PEPE MUJICA

Con la muerte de "Pepe" Mujica, expresidente de Uruguay (2010-2015), han arreciado en las redes desde apologías desmesuradas, hasta demonizaciones injustificadas, producto de torcidas ideologías, donde todo se mira a través de convicciones rígidas.
Por Alejandro Olmos Gaona
A lo que se suma que algunos amigos del Facebook, haciendo gala de revolucionarios, aunque seguramente jamás arriesgaron su vida, y solo vociferaron en charlas militantes trataron de destruir su figura, porque no hizo una revolución en Uruguay, como si solo un puñado de personas pudieran cambiar de golpe un estado de cosas. Tales criterios, son propios de un infantilismo político, huérfano de un análisis serio de lo que se puede hacer, lo que no y que elementos se tienen para hacerlo, lo que no es posibilismo como algunos estúpidos me han echado en cara, sino tener conciencia exacta de las realidades que se han vivido en esta parte del continente.
Muchos de los que critican lo que fue Mujica, son admiradores de tiranuelos corruptos con Daniel Ortega y su maléfica cónyuge, o de dictadores precarios que han devastado a su país como Nicolas Maduró, y otros muchos más antiguos que ya han fenecido. Todavía parecen vivir cuando existía el muro de Berlín, y son admiradores vergonzantes de la Stasi, o de la KGB, y guardan olímpico silencio, cuando se les recuerda que los países comunistas hacían fracasar en las Naciones Unidas todo intento de condena a la dictadura militar argentina. Son los que cultivan visiones sesgadas de la realidad, además de un maniqueísmo que se pone en evidencia a cada paso.
En cuanto a los admiradores de Mujica, hay un sector de variada especie que se nutre de hipócritas que siempre lo criticaron por sus métodos y costumbres, y hoy lo reverencian como un demócrata. Los que defienden un capitalismo depredador y muestran como Mujica no trató de modificar el sistema en el Uruguay y conservó las viejas estructuras que los favorecían. Aquellos que solo lo elogian por haber despenalizado el aborto y sancionado el matrimonio igualitario como parte de una agenda progre, y muchos otros que solo hacen hagiografía si tener en cuenta los matices de una figura polémica.
A muchas de las expresiones sobre el ex presidente uruguayo no podía faltar la canalla mileista, ejemplificada en un sujeto miserable como Daniel Parisini ( el gordo Dan), que mostro el goce profundo por la muerte de Pepe, atravesando todos los límites, Por lo menos cabe el respeto ante la muerte de cualquier persona, y mucho más ante un ser humano que luchó toda su vida por defender su convicciones, fue torturado, encarcelado perseguido, todo lo que este sujeto despreciable sería incapaz de afrontar por defender sus ideas.
La muerte de Pepe el 13 de mayo de 2025 ha intensificado los debates sobre lo que significó en la política uruguaya y continental, algunos ensalzando su autenticidad y otros cuestionando sus decisiones. Y creo que más allá de los desmesurados elogios y las criticas furibundas que muchos le han hecho, es necesario tratar de tener más reflexiones equilibradas sobre logros y errores, basada en su trayectoria y en el contexto de su tiempo. Vayan algunas de las que se me ocurren.
1.- Reducción de la pobreza y desigualdad: Durante su gobierno, Uruguay experimentó una disminución significativa de la pobreza, pasando de un 40% en 2004 a un 12% al final de su mandato. La desigualdad también alcanzó su nivel más bajo históricamente, gracias a políticas de distribución de la riqueza, como el fortalecimiento del salario mínimo (que creció en términos reales por encima del índice de salario real) y programas sociales. El crecimiento económico sostenido (5,4% promedio anual) y un desempleo bajo (6,5% en 2014) consolidaron estos avances, destacados por organismos como la CEPAL
2.- Leyes requeridas por los uruguayos: Mujica impulsó una particular agenda de derechos que marcó un hito en América Latina. Legalizó el matrimonio igualitario (2013), despenalizó el aborto antes de las 12 semanas (2012) y reguló el mercado de la marihuana (2013), buscando arrebatarle el control al narcotráfico. Estas medidas, aunque controversiales, posicionaron a Uruguay como un país vanguardista en derechos que muchos pidieron se reconocieran.
3.- Creación de la UTEC y descentralización educativa: La fundación de la Universidad Tecnológica (UTEC) en 2012 fue un paso clave para descentralizar la educación terciaria, facilitando el acceso a estudios superiores en el interior del país. Esto respondió a una demanda histórica y fortaleció el desarrollo regional.
