El boom del monotributo que enmascara la precarización laboral

Hay varias formas de verlo: los kirchneristas como los del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) hacen foco en el esquema cuestionable de abuso con el monotributo como mecanismo de contratación laboral; todos los empresarios reclaman -y los K nada hicieron- que el sistema de contratación laboral argentino es oneroso. Si un empleador tiene que pagar en impuestos un monto comparable al del salario del trabajador es una enormidad, encarece los costos y no hay solución. Lo curioso de los K es quejarse de Javier Milei por aquello que no se quejaban de CFK.
Dentro del panorama económico adverso, el mercado laboral argentino se ve sacudido por una transformación silenciosa pero de gran impacto, el crecimiento sostenido del trabajo independiente a través del régimen de monotributo. Lejos de representar una alternativa de inclusión formal, esta figura tributaria se ha convertido, según diversos especialistas, en un sustituto precario del empleo en relación de dependencia.
Un informe reciente del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) pone en cifras esta realidad: entre enero de 2012 y febrero de 2025, la cantidad de monotributistas creció un 58,8%, superando los 2 millones de personas registradas. Este crecimiento, que inicialmente podía leerse como una señal de formalización de pequeños trabajadores independientes, adquiere un cariz alarmante si se considera que va acompañado por una fuerte caída del empleo asalariado formal.
La situación se agravó con la reciente reforma laboral aprobada en el marco de la Ley Bases. Esta nueva normativa permite a los empleadores contratar hasta tres trabajadores bajo la figura de "colaboradores" monotributistas, una medida que, según el CEPA, institucionaliza la precariedad y permite evadir derechos laborales básicos como el pago de aportes patronales, aguinaldo, vacaciones pagas, licencias por enfermedad o estudio y la posibilidad de negociación colectiva.
Desde noviembre de 2023, se perdieron 108.053 empleos registrados en el sector privado. En contraste, en ese mismo período se incorporaron 49.960 nuevos monotributistas. Es decir, por cada dos empleos formales perdidos, se registra prácticamente un nuevo trabajador bajo régimen autónomo. El fenómeno revela una clara sustitución del empleo con derechos por formas laborales más inestables.
Cuáles fueron los recortes y retrocesos en el monotributo social
A esta tendencia se suma un dato preocupante: el recorte masivo en el monotributo social, un esquema pensado para permitir que sectores vulnerables accedan a una mínima cobertura de salud y jubilación. Desde noviembre de 2024, más de 424.000 personas fueron dadas de baja de este régimen debido al aumento de la cuota mensual y a la implementación de un reempadronamiento obligatorio. Así, miles de trabajadores que habían logrado insertarse en una forma básica de formalización, volvieron a la informalidad total.
El monotributo como máscara de la precarización y del trabajo informal
El impacto de esta transformación laboral se ve reflejado también en la pérdida generalizada de empleos desde la llegada al poder del presidente Javier Milei. En poco más de un año, se destruyeron 166.930 puestos asalariados, tanto en el sector público como en el privado. Si bien algunas provincias como Buenos Aires, Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires mostraron señales de recuperación en febrero, otras, como Catamarca y Santa Cruz, experimentaron retrocesos significativos.
En el plano sectorial, las actividades vinculadas a la construcción, el comercio y los servicios inmobiliarios registraron ciertos repuntes, mientras que los rubros de minería, agroindustria e intermediación financiera continuaron en baja. Esta reconfiguración del mercado laboral no solo refleja una crisis coyuntural, sino una modificación profunda de la estructura productiva.
Para el politólogo y especialista en economía Juan Manuel Gispert, la situación actual es resultado de una lógica de ajuste y recesión que empuja a los trabajadores fuera del empleo registrado. "En contextos como este, de contracción económica, se produce un efecto cascada, los empleados formales pasan a la informalidad o se reconvierten en monotributistas, muchas veces por decisión del propio empleador que los obliga a facturar como prestadores de servicios", explicó.
Gispert también alertó sobre las consecuencias de este modelo económico centrado en sectores primarios. "No tengo una visión peyorativa sobre los sectores extractivos, pero cuando toda la economía gira en torno a ellos, se termina destruyendo el entramado productivo que más empleo genera, como la industria, que además es la que mejor paga", sostuvo.
Fuente:
https://urgente24.com/dinero/el-boom-del-monotributo-que-enmascara-la-precarizacion-laboral-n602743