El precio del saqueo: una historia del capitalismo extractivo

16.07.2025

La explotación despiadada de recursos naturales ha forjado imperios corporativos a costa de profundizar desigualdades, precarizar trabajadores, devastar ecosistemas y sacrificar comunidades. En Extractive Capitalism [Capitalismo extractivo], la ensayista Laleh Khalili desentraña los mecanismos de este sistema y revela cómo la creciente mercantilización de la naturaleza alimenta un círculo vicioso de enriquecimiento oligárquico y devastación ambiental sin retorno. 














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Por Stewart Lansley

Existen al menos dos interpretaciones distintas del término «capitalismo extractivo». La primera se refiere a la explotación minera, el transporte y la comercialización de materias primas, desde el petróleo hasta el mineral de hierro, en todo el mundo. La segunda describe un modelo económico y empresarial, aplicado desde hace mucho tiempo por las grandes empresas, tanto a escala nacional como mundial, que está fuertemente orientado al enriquecimiento personal. Esto se consigue mediante mecanismos corporativos y financieros destinados a extraer una parte excesiva de los beneficios de la actividad económica. Extractive Capitalism: How Commodities and Cronyism Drive the Global Economy [Capitalismo extractivo. Cómo las commodities y el amiguismo manejan la economía global] (Verso, 2025), el libro de Laleh Khalili, trata sobre el primero, pero también revela un importante solapamiento entre ambos. 

Las empresas y los conglomerados mineros han sido, durante siglos, una fuente clave de apropiación y de altos niveles de desigualdad, tanto dentro de los países como en todo el mundo. Como describe la autora en el caso del petróleo y la arena, «su comercialización refleja las desigualdades globales y el saqueo ecológico. (...) El capitalismo extractivo trata de cómo la mercantilización de cosas pedestres y cotidianas afecta las vidas aquí, ahora y al otro lado del mundo».

La extracción de petróleo, la minería de recursos y el transporte de materias primas, todas ellas actividades altamente rentables a lo largo de la historia, han sido durante mucho tiempo un motor clave de la economía mundial. Khalili es profesora de Estudios del Golfo en la Universidad de Exeter y una destacada experta en la industria petrolera y la política de Oriente Medio. Su trabajo revela cómo estas actividades, en cierto modo la columna vertebral de la globalización, están plagadas de «especulación lucrativa, mano de obra barata y control corporativo depredador». También han sido una fuente fundamental de la enorme y creciente reserva de recursos financieros móviles controlados por corporaciones, empresas de gestión de activos y fondos soberanos, que han sido el producto del capitalismo extractivo, en ambos sentidos del término.

El libro expone de forma cruda (aunque breve) las consecuencias, en su mayoría negativas, de las prácticas empresariales clientelistas en estos sectores de materias primas, tanto en el pasado como en el presente. Los ejemplos utilizados abarcan la conquista y la colonización, la destrucción de medios de vida junto con el aumento de los márgenes de beneficio y el papel de la coacción estatal. La historia de la extracción y el comercio del petróleo y la arena está «plagada de manipulaciones, extorsiones y abusos». La extracción de arena ha erosionado los lechos y bancos de arena de los ríos de Myanmar y Camboya, destruyendo ecosistemas en el proceso. El libro también cita casos de movimientos de protesta contra estas actividades. Entre ellos se encuentra la campaña masiva de oposición, liderada principalmente por mujeres indígenas, que se llevó a cabo entre 2016 y 2017 contra la construcción del oleoducto Dakota Access, que atravesaba la reserva Standing Rock de los sioux, y que finalmente no tuvo éxito. Otro caso fue el controvertido gasoducto Natural Gaslink, que iba desde las Montañas Rocosas canadienses hasta la costa del Pacífico, diseñado para transportar gas natural a los mercados internacionales. A pesar de los múltiples bloqueos que dificultaron su construcción, el gasoducto se terminó finalmente en 2024.   

La historia de la minería es una historia de métodos coercitivos –desde boicots comerciales e intervenciones violentas hasta cárteles abiertos y ocultos, paraísos fiscales offshore y transacciones financieras corruptas– por parte de los gobiernos occidentales y las grandes corporaciones, principalmente contra los países del Sur global. Entre los protagonistas se encuentran algunos de los magnates más ricos del mundo. Está el magnate del petróleo del siglo XIX y primer multimillonario del mundo, John D. Rockefeller, apodado uno de los «barones ladrones» de Estados Unidos por sus tácticas explotadoras. Su imperio Standard Oil fue finalmente desmantelado por la legislación antimonopolio introducida por el presidente Theodore Roosevelt: «Habíamos llegado a un punto en el que lo que nuestro pueblo necesitaba era una democracia real», escribió Roosevelt en 1913, «y de todas las formas de tiranía, la menos atractiva y la más vulgar es la tiranía de la mera riqueza, la tiranía de la plutocracia». Las empresas que sobrevivieron a la desintegración de Standard Oil resurgieron como nuevos gigantes, desde ExxonMobil hasta Chevron, que continuaron dominando el suministro de petróleo durante el siglo siguiente. 

Y luego está Aristóteles Onassis, el inescrupuloso magnate griego que acaparó el mercado de los buques petroleros, lo que le permitió «ascender de forma asombrosa en las prósperas filas de los magnates mundiales». Y mucho más tarde, los oligarcas rusos, a quienes se les entregaron las riquezas naturales de Rusia mediante la venta a bajo precio de gigantescos activos industriales, energéticos y bancarios estatales, durante los tiempos del caos y la corrupción que siguieron al colapso de la Unión Soviética. Ninguno de ellos, desde Roman Abramovich hasta Alisher Usmanov, había construido ni gestionado las empresas que efectivamente se apropiaron.

Este es un relato conciso. Aunque se agradecen los libros breves, esto implica una cobertura limitada de una historia compleja de comportamiento depredador corporativo y estatal. El libro retoma ensayos previos publicados en London Review of Books y Jacobin, e incluye digresiones no del todo relevantes, como una breve discusión sobre el «capitalismo woke» o los programas de infraestructura chinos en África y Asia. También hay una breve reseña del interés colonial por las estratégicas islas Chagos, que han saltado a la palestra tras la decisión del Reino Unido de devolver el archipiélago a Mauricio.  

A pesar de su brevedad, se trata de un resumen contundente de siglos de extracción de los recursos naturales y las materias primas del mundo, y de la acumulación masiva de riqueza corporativa e individual generada por tácticas empresariales despiadadas. Algunos sectores de esta industria masiva se han visto presionados por el impulso de las energías renovables. Pero con el retroceso del compromiso con las estas energías de algunos líderes políticos y empresas de alto perfil, incluidos gigantes como British Petroleum y Shell, estamos muy lejos del final de esta historia. 

Fuente:

https://nuso.org/articulo/capitalismo-extractivo-mineria-petroleo-capitalismo/