LAS MENTIRAS DEL PRESIDENTE Y LA REALIDAD
Siempre tengo presente una frase de Thomas Carlyle cuando decía "que cosa más horrible un hombre elocuente que no diga la verdad", y aunque no se puede hablar de la elocuencia de Milei, porque como panelista era mas lenguaraz, y exponía sin libreto, mientras que ahora lee y mal, se equivoca, y cuando se sale de sus textos solo repite vulgaridades y frases ya reiterativas, muchos celebran la verborragia presidencial y todavía parece que convence.

.
Sino fuera así, no tendría la cantidad de personas que lo siguen, y aun los opositores no darían cuenta de la gran cantidad de votos que va a recibir en las próximas elecciones. Pero una cosa es el palabrerío insustancial del presidente, que solo puede persuadir a los ingenuos, y que elogian todos los sectarios que lo acompañan y otra muy distinta la realidad que arrojan las cifras, aun aquellas que tratan de esconder, para hablar de los supuestos éxitos económicos.
Milei ha destacado repetidamente el logro de un superávit fiscal en Argentina como un hito de su gestión, presentándolo como resultado de una disciplina económica estricta y "promesas cumplidas". Sin embargo, diversas fuentes, incluyendo informes económicos, análisis de medios y datos oficiales, revelan inexactitudes en esta narrativa. El superávit se ha logrado mediante mecanismos que distorsionan la realidad financiera, como el postergamiento de pagos, la reducción de transferencias a provincias, la paralización de obra pública y la no contabilización de intereses de deuda que se capitalizan.
ALGUNOS EJEMPLOS:
1. El superávit fiscal: un logro artificial basado en recortes y postergamientos. Milei anunció en enero de 2025 un superávit fiscal primario del 0,6% del PBI en el primer cuatrimestre, el primero en más de una década. No obstante, este resultado se ha criticado por ser "artificial", ya que se basa en:
• Postergamiento de pagos: El gobierno ha diferido obligaciones, como vencimientos de deuda, lo que mejora temporalmente las cuentas, pero acumula presiones futuras.
• Reducción de transferencias a provincias: Se han recortado fondos destinados a las provincias, afectando áreas como educación, transporte, seguridad, salud y programas sociales. Por ejemplo, seis provincias reclaman más de US$9.000 millones al gobierno nacional, con Buenos Aires estimando una deuda de 7,8 billones de pesos (aunque fuentes recientes elevan esta cifra a 12,1 billones, alineada con reclamos por recortes en estos sectores).
• Paralización de obra pública: El Ministerio de Economía ha detenido obras licitadas y en ejecución, incluyendo rutas, autopistas, hospitales y redes de agua potable. Esto ha generado accidentes en rutas nacionales por falta de mantenimiento, demoras logísticas y pérdidas para economías regionales. El gobierno ha cerrado agencias como la Administración Nacional de Vialidad y la Agencia de Seguridad Vial, transfiriendo responsabilidades al sector privado, lo que pone en riesgo miles de empleos y aumenta las muertes evitables en carreteras.
• No contabilización de intereses capitalizados: El superávit no incluye los intereses de deuda que se capitalizan (es decir, se suman al principal en lugar de pagarse), lo que subestima el déficit real. Críticos señalan que, al excluir estos costos, el gobierno presenta un panorama más favorable de lo que es. Estos mecanismos han permitido un superávit primario, pero a costa de un deterioro en servicios públicos y un endeudamiento latente. A esto debemos agregar, que el año 2024, sobre más de 10 billones se superávit, se utilizaron mas de 9 billones para pagar intereses de la deuda pública que siempre es uno de lo puntos privilegiados de cualquier gobierno.
2. Tasas de interés exorbitantes: hasta más del 65% para refinanciar deuda, el gobierno ha ofrecido tasas de interés elevadas, superando el 65% anual en algunos casos. En agosto de 2025, se intentó refinanciar bonos con tasas del 69%, logrando solo un rollover parcial del 61%. Las tasas country risk han escalado hasta el 80%, con saltos diarios del 65% al 2% en securities. Un ejemplo concreto: en julio de 2025, se pagó una tasa mensual del 4,28% por un Lecap a 15 días, equivalente a un 65% anualizado. Estas tasas "insanas" reflejan la desesperación por atraer inversores, pero generan una bola de nieve de deuda futura, contradiciendo la narrativa de sostenibilidad fiscal.
