“Reventar todo para sacar petróleo”: la vida que nos fascina por streaming está bajo amenaza directa

Decenas de miles de personas vienen conectándose cada noche para escuchar, en directo, a un grupo de científicos argentinos mostrándonos las profundidades del mar. Parecen haber despertado un conjunto de sentimientos colectivos de los que escasean en la era del individualismo, la fragmentación y el desánimo. Nos recuerdan algo. Quizás sea lo espontáneo, genuino y desinteresado de la fascinación que muchas veces nos impulsa al conocimiento.
Quizás sea, también, el sentido de la apuesta por la ciencia, que se abre paso como una fisura en el imperio del consumo exacerbado, el desprecio por los estudios universitarios y los parámetros mercantiles como única medida del valor de las cosas. La vida desborda al mercado, lo rebalsa hasta cubrirlo. Todavía teníamos, más o menos dormida, una inclinación por encontrarnos en la curiosidad y el asombro por el mundo que habitamos, mientras el Gobierno destruye y vacía en nombre del equilibrio fiscal.
Por Sol Tobía para ANRed
Ahora que vemos nuestro océano y nos fascinan sus estrellas, pepinos de mar y calamares brillantes y que nos conmovemos con la emoción de Nadia en los streams, quizás más de nosotros estemos entendiendo mejor ese sentimiento tan primario pero adormecido que tiene que ver con el cariño por "lo nuestro", por la vida que caracteriza a nuestro territorio. ¿No es ese mismo sentimiento el que lleva, hace décadas, a las comunidades de distintas partes de nuestro país a defender la montaña, los ríos, el bosque, los lagos y el mar de los proyectos que vienen a "reventarlos"? ¿Nos sigue dando lo mismo que todo lo que nos muestra el proyecto del Schmidt Ocean Institute exista, viva y perdure o sea sacrificado para beneficio de los beneficiados de siempre?
"Muy bueno pero lamentablemente vamos a tener que reventar todo para sacar petróleo y volvernos ricos", escribió el tuitero mileísta Daniel Parisini ("Gordo Dan"), quien por estos días se mostró particularmente alterado por el streaming del Conicet y descargó su angustia con especial intensidad contra un pepino de mar cariñosamente apodado Batatita, al cual él, en cambio, decidió llamar "berenjena con sida". Nada nuevo viniendo de las filas de un Gobierno que no sólo desfinancia y desprestigia al sistema científico nacional sino que, además, promueve la destrucción de los ecosistemas en nombre de la creación de una "riqueza" cuyos beneficiarios reales nunca son los ciudadanos comunes y corrientes.

Entre quienes respondieron a Parisini destacó la respuesta de Pedro Rosemblat desde Gelatina, ratificando lo que señalan una y otra vez asambleístas y activistas ambientales de todo el país: para avalar el saqueo y el extractivismo no hay grieta. En primer lugar, Rosemblat afirmó que Axel Kicillof había ordenado tareas de exploración petrolera en Mar del Plata y que dicha exploración fue bloqueada por un recurso de amparo presentado por el intendente Guillermo Montenegro, actual candidato a senador por La Libertad Avanza. La respuesta no es precisa. La realidad es que ese amparo fue presentado por un grupo de activistas integrado por el abogado ambientalista Enrique Viale, quien corrigió a Rosemblat en Twitter y además lamentó que hasta los jóvenes repitan "el discurso colonial de ser proveedores de naturaleza para el Norte". Montenegro, por su parte, terminó adhiriendo a la explotación.

"Estoy con ustedes en ésa (…) Yo estoy realmente muy a favor de explotar los recursos naturales, me parece que no hay forma de que la Argentina crezca sin eso", remató Rosemblat. Los vecinos y asambleístas de Mar del Plata y las comunidades que han experimentado de primera mano diferentes situaciones de "explotación de los recursos naturales" en todo el territorio cuentan una historia distinta. Contaminación, destrucción de ecosistemas, problemas en la salud de la población, emisiones de gases de efecto invernadero y algunos puestos de empleo que se van tan rápido como las compañías con las tan anheladas divisas que "generaron". Al crecimiento todavía lo están esperando.
También se refirió a las declaraciones de Parisini -y a las de Rosemblat- el diputado nacional Christian Castillo, quien tuiteó que "En 'reventar todo para sacar petróleo' coinciden Milei y Kicillof". En conversación con ANRed, el legislador reconstruyó que la exploración petrolera offshore fue "muy resistida por todo el movimiento de Mar sin Petroleras y Montenegro tuvo que responder oportunistamente". También destacó que se trata de una política "de destrucción de toda la fauna marina" y "congruente con la posición extractivista que ha tenido el kirchnerismo a lo largo de su historia", pese a que, entre sus bases, haya sectores que se oponen al extractivismo.

