Wall Street en picada, Shanghái en alza (se da vuelta el panorama internacional)

17.04.2025

Una paliza financiera golpea Wall Street -y Donald Trump-, mientras la bolsa de Shanghái sigue sumando días en verde.

Lo que pasó en los mercados no fue una simple corrección. Fue una paliza financiera para Wall Street -y Donald Trump-, mientras la bolsa de Shanghái sigue sumando días en verde, marcando un contraste que se vuelve, cada vez, más difícil de ignorar.

Wall Street sangra

El Nasdaq cayó 3,07%, el S&P 500 bajó 2,24% y el Dow perdió 1,73%. El golpe más fuerte lo sufrió el sector tecnológico, que venía liderando las subas en lo que va del año.

La reacción fue inmediata: el índice de volatilidad VIX saltó más de 10%, una señal clara de que el mercado entró en modo pánico.

La chispa que encendió la mecha fue el discurso de Jerome Powell, presidente de la Fed, quien admitió que las nuevas medidas comerciales del gobierno están complicando el panorama económico.

Fue una forma elegante de decir que la política de Trump está chocando de frente con los objetivos del banco central de Estados Unidos.

Tecnológicas en rojo

El derrumbe fue liderado por Nvidia, que se desplomó cerca de un 7%, y llegó a perder hasta 10% durante la rueda. ¿La razón? Las restricciones a las exportaciones de chips a China. Solo esa medida podría costarle US$5.500 millones en ingresos.

También cayó AMD, que avisó que puede perder hasta US$800 millones por el mismo motivo. 

La presión de Washington sobre el sector tecnológico está generando más daño interno que externo, y el mercado lo sabe. Las empresas más valiosas del mundo están pagando el precio de una estrategia que apunta a debilitar a China, pero que por ahora golpea a las propias compañías norteamericanas.

Shanghái, en otra tendencia

Mientras tanto, en la otra punta del mundo, la bolsa de Shanghái sumó su séptima suba consecutiva y cerró con un alza del 0,26%, consolidando una racha positiva que choca de lleno con el derrumbe estadounidense.

El índice ya superó los 3.270 puntos y acumula una recuperación firme, sostenida por estímulos oficiales y medidas que empujan la inversión institucional.

Mientras Wall Street se llena de dudas, en China predomina el optimismo.

Guerra comercial

La escalada entre Estados Unidos y China se intensifica. La administración Trump evalúa aranceles combinados que podrían llegar hasta el 245% sobre importaciones chinas. La cifra incluye represalias por comercio "injusto", castigos vinculados al fentanilo y barreras adicionales bajo la Sección 301.

Del otro lado, el gobierno chino respondió endureciendo sus propios aranceles contra productos estadounidenses. El Ministerio de Comercio acusó a EE.UU. de "manipular el comercio internacional de forma irresponsable". La guerra comercial no solo sigue viva, está más caliente que nunca.

El dólar retrocede, el oro rompe récords

El sacudón también pegó en el dólar, que perdió terreno frente a todas las monedas fuertes. El índice dólar cayó a 99,32 puntos, rompiendo otra vez el piso de los 100. En paralelo, el oro superó los US$ 3.350 por onza, marcando un nuevo máximo histórico.

Cuando el mercado entra en crisis, y la incertidumbre crece, el refugio sigue siendo el mismo.

Crece la brecha

Lo que hasta hace poco parecía una diferencia táctica, hoy se convirtió en una brecha estratégica.

Mientras Wall Street se desploma, con el Nasdaq arrastrando al resto, la bolsa de Shanghái viene levantando cabeza a fuerza de estímulos y estabilidad política.

La diferencia de rendimientos entre ambas bolsas ya no es anecdótica.

En lo que va del mes, Shanghái subió 4,5%, mientras que el Nasdaq ya perdió más del 5%.

Y lo más grave: el castigo al sector tecnológico norteamericano, motor del rally bursátil de los últimos años, puede marcar un antes y un después.

China gana fuerza

El dato ya no se puede esconder: China está ganando la pulseada financiera, al menos en lo que respecta a la reacción de los mercados. Mientras Estados Unidos juega al límite con medidas comerciales que desorientan a los inversores, Shanghái sigue subiendo, silenciosa pero firme.

Los números no mienten. La bolsa norteamericana se hunde, mientras la china recupera terreno. Y si esta tendencia se mantiene, no será raro ver más capitales migrando hacia el mercado asiático.

El mensaje del mercado es claro: en esta guerra, Wall Street está perdiendo por goleada.