Superávit fiscal en debate: ¿tiene margen el Gobierno para aflojar con la motosierra sin poner en riesgo la desinflación?

04.06.2025

Por Santiago Reina

Un informe de la UBA señaló que el ajuste fiscal del Tesoro superó al de países que lograron una estabilización exitosa. Los economistas discuten el trade-off entre desinflación y crecimiento.

En su primer año de gestión, el Gobierno realizó un ajuste fiscal mucho más agresivo en comparación con casos previos de países que encararon planes para estabilizar la inflación. En los primeros meses de 2025, el Ministerio de Economía mantuvo su disciplina en materia de gastos, aunque crece el debate entre los economistas: ¿hay espacio para relajar el superávit y fomentar así un crecimiento mayor y más sostenible, o pone en riesgo el sendero de desinflación?.

Luego de acumular un superávit fiscal primario equivalente al 1,8% del Producto Bruto Interno (PBI) a lo largo del año pasado, entre enero y abril el Sector Público Nacional (SPN) volvió a registrar un saldo favorable, del 0,6%. Asimismo, el resultado financiero (que incluye los intereses de la deuda) de 2024 dio positivo por primera vez en 15 años (+0,3%), mientras que, en lo que va de este año, la cifra ya representa un 0,2% del Producto.

En abril, el gasto primario anotó su primera caída del año en términos anuales, mientras que los ingresos crecieron, aunque cabe aclarar que los recientes datos de mayo mostraron una recaudación débil debido a la elevada base de comparación, a lo cual se le sumó la eliminación del Impuesto PAIS, y bajas de retenciones y aranceles a las importaciones.

En el discurso oficial, la "motosierra" es el principal motivo por el cual la inflación cedió considerablemente y por el cual los mercados confían en el plan del ministro Luis Caputo. En ese sentido, el Poder Ejecutivo no parecería estar dispuesto a negociar este elemento de la política económica.

El ajuste fiscal del Gobierno supera al de los planes de estabilización exitosos

Un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) no puso en duda que "la consolidación fiscal es una condición necesaria para estabilizar exitosamente una economía con inflación crónica". Además, aseveró que en el caso argentino "permitió la eliminación de la emisión monetaria, disminuyó las necesidades de endeudamiento y redujo la presión sobre el tipo de cambio".

Sin embargo, el trabajo escrito por el economista Joaquín Waldman remarcó que, tanto la variación del resultado fiscal como el nivel de superávit, superan a los observados en otros planes de estabilización. A modo de ejemplo, subrayó que, en los casos exitosos, el balance fiscal primario del año posterior al inicio del programa giró en torno al 1,2% del PBI, mientras que el balance financiero dio un negativo de -0,5%, cifras bastante inferiores a las que presentó Argentina en 2024.

El investigador del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES) exhibió que el superávit se está utilizando fundamentalmente en inversiones financieras y que tiene un carácter "doblemente contractivo" para la economía, ya que no solo implica una reducción del gasto público sino que también está derivando en un incremento de la tasa de interés. Esto último se da debido a que el Tesoro no está utilizando los pesos que absorbe para cancelar deuda en moneda local, sino que en las últimas licitaciones buscó refinanciarla, convalidando rendimientos más altos de lo que esperaban los analistas.

¿Un superávit fiscal innecesariamente grande?

En ese contexto, Waldman sugirió que Economía podría relajar un poco la dureza fiscal para estimular la actividad económica, por ejemplo a través de la obra pública (algo que está contemplado en el acuerdo con el FMI) o para darle sostenibilidad de mediano plazo al crecimiento vía acumulación de reservas o desendeudamiento.

"El superávit es innecesariamente grande. Hoy el Tesoro tiene recursos para aumentar un poco gastos que son fundamentales y hoy están frenados, sin generar un exceso de la emisión ni un sobreendeudamiento. Alternativamente podría cancelar deuda, pero entendemos que esto no lo está haciendo con la intención de que la tasa de interés sea alta y así desincentivar la compra de dólares", señaló en diálogo con Ámbito.

El especialista agregó que "el propio FMI le está pidiendo al Gobierno que relaje un poco el superávit financiero". "Esto no implica ir hacia un esquema de gastos que no se puedan financiar sino dejar de quitarle recursos al sector privado que hoy el Tesoro acumula en plazos fijos en el Banco Nación", profundizó.

Con una mirada algo distinta, el economista José Ignacio Bano sostuvo que no hay demasiado margen para relajar el superávit y expresó que es difícil medir con claridad ese "trade-off" entre las bondades de las políticas contractivas y su impacto negativo sobre el crecimiento.

Desinflación vs crecimiento: el trade-off al que se enfrenta el Gobierno

El analista recordó a este medio que esta dualidad se hizo particularmente notoria a comienzos del año pasado, "cuando hubo un faltante de pesos enorme, cerraron todo crecimiento monetario, absorbieron pesos como loco y el parate económico se sintió". "Hay que reconocer que hoy no estamos en ese momento, ya que no sigue bajando la base monetaria como estaba pasando en aquel entonces", acotó.

Bano piensa que, dada la trayectoria reciente de la inflación en Argentina, la economía podría soportar "tranquilamente" un 1,5% de inflación mensual. "A partir de ahí hasta dónde te conviene seguir secando la plaza de pesos y cuánto te conviene convivir con cierto nivel de inflación por un tiempo más, porque en algún momento hay que terminar de bajarla", manifestó.

Aun así, ve que la actividad económica está mostrando síntomas de crecimiento, aunque "todos quisiéramos que sea más rápido y más profundo". En ese marco, afirmó que "el Gobierno puede ir midiendo ese tire y afloje, y hasta dónde puede empujar la baja de inflación en la medida que vea que la economía sigue creciendo".

De todos modos, vale resaltar que la recuperación de la actividad está motorizada por sectores poco intensivos en generación de empleo. Mientras tanto, los salarios reales del sector privado están estancados (en niveles extremadamente bajos) y el consumo privado no repunta, un combo que podría acrecentar las tensiones en términos sociales.

Fuente:

https://www.ambito.com/economia/superavit-fiscal-debate-tiene-margen-el-gobierno-aflojar-la-motosierra-poner-riesgo-la-desinflacion-n6152509