EL BASURERO MILEISTA Y MI EXPERIENCIA PERSONAL
Hace unos días un conocido periodista del diario La Nación; se refirió al basurero en el que se ha convertido la política, y cuando se frecuentan otras épocas de nuestra historia puede darse cuenta de lo bajo en lo que se ha caído por parte de la dirigencia política, con las excepciones del caso.
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Por Alejandro Olmos Gaona
En otras décadas, en oficialistas y opositores había respeto por las diferencias y niveles culturales que podían apreciarse en los debates en el Congreso, donde los legisladores no leían, excepto para tener algún dato a mano que les resultara indispensable. Todo eso fue desapareciendo, y en los últimos años asistimos a sesiones de un Poder Legislativo integrado por personajes que no servían a la política, sino que vivían de ella, generalmente con un enorme grado de obsecuencia hacia el Poder Ejecutivo de turno.
En mis años de trabajo en el Congreso de la Nación (diputados y senadores) durante las gestiones de la Sra. de Kirchner y de Mauricio Macri, vi todo tipo de acciones referidas a manejos del oficialismo de turno para conseguir votar proyectos que les interesaban, obstruir otros, no tratar iniciativas importantes. Vi a legisladores de una espantosa mediocridad, algunos que votaban a favor sin saber lo que votaban, la parálisis de algunas comisiones, y muchas veces un lenguaje no precisamente parlamentario. Pero a pesar de eso se trataban todos con respeto no solo en las sesiones, sino en los restaurants de diputados, y en el más chico del Senado.
Solo vi un acto groseramente deliberado para evitar que se le diera el premio Sarmiento, a ese impecable y talentoso fiscal federal que fue Federico Delgado, donde " alguien" hizo lo imposible para que los tramites se demoraran, hubiera notas que se "extraviaran", porque durante la gestión de Macri, Delgado que tenía imputado a varios del Pro, incluido un primo del ex presidente, resultaba una figura a todas luces incómoda. La idea era que el otorgamiento del premio no se concretara.
Cuando las dificultades parecían insalvables, la decidida gestión del Senador Federico Pinedo que era presidente provisional del Senado, solucionó los problemas, y la distinción fue finalmente entregada. Pinedo siempre mostró una gran dignidad en el ejercicio de su función, y un trato con los opositores de cordialidad y respeto, aunque tuvieran discrepancias con el sector que el representaba.
Pero con la llegada del mileismo y esa especie de corte de los milagros que los secunda en ambas Cámaras todo cambió. A los insultos habituales del presidente sobre los legisladores que no le responden (ratas, mandriles, ensobrados, etc.) se suma el nivel de algunos diputados (Espert, Lemoine, Bornoroni, Pagano y otros) que han llegado a insultarse entre ellos mismo además de hacerlo con los opositores, que claro, no se quedaron atrás en las respuestas. Pero además, y esto es algo inédito, se bloqueó el funcionamiento de las comisiones más importantes como Presupuesto y Hacienda, que preside Espert, para que ningún proyecto opositor sea considerado. A lo que se suma que la Comisión Investigadora del caso $LIBRA, sigue paralizada por decisión de la mayoría que responde al presidente, aunque día a día se conocen más detalles de la estafa.
En el Senado ocurre lo mismo, y el senador Ezequiel Atauche de Jujuy, presidente del bloque mileista y de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, la tiene inactiva " para evitar que se discutan leyes" como lo sostuvo recientemente. Pero ayer, Atauche y sus seguidores, entre ellos el malversador de fondos del senador Bartolomé Abdala que tiene asesores que pagamos todos para que trabajen en San Luis para su candidatura, y la senadora Álvarez Rivero del Pro llegaron al colmo de la indecencia y la indignidad, mostrando además un lenguaje precario y mediocre propio de personas carentes de una mínima instrucción educativa, repitiendo palabras, balbuceando, sin argumentos para evitar una sesión convocada mayoritariamente. A ellos se sumaron las amenazas de Patricia Bullrich a la Vicepresidenta que presidía la reunión, y los trolls que quisieron bombardear el Congreso, ya que había que evitar a toda costa el aumento a los jubilados, y la ley respecto a los discapacitados además de las transferencias a las provincias.
Pocas veces vi tal conjunto de inútiles vociferando, y a la senadora Álvarez Rivero, que la semana pasada abandonó la comisión que presidía y la tuvieron que traerla de vuelta, mostrando que es una pobre mujer que ni siquiera sabe lo que dice. Realmente algo nunca visto, y tampoco nunca visto como la oposición logró un consenso de tal magnitud que lograron votar todos los proyectos por unanimidad, sin ningún voto en contra. Muchos radicales se levantaron de la sesión, los del Pro, y todos los oficialistas, llegando al extremo de boicotear el tablero que registra las votaciones para evitar que se votara, por lo cual se tuvo que recurrir a votar mediante el listado de los presentes. Hubo senadores del Pro como Guadalupe Tagliaferri, que no convalidaron lo hecho por sus colegas de bloque, y también senadores como Lousteau y Blanco de la UCR.
Jamás había ocurrido algo semejante, a lo que se sumó, la insolencia y el despropósito del Secretario parlamentario que decidió que la sesión era ilegal como si tuviera facultades que nadie le había dado.
El presidente Milei debería corregirse, y
darse cuenta, que las ratas son los legisladores que le responden Que cobran y
no trabajan, que se pelean entre ellos, y pretenden que el Congreso no
funcione. Que la casta que iba a aniquilar es la que integra su proyecto
político de destrucción del Estado. Y dada la ignorancia que lo caracteriza, ha
manifestado que si su veto fracasa va a judicializar las leyes, como si el
Poder Judicial pudiera revertir una decisión del Congreso de la Nación, ya que
solo podría declarar la inconstitucionalidad de las normas sancionadas, lo que
en este caso sería imposible, porque ninguna de ellas infringe la Carta Magna.