron los niveles de la década de 1990, mientras que en la serie de salario real lo superaron con holgura.
En 2021, el salario argentino fue un 30% del estadounidense, una de las menores cifras de la serie, sólo por encima de los niveles de 1989 y los de los años inmediatos a la salida de la Convertibilidad. En términos absolutos, el salario argentino en 2021 fue similar al que tuvo Estados Unidos en la década de 1930, o al de Reino Unido a mediados de la década de 1970.
Fuente: