MAS VALE UN SOBERANO PROPIO QUE CUALQUIER AJENO

.
Estos apuntes tienden a pensar lo que significa el pasado abierto en el presente a través de figuras muy importantes de la historia argentina como era y es, la de Manuel José del Corazón de Jesús Belgrano.
Por Carlos del Frade
Este hombre nació el 3 de junio de 1770 y era una de las principales inteligencias de todo occidente porque de hecho, la universidad de Valladolid en 500 años le había dado el segundo lugar entre los más importantes de sus egresados y con solo 24 años se hizo nada más y nada menos que presidente del Colegio de Abogados y de Ciencias Económicas de Salamanca, un lugar que en algún momento en el sentido común de la vida hogareña argentina, siempre se decía: "lo que natura non da Salamanca no presta" ya que era el lugar de la sabiduría.
Lo cierto es que Belgrano, llega con 24 años a lo que en estas tierras era todavía el Virreinato del Río de la Plata donde es nombrado cónsul vitalicio hasta el día de su muerte, con un salario que hoy mensualmente sería de aproximadamente, de 3 millones de pesos que sin embargo él decide rechazar. Esto sucedía mientras los ingleses tomaban Buenos Aires -1806- decidiendo exiliarse. En ese momento es cuando comienza a decir:
Más vale un soberano propio que cualquier ajeno.
Belgrano se convierte en un conspirador en contra de la dominación inglesa y luego va a participar activamente en la redacción del plan político de la primera emancipación de la Argentina -del intento de esto que ni siquiera se llamaba Argentina- que fue el plan político de la Revolución de Mayo conocido como el plan de operaciones que termina redactando su amigo Mariano Moreno.

A partir de ese momento Belgrano sabedor de que no hay militares se coloca el traje y comienza a hacer campañas de una extraordinaria ética humana llegando a cruzar ríos sobre el lomo de una vaca, poniéndose las mayores privaciones en sí mismo junto a los soldados a quienes define como los verdaderos padres de la patria. Fue el 27 de febrero de 1812 que yendo al frente de 1500 desesperados que no saben en qué creer, que inventa la bandera para decirles que ellos están peleando por eso que significa hacer una nueva nación que tenga como principal bandera no la celeste y blanca sino la bandera de la igualdad, de la independencia, palabras prohibidas.
Cuando crea la bandera y la pone a la Batería Independencia el triunvirato lo juzga por haberla creado y el secretario, Bernardino Rivadavia, lo juzga y lo pone preso durante 7 días en las mazmorras del Cabildo que estaban en la parte de abajo y que hoy está muy reducido en relación a lo que era su arquitectura en el siglo XIX.
Lo cierto es que Belgrano es de una inteligencia extraordinaria, en 1813 casi 35 años antes del manifiesto comunista ya decía claramente que existen dos clases de personas, las grandes mayorías que viven sosteniendo a las pequeñas minorías, dice Belgrano en El Comercio de 1813. Después se va a meter nada más y nada menos que en la idea de generar una patria grande latinoamericana y por eso pensaba en un gran Congreso, con un gran poder legislativo bajo la presencia de un descendiente inca que pudiera unir todas las partes de la América Latina absolutamente dividida.
Su gran bandera era la igualdad y junto a su amigo Martín Miguel de Guemes van a declarar el fuero gaucho en las provincias que después, se llamaron Jujuy, Salta, Tucumán, en donde declaraba que cualquier persona que no tuviera propiedad tenía derechos iguales, tanto mujeres como hombres. Eso nunca se lo iba a perdonar la oligarquía del norte que primero lo engrilla a Belgrano y después lo termina matando a Martín Miguel de Guemes.
Nunca le perdonaron su insistencia por la igualdad porque eso era ir en serio y con profundidad en la idea revolucionaria.
El 20 de junio de 1820 muere absolutamente pobre, solamente tenía una incrustación de oro en su dentadura y con eso le quiere pagar al médico de cabecera.
El día de la bandera falsamente termina siendo la muerte en la pobreza cuando en realidad, se había creado el 27 de febrero de 1812 pero lo mejor que hay que redescubrir cada 20 de junio es su pasión por hacer un país independiente y con igualdad, porque el objetivo de la política y la revolución, -decía- es la felicidad del pueblo.
