EL SECRETISMO Y LA OSCURIDAD QUE PROTEGEN A KARINA MILEI Y LUIS CAPUTO

Por Alejandro Olmos Gaona
Todos los antecedentes que se conocen del escándalo de la criptomoneda $LIBRA que estalló el 14 de febrero de 2025, tras la promoción de Javier Milei en sus redes sociales, puso en evidencia no solo una presunta estafa millonaria, sino también, la resistencia de ciertos sectores políticos a esclarecer la verdad. La negativa a citar a Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, y a Luis Caputo, ministro de Economía, para que rindan cuentas en el Congreso por su involucramiento en este caso revela una maniobra que huele a complicidad y encubrimiento, socavando los principios de transparencia que tanto pregonan algunos. Pareciera que el sentido republicano de los actos de gobierno, debe ceder, ante negocios opacos de los que son parte el presidente Milei, su hermana y varios sujetos vinculados a él.
Karina Milei, que es una figura clave en el entorno presidencial, aparece en el centro de la tormenta. Según investigaciones periodísticas hechas por Hugo Alconada Mon, supervisó negociaciones con los empresarios detrás de $LIBRA, como Hayden Davis, Mauricio Novelli y Manuel Terrones Godoy, y firmó documentos relacionados con el proyecto. Incluso hay acusaciones, respaldadas por chats filtrados, de que habría recibido pagos para influir en las decisiones de su hermano, el presidente. Por su parte, Luis Caputo, quien defendió públicamente a Milei asegurando que "no hubo dolo, ni delito, ni corrupción", participó en actividades partidarias junto a Karina en medio del escándalo, proyectando una imagen de normalidad que contrasta con la gravedad de las denuncias.
La negativa a que ambos comparezcan en el Senado, bloqueada por La Libertad Avanza con el respaldo del PRO, no solo frustra el derecho de la ciudadanía a conocer la verdad, sino que refuerza la percepción de que ciertos sectores políticos priorizan la protección de los poderosos por encima de la justicia. Esta maniobra es particularmente hipócrita viniendo de quienes defienden iniciativas como "Ficha Limpia" para promover la integridad en la política. ¿Cómo se puede hablar de ética pública cuando se impide investigar a dos figuras clave en un caso que dejó pérdidas estimadas en 251 millones de dólares y miles de damnificados?
La resistencia a citar a Karina Milei y Luis Caputo no es un acto aislado, sino parte de una estrategia para encapsular el escándalo y minimizar sus costos políticos. Sin embargo, esta opacidad solo alimenta las sospechas de corrupción y debilita la credibilidad de un gobierno que prometió terminar con las prácticas de la "casta". La justicia, con imputaciones en curso y medidas como el levantamiento del secreto bancario de los involucrados, sigue su curso. Pero la negativa del oficialismo y sus aliados a rendir cuentas en el Congreso es un mensaje claro: prefieren el silencio cómplice antes que enfrentar las preguntas incómodas.
La ciudadanía merece respuestas. ¿Qué sabían Karina Milei y Luis Caputo sobre $LIBRA? ¿Por qué se resisten a dar explicaciones? Mientras no se esclarezcan estas dudas, la sombra de la corrupción seguirá creciendo, y quienes bloquean la verdad serán tan responsables como quienes ejecutaron la estafa.