Una mesaza de penas industriales en la era Milei

16.12.2025
Orlando Canido Orlando Canido (Imagen Web)
Orlando Canido Orlando Canido (Imagen Web)

Canido, de Manaos; Contessi, que acaba de cerrar Marechiare y Menaye, de Portland y el cafetero Martín Cabrales admitieron que la apertura, los altos costos y la caída del consumo están poniendo en jaque al sector privado.

En el paisaje habitual de la crisis económica con cierre de empresas y despidos, se sumó una imagen repetida: grandes empresarios dando cuenta de un fenómeno de destrucción de la actividad que es extendido. Hace unas horas, en La Fábrica Podcast -un stream que armaron jóvenes industriales de todo el país y ex UIA joven, entre ellos Tomás Karagozian, Oliver Maltz, Valentino Romano y Román Guajardo- dieron cuenta del contexto tres ceos y dueños de sectores estratégicos, los tres criticando la apertura importadora y aseverando que el consumo está desplomado.

La referencia es para Orlando Canido, dueño de la empresa de bebidas Manaos; Vito Contessi, que acaba de cerrar la fábrica de conservas Marechiare y Gustavo Menayad, de Grupo Portland. A esas descripciones se sumó el cafetero Martín Cabrales, quien argumentó que las pymes la están pasando mal.

"La apertura no es un progreso para el país, hay que defender la industria nacional. Hay que cuidarlos, con la cantidad de impuestos que pagamos, ¿cómo competís?, y ¿qué costo podemos bajar si ganamos dos pesos con 50 por lo que producimos?", expresó Canido, y agregó que "una gaseosa es más barata en Brasil que acá, más caro el flete".

En la misma línea, el empresario que logró vencer a las primeras marcas por volumen y precios, alertó sobre la crisis en el Conurbano. La planta de Manaos está en José León Suárez, partido de La Matanza. "El conurbano anda a los saltos como el canguro. Anda mal, muy mal. Me preocupa, imagínate que, a tres semanas de las Fiestas… los saqueos, hay run run. Antes apagaban incendios con los planes, pero ya no quedan, tiene que haber trabajo genuino, y para que haya trabajado genuino tiene que haber más industria y no la veo".

Se picó con Menem

En una mirada retrospectiva, Canido recordó el daño de la apertura económica durante el Gobierno de Carlos Menem. "Veo que cerró una planta, que una presidencia levantó el 80 por ciento de los ferrocarriles y nos dejó atados a los camiones, el flete me excluye de llegar a las provincias del norte a Ushuaia. Y ocurrió en un par de años lo que costó 50 años crear. Me acuerdo que cerca de mi casa, en Rafael Castillo, había siete u ocho fábricas textiles inmensas. La Castelar, 6000 empleados, producía dos telas que se exportaban a todo el mundo, todos los guardapolvos del mundo se hacían con la tela Arciel. Hoy hay una cancha de futbol, y en la textil Oeste hay un Walmart. En Morón hay un Jumbo donde antes había una industria. En los ´90 trajeron Chemea, que vendía tres camisas por 6 dólares, y cerraron todos. ¿Eso cómo se recupera? Quedaron 50 mil empleos genuinos perdidos. Tornerías, matricerías, viene de afuera a dos pesos".

Cabrales, por su parte, defendió a Menem y lo calificó como el mejor presidente. Algunos lo cruzaron diciéndole que destruyó la industria. Canido, por su parte, dijo que "Menem no fue ningún patriota, en el interior dejó cientos de pueblos fantasma". Por otra parte, el empresario del café admitió que "el importado afecta, porque te roba mercado". Y agregó que "no sé cuántas pymes van a llegar a ver la reforma, por eso en el medio tiene que estar el tema del crédito para darles un respiro a las empresas que están pasando por un mal momento. No es un tema macro, es un tema micro. Hoy el acceso al crédito es muy difícil, y para la pyme es más complicado. Por eso tenes estos cierres de empresas y ventas".

El atún y las plataformas

En la mesa participaron, además, otros dos ceos de rubros muy diferentes. Ambos con el mismo diagnóstico sobre la crisis. Gustavo Menayad, del Grupo Portland, que fabrica insumos para la construcción, expresó que "hay algo que es un problema mundial, ¿por qué dejan entrar así a las plataformas como Shein?. Hay un enorme problema de conflicto con los chinos, Alemania está en recesión, en Europa". El empresario consignó, además, que hace años construyen para gente que no compra viviendas.

El otro caso emblema que se planteó en esa mesa fue el de Vito Contessi, dueño de Astillero Contessi. Semanas atrás, fue noticia el cierre de la marplatense Marechiare. Él mismo relató cómo fue ese proceso. "Nosotros tuvimos, lamentablemente, una situación parecida. Tuvimos que cerrar el único negocio orientado al mercado interno que teníamos y al retail, que era una fábrica de conservas, Marechiare", inició.

A continuación, precisó que "era un producto de primera. Habíamos desarrollado todo un e commerce previo a la pandemia y en la pandemia y anduvo muy bien. Pero nos vimos obligados a cerrarla, no hubo forma de enderezar los números con la importación de latas del extranjero. En la década del 40 había en mardel 35 empresas, hoy quedan 4. Nuestras ventas principales eran caballa, y entraba el atún importado más barato que la caballa".

Los antecedentes

Claudio Drescher, dueño de las marcas textiles Jazmín Chebar y Caro Cuore, fue uno de los que empezó, días atrás, a ponerle la cara a la situación crítica. "Le estamos dando de comer a los chinos cuando acá hay desempleo, desocupación y suspensiones en forma permanente", dijo el presidente de la Cámara de Indumentaria.

Asimismo, precisó que "cuando el mundo se globaliza, nosotros nos cerramos, y cuando todo el mundo comienza a cuidarse y proteger su producción nacional, nos abrimos".

En la misma línea, Marcelo Poj, el ceo de colchones Simmons, dijo meses atrás en el mismo podcast que "hasta hace poco, la mayoría de las materias primas eran locales. Lamentablemente, cerraron varias industrias petroquímicas, y cuando me preguntaron qué opinaba, les dije que no me parecía lo mejor que cierren. Ellos me respondieron que así favorecen al consumidor final", contó Poj, visiblemente incómodo con la respuesta oficial. Luego añadió: "Les dije que el consumidor también es empleado. Yo soy más del equilibrio".

Asimismo, Poj precisó que "importar puede parecer más barato, pero cuando cierran fábricas y se pierden empleos, el impacto social y económico es mucho mayor", sentenció el CEO. Esta anécdota que se relató hace meses se hizo carne hoy, en un escenario en el que hasta el dueño de Techint, Paolo Rocca, está reclamando por la caída de la actividad y, sobre todo, por la apertura importadora que les está pegando a empresas de todos los tamaños y de todos los rubros posibles.

Fuente:

https://www.pagina12.com.ar/2025/12/15/una-mesaza-de-penas-industriales-en-la-era-milei/