China debe cercar a Taiwán para frenar el ataque de EE.UU. a Venezuela

Por Atilio A. Boron
Donald Trump ha dicho que en los próximos días comenzará una campaña supuestamente destinada a atacar enclaves del narcotráfico en territorio venezolano. La escalada agresiva, absolutamente reñida con la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, comenzó con una suerte de no declarado bloqueo naval, siguió con el anuncio del cierre total del espacio aéreo de Venezuela y culmina ahora con la amenaza de bombardear -y eventualmente invadir- el territorio de ese país. Con esta decisión el presidente de Estados Unidos echó la última palada de tierra sobre la tumba del difunto "orden mundial basado en reglas", lo cual modifica sustancialmente las condiciones bajo las cuales se mueven los actores del sistema internacional, en estos días clara e irreversiblemente multipolar. Las viejas reglas han caído en la obsolescencia y con la decisión de Trump se ha ingresado a un escenario hobbesiano en donde prima la ley del más fuerte.
Es obvio que ante el derrumbe del viejo orden, y la impotencia de las Naciones Unidas para impedir crímenes como los que ya ha perpetrado la administración estadounidense con sus asesinatos extrajudiciales en el Caribe (para ni hablar del brutal genocidio en Gaza) la agresión a la República Bolivariana de Venezuela sólo podrá ser frustrada si algunos de los grandes actores del escenario mundial produce una audaz movida que redefina la ubicación de las piezas en el enmarañado ajedrez de la política internacional. No bastan las declaraciones y apelaciones de la ONU. Se requieren hechos, no palabras. Y desde este punto de vista sólo China está en condiciones de producir algún hecho que frustre el ataque a Venezuela. ¿Cómo? Desplazando su marina de guerra hacia el Estrecho de Taiwan y rodeando a la provincia rebelde emulando lo que Estados Unidos hizo en el Caribe. Inicialmente tendría que ser apenas eso: un desplazamiento de fuerzas navales sin disparar un solo tiro. Pero si pese a ello Washington pasa del acoso al ataque, China estará en todo su derecho para obrar de la misma manera y recuperar a la provincia rebelde convertida por Estados Unidos en un ariete contra Beijing. Creo que el gesto de China al cercar a Taiwán -repito, sólo eso, sin pasar a la agresión en contra de la isla- sería un paso importante para revalorizar la negociación diplomática en detrimento de la lucha militar y enviaría un claro mensaje a la potencia más belicista del planeta, como la calificara el ex presidente Jimmy Carter. Un mensaje cuyo texto diría que ya no puede hacer y deshacer a su antojo, derrocar gobiernos, organizar golpes de Estado, ocupar o destruir territorios y apoderarse de sus riquezas como lo hizo durante tanto tiempo. Si a Washington se le permite pisotear impunemente la Carta de la ONU y el derecho internacional y si sus políticas de presión, chantaje y violencia no tienen costo alguno el resultado será una exacerbación de su arraigada tendencia a aplicar el enorme peso de su aparato militar como instrumento privilegiado de su actuación en el sistema internacional, alimentando la tentación de replicar lo actuado en contra de Venezuela en algún otro país tanto de Latinoamérica y el Caribe como en otras regiones del planeta.
Para concluir: si el retorno a la "diplomacia de las cañoneras" no es repelido por una enérgica respuesta de China, el imperialismo avanzará hasta cercar por completo al gigante asiático, llegando inclusive a propiciar por medio de la violencia la independencia de Taiwán y alistar sus cañones para atacar a China, que en los documentos oficiales aparece como el "actor maligno" a destruir. Por eso China no debería demorar un segundo más en establecer un cerco con sus naves de guerra en torno a Taiwan. No sólo para salvar vidas en Venezuela y evitar la destrucción de su infraestructura, de sus edificios públicos, universidades, escuelas y hospitales tal como el régimen israelí hizo en Gaza sino en defensa propia. Esto es, para preservar a China de la insaciable voracidad de dominio de Washington.
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