3. La mentira de la "no emisión": aumento masivo de la base monetaria.
Milei ha insistido en que su gobierno eliminó la emisión monetaria para combatir la inflación. Sin embargo, la base monetaria se ha expandido enormemente desde diciembre de 2023 hasta septiembre de 2025. Datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA) muestran un aumento del 97% en un año, duplicándose nominalmente de aproximadamente 28 billones a 42,7 billones de pesos. Críticos, aun aquellos que en un tiempo lo asesoraron, destacan que este incremento se debe a pagos de intereses de deuda, operaciones con dólar futuro y tasas bancarias altas para evitar fugas al dólar. Aunque en términos reales bajó inicialmente (-35% entre diciembre 2023 y abril 2024), el crecimiento nominal ha sido del 35% en los primeros meses de 2025 y hasta 350% según algunas estimaciones. Esto contradice la "emisión cero", ya que el gobierno emite para sostener la timba financiera, beneficiando a bancos y especuladores.
4. Desmantelamiento de la obra pública: impactos reales.
La obra pública ha sido prácticamente desmantelada bajo Milei. Se han paralizado proyectos clave, como rutas nacionales, hospitales y redes de agua, lo que ya se traduce en accidentes viales, demoras en logística y pérdidas económicas regionales. El cierre de agencias estatales para carreteras y seguridad vial, con transferencias al privado, ha generado temores de deterioro en las redes y un aumento en muertes prevenibles. Esto forma parte de recortes presupuestarios del 74% en infraestructura, priorizando el superávit sobre el desarrollo.
5. Deudas con provincias y estrangulamiento financiero
El gobierno nacional adeuda a provincias como Buenos Aires alrededor de 12,1 billones de pesos, derivados de recortes en transferencias para educación, transporte, seguridad, salud y programas sociales. Este "estrangulamiento financiero" tiene un doble efecto: mejora artificialmente las cuentas nacionales al retener fondos, pero debilita políticamente a los gobernadores, sometiéndolos a una lógica extorsiva. Ejemplos incluyen amenazas de provincias como Chubut de cortar suministros energéticos, que Milei calificó de "extorsión". Esto genera tensiones federales y un debilitamiento deliberado de los ejecutivos provinciales para centralizar poder.
En resumen, el superávit fiscal de Milei no es un logro sostenible, sino un artificio que posterga problemas genera deudas futuras a tasas exorbitantes y sacrifica el bienestar público. Fuentes de diversos espectros ideológicos, desde medios opositores hasta análisis económicos neutrales, coinciden en estas críticas, subrayando que la narrativa oficial omite estos costos reales. Sin embargo hay toda una estructura oficial destinada a torcer la realidad, a través de discursos en el Poder Legislativo, atronadora propaganda en los medios oficialistas, en las redes de trolls, y en los streaming a cargo de periodistas amigos del presidente.
La libertad que tanto pregona, ha quedado desmentida con la censura previa que se pretende imponer para evitar que se conozcan los negocios espurios que hacen en los sectores más cercanos al presidente, y su concepto de lo que es la democracia que practican sus laderos, siguiendo sus inspiraciones está dado, porque todas las comisiones del Congreso que presiden no funcionan, para evitar que se traten cuestiones que son fundamentales para la Nación. Los diputados como Espert y otros y senadoras como Alvarez Rivero son un ejemplo de legisladores que no solo no trabajan, sino que bloquean el funcionamiento de las comisiones que presiden. Estas son las realidades de un gobierno que solo se mira a si mismo y parece convencerse de su ficciones, aunque la realidades comienzan a fisurar el esquema, y después de ponderar la libertad de los mercados, ahora intervienen en todo lugar que pueda desequilibrar aquello que pretendían sostener. Lo que ocurre con el dolar es un claro ejemplo.
Lamento que el periodismo, aun el que ejerce la critica no lo enfrente con decisión y ponga al desnudo toda la sarta de inexactitudes que surgen a diario tanto del presidente como de sus laderos. Ya nadie recuerda que sostuvo que iba a destruir el Banco Central y hoy lo manipula, nadie recuerda que sostuvo que el peso era un excremento del que había que desprenderse y hoy lo valoriza, nadie recuerda sus divagaciones constantes como la venta de niños, el defender a las mafias y justificar la evasión impositiva. Tampoco nadie se acuerda ya de sus gurúes inspiradores como Rothbard. En esta Argentina de mala memoria, todo se olvida, se encubre, se silencia y es por eso por lo que el sujeto que funge como presidente puede seguir teniendo multitudes que lo siguen apoyando, aunque nos lleve a un destino de consecuencias imprevisibles.