NI FATALIDAD NI TRAGEDIA

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Por Carlos del Frade
Alexis Ramón María Cettour y Axel Maximiliano Vanwelle de 25 años provenientes de Campo de Hardy, departamento de General Obligado, Matías Ezequiel Aquino y Lucas Agustín Palacio de 25 años, ambos de la ciudad de Florencia y Fernando Guerra de 26 años que había nacido en el Rabón Departamento de General Obligado, en el norte profundo de la provincia de Santa Fe en donde todavía hoy quedan las huellas lacerantes del ecocidio de La Forestal. [1]
Estos cinco muchachos perdieron la vida cuando buscaban ganársela trabajando en la ciudad histórica de San Lorenzo, que es el lugar por el que sale el 80% de las riquezas argentinas. Se murieron como consecuencia de que no habían previsto cómo subir a los obreros a una obra en construcción que tenía un edificio de 9 pisos. Lo hicieron por un montacarga que se desprendió desde una altura considerable y murieron los 5, el día domingo 17 de agosto, día del niño y en que se recuerda la muerte de San Martín, nada menos que el lugar en donde se generó la única pelea, el único combate de lo que fuera después, el primer ejército popular latinoamericano en operaciones como el ejército de los Andes.
Estos muchachos no murieron por la fatalidad o por la tragedia, palabras griegas que en realidad, hablan del capricho de los dioses del universo, de los dioses del Olimpo en ese momento. Se trata en realidad de las consecuencias de una fenomenal desprotección que los grandes sectores empresariales generan sobre quienes les producen las ganancias que son los trabajadores.
En el primer trimestre del año 2025 de acuerdo a la última cifra publicada por la Superintendencia de Riesgo de Trabajo de la Nación, en la provincia de Santa Fe se habían registrado 10252 accidentes laborales, eso significa:
Accidentes Laborales
114 por día
5 por hora
12 por minuto
Los trabajadores tienen accidentes o se mueren trabajando porque nadie los protege y eso tiene que ver con la resignación de los grandes partidos políticos, que siempre se resignan al poder económico y hacen leyes como la Ley Aseguradora de Riesgo de trabajo, sacando definitivamente el control, el poder de policía, sobre lo que significa el cuidado de la higiene y la seguridad laboral. Ahí está la consecuencia.
No fue tragedia, no fue fatalidad sino la consecuencia de una desidia planificada, permitida y con la absoluta impunidad del poder político que mira para otro lado.
El departamento San Lorenzo no es solamente el más rico de la Argentina sino, que es el segundo en cantidad de trabajadores registrados en las distintas industrias y sin embargo, no tiene un solo integrante inspector del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Santa Fe, y la empresa que llevaba adelante la construcción del edificio es una empresa de papeles flojos que ha sido suspendida varias veces y que además, ni siquiera fueron encontrados sus dueños para que salgan a responder sobre este quíntuple crímen laboral que se produjo.
Lo más relevante de todo el día lunes, fue que ninguna central obrera de la provincia de Santa Fe llamó a declarar un paro en solidaridad con los trabajadores muertos. La UOCRA, la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina que se vanagloria de generar una mayor flexibilización laboral, ni siquiera sacó un documento sobre la muerte de los trabajadores que eran albañiles, que se ganaban la vida y la perdieron, de hecho la UOCRA seccional San Lorenzo y la UOCRA seccional Rosario, están intervenida porque sus principales dirigentes estuvieron involucrados en maniobras relacionadas con el lavado de dinero, incluso, con el narcotráfico en vínculo con el asesinado jefe de la barra brava de Central, Andrés Pillín Bracamonte, el 9 de noviembre de 2024.
Si hay algo que garantiza el poder de las grandes empresas y del poder económico de la Argentina es la vida y la muerte de los trabajadores, lo que pasó en San Lorenzo marca también lo dormida que está nuestra sociedad y nuestra dirigencia sindical.
Artículo de referencia:
https://www.pagina12.com.ar/850596-albaniles-que-cayeron-en-la-obra
Sugerimos entrar a nuestra Biblioteca y leer el libro de Carlos del Frade sobre La Forestal