Tormentas solares bajo control: la NASA apuesta por la IA para anticipar el clima espacial

El Sol atraviesa su fase más activa y multiplica las erupciones capaces de afectar satélites, astronautas y sistemas de comunicación en la Tierra. Para adelantarse a estas amenazas, la NASA utiliza inteligencia artificial, logrando predicciones con 24 horas de antelación y reforzando la seguridad en plena era de la exploración espacial.
Por Thomas Handley
El Sol vive su máximo ciclo magnético y con él aumentan las eyecciones de masa coronal, las auroras en latitudes inusuales y los riesgos para las telecomunicaciones y satélites. Consciente del peligro, la NASA ha encontrado en la inteligencia artificial un aliado inesperado: anticipar tormentas solares con un día de antelación. Un avance que, más allá de la ciencia, promete revolucionar la manera en que protegemos nuestra infraestructura tecnológica.
IA para predecir el caos solar
La Tierra cuenta con un escudo natural contra la radiación, pero los satélites y los astronautas no disfrutan de la misma protección. Un evento solar intenso puede desactivar comunicaciones globales o poner en riesgo vidas humanas en órbita. Para reducir esta vulnerabilidad, la NASA lleva años colaborando con KX Systems, empresa pionera en el análisis de datos mediante inteligencia artificial.
Lo curioso es que la herramienta empleada, kdb+, nació en el ámbito financiero para detectar patrones en mercados volátiles. Ahora, la misma lógica se aplica al espacio: identificar señales previas a tormentas solares.
Del mercado bursátil al espacio profundo
Entre 2017 y 2019, KX Systems y científicos de la NASA experimentaron con kdb+ en la búsqueda de exoplanetas y en la predicción del clima espacial. Posteriormente, incorporaron datos sobre la ionosfera, la actividad solar y el campo magnético terrestre. Al aplicar algoritmos de aprendizaje automático, el sistema logró algo impensado: prever perturbaciones con hasta 24 horas de anticipación.
Ese margen resulta crucial. Permite activar protocolos para proteger satélites, ajustar operaciones de comunicaciones y garantizar la seguridad de astronautas en misiones espaciales.
Una lección del pasado
La historia recuerda el evento Carrington de 1859, la mayor tormenta solar registrada, que colapsó el telégrafo durante horas y fundió cables eléctricos. Si algo similar ocurriera hoy, podría paralizar redes eléctricas, internet y sistemas de navegación global. Tener un día de ventaja para reaccionar puede marcar la diferencia entre un susto y un desastre tecnológico.
Más allá de la NASA
Los avances no quedarán solo en el campo científico. KX Systems confirmó que parte de los desarrollos se incorporarán a su oferta comercial. El motivo: los algoritmos que predicen pérdidas de señal satelital también sirven para anticipar necesidades de mantenimiento en fábricas. Así, el trabajo abre puertas tanto en la seguridad espacial como en la eficiencia industrial.
"Apofis no es una emergencia; es una oportunidad", decía la NASA sobre un asteroide. Lo mismo ocurre con las tormentas solares: no son solo amenazas, sino ocasiones para comprender mejor el Sol y protegernos. La inteligencia artificial se convierte en la brújula que permitirá navegar un clima espacial cada vez más impredecible.
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