NECESITAMOS CONTRARRESTRAR EL PODER
El resultado de las elecciones me sorprendieron de sobremanera, nunca pensé que el 40% de la población de nuestro país le diera aval a una política y a una forma de llevar adelante las relaciones sociales como las que están sucediendo con este gobierno.

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Por Juan Alberto Rambaldo
Yo se que para este resultado existen muchísimas explicaciones sobre lo que sucedió, que la intervención de EE.UU., que los dólares que llovieron para sacarlo del pantano, que el susto que produjeron las declaraciones de Trump de que Argentina estaba para el sacrificio, etc., etc.
Hay algo que es fundamental y es que no aparece una fuerza que sea capaz de aglutinar la voluntad de la mayoría de la población, que a mí no me cabe duda, de que quiere algo diferente porque si el 40% -algunos dicen el 30%- lo apoyó quiere decir que hay un 60% que no está de acuerdo con su forma de gobernar y se encuentra atomizado.
Nosotros en el estatuto de Alternativa hablamos de la importancia de establecer pactos de vínculos, no importa de qué partido sean, sino, qué es lo que se propone y cómo se propone. Evidentemente en este momento no hay nadie que conduzca pero sí creo, que hay cosas que se están manifestando.
Creo que esta gente está yendo tanto para adelante, que ahora dicen que van a hacer una modificación de las relaciones laborales. Se habla de que van a imponer jornadas laborales de 13 horas, que las indemnizaciones por despidos van a achicarse y que podrán pagarse en 12 cuotas, proponiendo reemplazar los convenios colectivos de trabajo por convenios por actividad por empresa, e intentará reintroducir los ticket canasta como parte de pago -su utilización fue derogada en 2007 por el Congreso a instancias de un proyecto de ley impulsado por el abogado laboralista y entonces diputado Hector Recalde- que fue una de las luchas para evitar la superexplotación.
En nuestra historia contamos con años de luchas sindicales en las que hubo muertos y desaparecidos, muchos de ellos pelearon por una jornada de 8 horas y que debemos recordar que están no solamente adoptadas, sino impuestas por la OIT.
Ya se venía percibiendo el cambio cuando subliminalmente la gente empezaba a entender que tenía que trabajar 10 o 12 horas para completar sus ingresos cuando en realidad, esa es una de las formas de superexplotación y de aumentar el ejército industrial de reserva, por la gente que va quedando afuera al haber menos jornadas de trabajo disponibles.
Ahora no solo que lo quieren dejar en esa nebulosa en la que nos encontramos, sino, que quieren institucionalizar 13 horas de trabajo sin pago de horas extras y con vacaciones fraccionadas.
Yo me pregunto, si van a seguir avanzando tanto hacia adelante, porque los gremios ya están empezando a reaccionar. ATE ya dijo que va a salir con los tapones de punta, la CTA autónoma manifestó que no van a aceptar la pérdida de derechos. Si se mantienen firmes puede ser que empiece a aparecer una suerte de reacción social conducida por conductores y no por aquellos que medran con las carencias ajenas.
Poquísimos sectores políticos han demostrado que son leales viéndose en todos los actos y en todas las marchas de los jubilados, del Garrahan, de los discapacitados, de las universidades, sin embargo, hay otros que tienen posiciones oscilantes porque juegan un partido de ida y vuelta.
Hoy la situación está más clara desde el punto de vista que desde el asentamiento de poder, -este grupo de gobierno- en tanto y en cuanto han aumentado su posición en la legislatura. Esto genera un efecto de necesidad de contrarrestar este aumento de poder mediante otros instrumentos que no son los que estamos habituados a utilizar.

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