4.- Austeridad y coherencia personal: Mujica se ganó el apodo de "el presidente más pobre del mundo" por donar el 90% de su salario a causas sociales y vivir modestamente en su chacra, rechazando la residencia presidencial. Su discurso anticonsumista, como el pronunciado en la ONU en 2013, resonó globalmente, ofreciendo una crítica al capitalismo desenfrenado y promoviendo un modelo de vida sobrio. Esta coherencia le dio un prestigio internacional que elevó la visibilidad de Uruguay. Muchos lo han criticado sosteniendo que era una sobreactuación de él, sin tener en cuenta, que vivió siempre de la misma manera, y no lo cambió la presidencia.
5.- Relaciones internacionales y reconciliación regional: Mejoró las relaciones con Argentina, resolviendo el conflicto por la planta de celulosa en Fray Bentos y levantando el bloqueo del puente San Martín. Su enfoque latinoamericanista fortaleció la integración regional, aunque con limitaciones.
CRITICAS QUE SE LE PUEDEN HACER
1.- Falta de avances en educación: A pesar de declarar la educación como prioridad, Mujica no logró revertir las altas tasas de repetición y abandono en la enseñanza media. De los 39 liceos prometidos, solo se construyeron nueve, y la brecha de rendimiento entre clases sociales persistió. Las reformas educativas encontraron resistencia dentro de su propio partido, el Frente Amplio, lo que limitó su impacto.
2.-Problemas de gestión e infraestructura: Mujica reconoció que su gobierno falló en mejorar la infraestructura, como la reconstrucción de vías férreas o la construcción de un puerto de aguas profundas, calificándolo como un "estupendo fracaso". La inflación (8,26% en 2014) y el aumento del gasto familiar, a pesar de su discurso anticonsumista, también fueron puntos débiles.
3.-Postura ambigua sobre la dictadura: Su decisión de no derogar la Ley de Caducidad, que amnistiaba crímenes de la dictadura, generó críticas de sectores de izquierda y organizaciones de derechos humanos. Mujica argumentó que priorizaba la reconciliación y la estabilidad, pero esta postura fue vista como una traición por quienes buscaban justicia, que aún hoy lo siguen cuestionado, al no haber tomado una posición mucho más dura para juzgar a los represores
4.-Pasado tupamaro y violencia: Como miembro del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, Pepe Mujica participó en acciones armadas en los años 60 y 70, incluyendo asaltos y secuestros. Aunque asumió sus errores como "hijos de su tiempo", este pasado sigue siendo un punto de controversia, con detractores que lo acusan de haber justificado la violencia. En estas cuestiones es difícil encontrar una visión que refleje con rigor histórico hechos del pasado que son siempre materia de interpretaciones de acuerdo a las convicciones ideológicas que se tengan.
5.- Gestión interna y contradicciones: Su estilo campechano, aunque carismático, fue criticado por falta de coherencia y claridad en la comunicación. Las tensiones dentro del Frente Amplio, especialmente con el sector de Danilo Astori, complicaron decisiones económicas, como la aprobación del impuesto a la concentración de tierras, que fue declarado inconstitucional. Escándalos como el cierre desprolijo de la aerolínea Pluna también empañaron su gestión.
No se puede desconocer que Pepe Mujica fue un líder excepcional por su capacidad de conectar con las personas a través de su autenticidad y su crítica al modelo de consumo global. Su legado en la reducción de la pobreza, la promoción de derechos progresistas y la proyección internacional de Uruguay es innegable. Sin embargo, su gestión no estuvo exenta de fallos: la educación, un pilar de su discurso, quedó en deuda, y su pragmatismo en temas como la Ley de Caducidad alienó a parte de su base. Su pasado guerrillero, aunque contextualizado en una época de convulsión, sigue siendo un divisor de opiniones.
Pepe no fue un santo ni un villano, sino un hombre coherente con sus convicciones, pero limitado por las complejidades de gobernar y las contradicciones de su propio partido. Su vida, marcada por la resistencia, la prisión, la reinvención y la humildad, ofrece una lección: la política puede ser un ejercicio de humanidad, pero también de imperfección. Demonizarlo o idealizarlo es perder de vista su esencia, y sus modos personales, ya que, con aciertos y errores, creo que buscó un mundo más justo, y a pesar de sus limitaciones, deja un legado que hay que valorar, más allá de muchos cuestionamientos que se le puedan hacer.