Crisis hídrica en San Juan
Raúl Orduña, habitante de Barreal (Calingasta) y miembro de la Asamblea Agüita Pura para San Juan, llegó a Las Trancas en el marco de la campaña "Unidos por el Agua". Desde allí, Orduña denunció el saqueo del recurso hídrico y pidió justicia ambiental para los pueblos originarios.
Por Carmen de Huertos
En la provincia de San Juan se está viviendo una crisis hídrica de gran magnitud. Tiene diferentes causas, la sequía que viene manifestándose desde hace varios años, el cambio climático, disminución del agua de deshielo y por ende también poca agua en los acuíferos, fallas en la gestión hídrica en la distribución de zonas agrícolas, aumento del consumo por parte de la megaminería, presas con cotas por debajo de los niveles de seguridad, falta de tratamiento y reutilización de efluentes industriales y urbanos, por el sistema de circuito cerrado etc.
A todo esto se suma que en las terminales del río San Juan, el agua ya no llega y ha dejado poblaciones enteras sin agua, y ante esta situación de emergencia la comunidad sanjuanina se movilizó en una campaña "Unidos por el Agua", donde más de 14 organizaciones sociales, en distintos puntos de la ciudad juntaron bidones de agua que fueron llevados en caravana el día 4 de octubre pasado. Era solo un paliativo pues la solución de fondo sería la realización del acueducto cuya construcción fue comprometida por el Gobierno en el año 2014, pero a pesar de constantes reclamos hasta la fecha no ha sido aún ejecutada habiendo pasado ya 11 años.
La Asamblea Agüita pura para San Juan también se hizo presente llevando su importante colaboración de agua y en la jornada distribuyeron folletos esclarecedores sobre el problema que se suma a toda esta crisis y que es el de la megaminería que además del uso de millones de litros de agua, éstos no son tratados ni reutilizados y suman contaminación más los peligros de los derrames de sustancias tóxicas como ocurrió en 2015, cuyo tratamiento judicial todavía duerme en los tribunales y los efectos de la contaminación la padecen diariamente en la ciudad de Jáchal ya que las empresas no cumplen con la Ley General del Ambiente, no cumplen con la Ley de Residuos Peligrosos, ni con el Seguro Ambiental Obligatorio.
Raúl Orduña, habitante de Barreal (Calingasta) y miembro de la Asamblea Agüita Pura para San Juan, llegó a Las Trancas en el marco de la campaña "Unidos por el Agua". Desde allí, Orduña denunció el saqueo del recurso hídrico y pidió justicia ambiental para los pueblos originarios. Como miembro de Alternativa y de la Asamblea Agüita pura para San Juan, los invito a leer la siguiente nota.


Raúl Orduña criticó la gestión hídrica y denunció el saqueo del agua en San Juan

Por Alejandro Pellegrinuzzi
El sábado 4 de octubre, la localidad de Las Trancas, en el extremo sureste de San Juan, fue el punto final de la campaña "Unidos por el Agua", que durante semanas reunió donaciones, voluntades y voces para visibilizar un reclamo histórico: la urgente necesidad de construir el acueducto Encón–Las Trancas y que vuelva a fluir el agua del río San Juan hacia las Lagunas de Guanacache, que llevan décadas secándose por una pésima gestión del recurso.
Allí estuvo presente Raúl Orduña, vecino de Barreal, en Calingasta, abogado, artesano y referente de la Asamblea Agüita Pura para San Juan, quien llegó desde las nacientes del río hasta su cola. Su presencia no fue solo testimonial. Fue una denuncia con nombre y apellido, cargada de datos, dolor y una convicción firme: "Nos une la misma cuenca y nos une la empatía", manifestó Orduña, destacando que la problemática en Las Trancas "no es casualidad" y no se debe al cambio climático. Por el contrario, la situación se atribuye al "mal manejo y al manejo arbitrario y egoísta" de quienes administran el recurso en la cuenca alta.
El Saqueo del Agua y la Violación de la Ley 504-L
Orduña recordó que Las Trancas era, hasta hace unas décadas, parte de una cuenca viva. Tenía riego, pasturas, producción y vida. Hoy, ni siquiera las perforaciones dan abasto. "La situación es crítica y es conocida por todos los organismos. Pero, aun así, se siguen otorgando concesiones ilegales de agua, incluso violando la Ley 504-L de San Juan", advirtió.
El representante de la Asamblea enfatizó que existe documentación que prueba que los habitantes de la comunidad de Las Trancas "han sido saqueadas en su agua".
Y mencionó con preocupación la reciente concesión otorgada al proyecto minero Los Azules, por 227 litros por segundo. Traducido: 19,6 millones de litros del agua más pura de la Cordillera por día, lo que equivale a 20.000 camiones cisterna diarios. "Eso sí que es una falta de respeto para las comunidades que hoy no tienen ni un bidón de agua por día", sentenció.
Dato: vale recordar que a las casi 90 familias del sureste sanjuanino, el municipio le lleva, en camiones cisterna, 8 mil litros de agua por mes.
"Sin agua no hay vida": derecho humano y deuda histórica
El miembro de la Asamblea Agüita Pura afirmó con firmeza que el agua no es una mercancía ni un recurso negociable, sino un derecho humano. Y sostuvo que esta lucha no es solo ambiental, sino también social, política y cultural: "Estas comunidades son originarias. Están en su territorio ancestral. Y nosotros les quitamos el recurso que garantiza su existencia."
Valoró la capacidad de resiliencia de quienes aún viven en Las Trancas: "Con poco hacen mucho. Son el ejemplo de una vida sustentable. Pero no podemos seguir exigiéndoles que sobrevivan mientras otros se enriquecen."
"Estamos frente a un ecocidio": críticas a la minería y a la clase política
Orduña no eludió el conflicto con la actividad minera. Se declaró convencido de que la megaminería es letal para los ecosistemas, y denunció el incumplimiento de la Ley de Glaciares, que hace unos días cumplió 15 años. "Se sigue perforando en zonas prohibidas. Se destruye la zona periglaciar con aval político. Esto es un ecocidio, y los responsables tienen nombre y cargo: gobernadores, intendentes y concejales", denunció.
También apuntó contra la clase política, a la que acusó de legislar para intereses privados. "Muchos no representan a la gente, sino a las corporaciones. Hay que recuperar la gestión pública del agua con participación real de las comunidades", afirmó.
Un llamado a despertar: "La vida, el desarrollo y la paz están en juego"
Raúl Orduña cerró su intervención con un llamado profundo: tomar conciencia, informarse y actuar. Aseguró que esta es una época de reivindicación de derechos y que la lucha por el agua es también una lucha por la dignidad, la vida y el futuro.
"La única manera de salir adelante es juntos, conscientes, con información, con gestión pública y con justicia. El objetivo final es garantizar la vida, el desarrollo y la paz para las próximas generaciones", expresó con fuerza.
Mientras Las Trancas espera el agua que alguna vez llegó, voces como la de Raúl Orduña ayudan a señalar a los responsables y mantener vivo el reclamo. Porque no se trata solo de un caudal perdido, sino de una deuda impaga con quienes han sido históricamente olvidados.
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