Un proyecto de ley para seguir intoxicando

08.10.2025
La Tinta
La Tinta

Por Nora Tamagno

La Cámara de Diputados de la Nación tiene para su tratamiento un proyecto de ley llamada Presupuestos Mínimos para la gestión de productos fitosanitarios que fue presentado por Ricardo Buryaile y lleva la firma de muchos diputados de diferentes sellos partidarios. Se trata del Expediente Diputados: 3696-D-2023, publicado en: Trámite Parlamentario Nº 135.

El propio Buryaile en su presentación indica que el mismo fue "trabajado y elaborado casi en su totalidad por la Red de Buenas Prácticas Agropecuarias (RedBPA)".

El proyecto viene a regular un tema tan sensible y de tanto riesgo para la salud humana y ambiental, como es la aplicación de agrotóxicos en nuestro país. Buryaile y el agronegocios prefieren llamarlos fitosanitarios. En esta nota elegimos nombrar a estos productos agotóxicos, por el efecto que producen sobre la salud humana y ambiental.

En el artículo 11 está el corazón de este proyecto. Define las restricciones de las que llama Zonas sensibles:

a) Las áreas urbanas, centros poblados, grupos de viviendas permanentes, y viviendas donde habiten trabajadores rurales y sus familias, más diez (10) metros para el caso de aplicaciones terrestres y cuarenta y cinco (45) metros para el caso de aplicaciones aéreas, contados desde el límite de área o lote hacia la zona productiva.

b) Lotes en los que se encuentran emplazados los establecimientos educativos rurales, más 10 y 45 metros para el caso de aplicaciones terrestres y aéreas respectivamente, contados desde el límite del establecimiento y hacia la zona productiva.

c) Los cuerpos permanentes de agua superficial (naturales o artificiales) y pozos para extracción de agua potable para consumo humano, y sus márgenes hasta diez (10) metros para el caso de aplicaciones terrestres y cuarenta y cinco (45) metros para el caso de aplicaciones aéreas.

d) Las Áreas Naturales Protegidas y los Predios con Patrimonio Cultural e Histórico más 10 metros para el caso de aplicaciones terrestres y 45 metros para el caso de aplicaciones aéreas, contados desde el límite del área o predio hacia la zona productiva.

Entre otras cosas, el proyecto establece que "en torno a establecimientos educativos rurales, deberá efectuarse (las aplicaciones) fuera del horario de la actividad escolar" y que "Los equipos de aplicación aéreos no podrán sobrevolar centros poblados, escuelas rurales o zonas sensibles aún después de haber agotado su carga".

Respecto de las distancias establecidas como limites de aplicación, indignan y faltan el respeto de muchos pueblos que vienen luchando por su salud en los entornos rurales.

El propio proyecto en la fundamentación reconoce que …"la presión social para establecer restricciones crecientes e inclusive en algunos casos la prohibición total de las aplicaciones de fitosanitarios, … ha provocado que muchos Municipios generen sus propias regulaciones y que algunas Provincias estén evaluando nuevos proyectos de leyes. A todo esto se han sumado también algunos fallos judiciales que restringen o prohíben el uso de fitosanitarios."

Existen infinidad de estudios científicos y de experiencias en territorio, que demuestran la necesidad de fijar franjas más amplias para limitar la aplicación de agrotóxicos en la producción agrícola. Por eso son numerosos los lugares que han definido distancias mínimas diversas, que van desde 100 metros hasta 2000 metros según los casos. A la mayoría de ellos se ha llegado a partir de la lucha de numerosas poblaciones en defensa del derecho a la salud y a un ambiente sano, a lo largo de todo nuestro país. Por eso decimos que este es un proyecto de ley para seguir intoxicando.

El proyecto niega todo (conocimiento, experiencias y luchas), y, afirma que los conflictos se han debido a "la incertidumbre de una parte de la sociedad acerca de los potenciales impactos ambientales y a la salud, derivados del uso de productos fitosanitarios, lo cual, en algunas ocasiones, se traduce en tensiones entre agricultores y el resto de la población".

Resta aclarar que la red de Buenas Prácticas Agrícolas, está integrada mayoritariamente por lar principales corporaciones del agro, por lo que no sorprende que redacten un proyecto a medida de sus intereses, o sea vender más agrotóxicos.

Considerando los límites productivos y los tremendos efectos negativos del modelo de agronegocios sobre la salud humana y ambiental, debemos trabajar para construir un modelo alternativo de producción agroecológica. En ese marco, hay que plantearse el objetivo de reducir drásticamente el uso de agrotóxicos o llegar a "agrotóxicos cero" en nuestra producción agrícola. Mientras tanto, debemos defender las franjas de restricción existentes y universalizarlas a través de una ley nacional. Todo lo contrario están proponiendo Buryaile y sus compañeros diputados con este proyecto de ley.

Aplicando estos productos a escasos 10 metros o 45 metros, como establece este proyecto, no hay buenas prácticas agrícolas que alcancen para evitar la contaminación y la muerte. No hacen falta más explicaciones. El proyecto no solo es regresivo y no tiene consenso social. También es extremadamente peligroso para el ambiente y la salud humana.

Parece que Buryaile y los diputados y diputadas firmantes del proyecto, niegan esto porque priorizan los (sus) intereses de las empresas vendedoras de agrotóxicos.

O, ¿será que realmente creen en lo inofensivo de su propuesta? ¿Serán capaces de sentar a sus niños a jugar, a 10 metros de una máquina que pulveriza glifosato? Eso seguramente no va a suceder. Solo resta enfrentar este proyecto con todas las fuerzas, esas que ya nuestro pueblo ha demostrado tener. En eso se nos va la vida.

Fuente:

https://huelladelsur.ar/2025/10/08/un-proyecto-de-ley-para-seguir-intoxicando/