"Política ambiental y Gobierno de Milei son como dos ideas contradictorias, (porque la gestión actual) es más congruente con la visión de (Donald) Trump de que no hay un problema ambiental y hay que dejar a las empresas hacer lo que quieren. Los gobiernos kirchneristas tenían una contradicción, porque una parte de su base se oponía, pero lo que llevó adelante nunca tuvo al tema ambiental como una prioridad. Cuando se cambia la Ley que protege el agua en Mendoza, lo votan en común el peronismo y el radicalismo y luego de una enorme pueblada tienen que retroceder", ahondó Castillo y resaltó también el rol de los gobernadores peronistas en el favorecimiento de las empresas mineras y la persecución de los ambientalistas.
La ciencia no es desinteresada
El proyecto de exploración petrolera offshore que amenaza el entorno marino de Mar del Plata se anunció a fines de 2023. En ese entonces, los vecinos nucleados en la Asamblea por un Mar Libre de Petroleras lamentaron la llegada del barco BGP Prospector contratado por Equinor e YPF, cuya tarea consistiría en "bombardear el mar con ondas acústicas" para buscar petróleo. Según denunciaban los asambleístas y otros organismos especializados como el Instituto de Conservación de Ballenas, la explotación que se proponen las petroleras puede contaminar severamente el mar, dañar irreversiblemente el ecosistema y derivar en la muerte de miles de animales de múltiples especies (sí, lo lógico es asumir que también están en peligro "Batatita" y "la estrella culona").
Silvina Álvarez es militante socioambiental, integra la coordinadora plurinacional Basta de Falsas Soluciones y la Red de Comunidades Costeras, además de haber tenido participación activa en la Asamblea por un Mar Libre de Petroleras de Mar del Plata por años y continuar, ahora, su activismo desde Uruguay. En conversación con este medio, define a la exploración petrolera como una técnica "altamente riesgosa" para la fauna marina y asegura que "atrasa 100 años". Además, señala que la exploración realizada por el Schmidt Ocean y los científicos del Conicet está "exactamente a 300 kilómetros de la costa de Mar del Plata, y éso es exactamente donde está el famoso bloque CAN 100, que comenzó la primera campaña sísmica en ése y en los bloques 108 y 114 de la mano de YPF y Equinor".
"En cuanto a los proyectos petroleros en la Cuenca Argentina Norte, lo último que aconteció es una exploración sísmica en los bloques 107 y 109, que los tiene adjudicados Shell, empresa que el mes pasado contrató un barco de Prefectura con científicos de Conicet a bordo para hacer una línea de base para un eventual pozo exploratorio. Y, si bien no están los pedidos formales ante la Secretaría de Ambiente, están los dichos del presidente de YPF, Horacio Marín, sobre avanzar con nuevos pozos justamente en los bloques que tiene YPF en la Cuenca Argentina Norte, que son donde está ahora el barco de Schmidt Ocean", explica Álvarez. Algo análogo sucede en Uruguay, donde se busca habilitar la exploración sísmica en la Cuenca Punta del Este. YPF también cuenta con bloques en esa Cuenca y acaba de anunciar una asociación con la empresa italiana ENI. "Cuando decimos que es el mismo mar, el mismo problema y la misma resistencia, es porque son las mismas empresas y los mismos entramados corporativos y saqueadores", sostiene la asambleísta.
Sin embargo, no se muestra indiferente al fenómeno del streaming oceánico en el plano afectivo: "Nos conmueve, nos fascina estar viendo especies nuevas, cosas que no conocíamos y salir por un rato de la agresión constante a la que nos tiene arrastrados este Gobierno. Hay varias cosas del orden de lo emocional, de reposar y de poder estar viendo una cosa única en vivo y en directo. Claramente estamos a favor del financiamiento de las universidades y del Conicet por parte del Estado, pero que a la vez estos institutos de investigación tengan un compromiso real con la agenda de los pueblos, con la agenda de las personas".
En ese sentido, recuerda que 12 años atrás se realizó una campaña similar desde el Conicet, con fondos de YPF, y que fue dicha campaña la que permitió identificar los bloques para comenzar con el extractivismo petrolero en nuestro mar. "Sabemos también que a bordo de ese barco (el buque Falkor desde el que se realiza la transmisión actual) hay científicos y científicas que no han dicho una palabra cuando comenzaron las exploraciones petroleras en su propia ciudad", agrega y pone el ojo, por un momento, en el propio Schmidt Ocean Institute: "Es una fundación benéfica un poco rara, porque son fondos de un matrimonio estadounidense del cual no se sabe demasiado… sí que fueron directivos de Google, y gente que trabajó mucho en Silicon Valley".
De este modo, Álvarez insiste en la necesidad de apostar por una "ciencia al servicio del pueblo y de las necesidades de las personas, una ciencia no extractiva, digna, que nos ayude a comprender la naturaleza y a poder respetarla, justamente". La activista recuerda que, aunque cueste, la fascinación no debe nublar la capacidad cuestionadora, porque "la ciencia no es una cosa impoluta que no tiene intereses detrás: es congruente emocionarnos, pero no es congruente que no tengamos una mirada crítica".
Fuente: