UN OSCURO DÍA DE JUSTICIA

07.11.2025

El 2025 iba a ser un oscuro día de justicia, como diría Rodolfo Walsh, en relación a lo que significaba la lectura de la sentencia por los crímenes de lesa humanidad cometidos a partir del 20 de marzo de 1975 en Villa Constitución, sur de la provincia de Santa Fe, especialmente por el albergue de solteros de Acindar, centro clandestino de detención y casi en forma simultánea, la escuelita de Famaillá en Tucumán, inaugurando la triste historia de los centros clandestinos de detención que estuvieron durante el tiempo de la dictadura y antes, funcionando en contra de los militantes revolucionarios, fundamentalmente gente joven menor de 30 años. 

Por Carlos del Frade

Como bien lo dicen los números de los desaparecidos, 6 de cada 10 detenidas y detenidos -hoy desaparecidos- estaban dentro de ese rango de edad y la mayoría eran empleados y trabajadores obreros, con lo cual el objetivo del golpe eran los jóvenes trabajadores con ideas revolucionarias.

Lo cierto, es que este martes 4 de noviembre se va a resolver el destino de colaboradores civiles y también de integrantes de la policía federal, de lo que fue el secuestro de 2.000 integrantes de las distintas comisiones internas de las fábricas Acindar, Villbert, Maratón y todo lo que tiene que ver con el complejo metalmecánico de Villa Constitución.

Cuatro mil -4.000- efectivos de fuerzas parapoliciales llegaron a lo que se llamó operativo Rocamora por el ministro del interior de entonces, Alberto Rocamora, que terminó en 200 detenciones en total.

Lo que terminó sucediendo el martes 4, es que 15 policías federales, un ex policía provincial y dos jerárquicos de Acindar, Roberto Pelegrini y Ricardo Torralvo fueron absueltos por mayoría durante el juicio de la causa conocida como consecuencia de lo que fue el Villazo, ocurrido el 16 de marzo de 1974, en donde la lista marrón de la Unión Obra Metalúrgica se había impuesto por fuera de la burocracia sindical y desde entonces, se quería cortar "la cabeza de la serpiente roja del Paraná", como decían los sectores militares ya metidos después de la muerte de Juan Domingo Perón, en el gobierno de Isabel Martinez de Perón, respondiendo al entonces ministro plenipotenciario de la Argentina que había sido Ministro de Bienestar Social, José López Rega, vinculado directamente con la triple AAA y que después serían las tres fuerza armadas como bien diría Rodolfo Walsh.

Esta absolución sorprendió de muy mala manera a los sobrevivientes y a las abogadas/os de los organismos de DDHH y a los distintos sectores populares. Lo importante es que por supuesto, se va a responder apelando a este fallo que toman estos tres jueces, dos en realidad, porque el juez Sutter Scheneider, falló en disidencia de estas dos sentencias que en realidad terminaron siendo absolución.

Lo importante del caso es que esto revive lo que sucedió aquel 20 de marzo de 1975, cuando una hilera de casi 4 km. de autos invadió a la ciudad de Villa Constitución generando 200 detenidos, 68 de los cuales están desaparecidos, con participación clave del empresariado, José Alfredo Martinez de Hoz era el gerente general de Acindar y Villbert, Maratón fueron empresas que también colaboraron, porque como bien dijo una integrante de la policía federal que participó de esto, el comisario Rodolfo Fischetti, se les pagaba hasta U$S 200 a cada uno de los integrantes de estas patotas paramilitares para secuestrar y torturar a trabajadores en el albergue de solteros de Villa Constitución. Quedaba claro que la órden había sido por las empresas y que eran ejecutadas por matones de diversos lugares, de distintas fuerzas de seguridad, los que después iban a ser en definitiva el grupo de tareas.

Allí el golpe de estado comenzaba a germinar, se expresaba tal como iba a ser, una especie de documento de identidad. El poder económico impulsaba a sus asesinos -los grupos de tareas- los títeres macabros, los verdaderos titiriteros de lo que después iba a ser el golpe del 24 de marzo de 1976 era el poder económico, aquellos sectores que tuvieron terror a una generación de trabajadores revolucionarios, que entendían que el trabajo tenía que ser repartido en partes iguales y no con la fenomenal explotación que se caracteriza hasta el presente.

El caso Acindar marcaba además, la emblemática presencia de José Martínez de Hoz que a pocos días del 25 de marzo iba a ser ministro de economía de la dictadura.

El golpe tenía por finalidad la financiarización de la economía, la eliminación de la producción y por sobre todas las cosas la domesticación del pueblo argentino.

El fallo de este martes en la justicia federal de Rosario parece volver a marcar la impunidad de los delincuentes de guante blanco, los verdaderos titiriteros del terrorismo de Estado y de la verdadera entrega actual de la Argentina.

Habrá que seguir peleando por lograr aunque sea, como decía Rodolfo Walsh, un oscuro día de justicia.

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