Crímenes sexuales eclesiásticos: el Cónclave de Roma, lleno de cardenales con prontuario

Desde ultraconservadores a "progresistas", al menos 26 miembros del Colegio Cardenalicio fueron denunciados por sobrevivientes y organizaciones de diversos países. Hay dos argentinos íntimos de Bergoglio. La lista deja al desnudo lo poco sustancial de la "lucha contra los abusos" del papado de Francisco.
Por Daniel Satur
Este miércoles por la tarde comenzará el Cónclave del Colegio Cardenalicio para elegir al nuevo Papa. Durante días, encerrados en la Capilla Sixtina, 133 cardenales deliberarán y elegirán (difícilmente en una sola votación) al sucesor de Jorge Bergoglio en el trono de San Pedro. Culminación de un intenso proceso de rosca entre las diversas alas y fracciones de la Curia vaticana.
La fumata blanca saldrá a la luz cuando algún candidato alcance los 89 votos, es decir dos tercios del cardenalato participante. Allí terminará el Cónclave y será anunciado el nuevo Papa ante una multitud de fieles y turistas. En la previa, todo tipo de especulaciones sobre quiénes tienen las mayores chances de ganar. Y la gran incógnita: ¿será un continuador del "aperturismo" de Francisco o buscará regresar a la senda más conservadora de Juan Pablo II y Benedicto XVI?
Como sea, lo que difícilmente cambie con un nuevo Papa es la marca a fuego del doble discurso y la doble moral de la jerarquía católica, que persiste gobierne quien gobierne el Vaticano.
Por ejemplo, parece haber cierto consenso acerca de que uno de los legados de Francisco es el "combate" a los abusos sexuales contra fieles (mayoritariamente niños) cometidos por curas, obispos y laicos influyentes. Sin embargo, buena parte de los cardenales que votarán en estos días (muchos nombrados por el propio Bergoglio) son reconocidos cómplices y encubridores de crímenes sexuales. Algo de lo que, curiosamente, pocos hablan.
Semanas antes de la votación, se hizo público el sitio Conclave Watch (Vigilancia del Cónclave), en el que organizaciones de sobrevivientes de abusos eclesiásticos de todo el mundo cuentan qué hicieron esos cardenales, a quiénes encubrieron, dónde y cuándo. En pocos días la suma alcanzó a 25 nombres y apellidos, desde ultraconservadores herederos de Ratzinger a "progresistas" discípulos de Bergoglio. Si bien en la lista de Conclave Watch no aparece, en este artículo sumamos a Pietro Parolin.
Una investigación colectiva
La semana pasada las organizaciones estadounidenses Nate's Mission y SNAP (esta última nuclea a 26.000 sobrevivientes de diversos países) presentaron Conclave Watch en una conferencia de prensa convocada en Roma. Allí sus referentes Sarah Pearson y Peter Eley relataron el proceso de creación de las "fichas" de los cardenales, a partir de diversas fuentes de información, empezando por los relatos en primera persona de las y los sobrevivientes de los abusos.
La conferencia de prensa fue por demás ilustrativa. Además de relatar los casos más renombrados, Pearson y Eley recordaron que Francisco no transformó nada de fondo en torno a los abusos. De hecho afirman que, concluídos esos doce años de papado, la "demanda mundial de que la jerarquía católica rinda cuentas ante la sociedad" es creciente y que aún se está muy lejos del "fin al ciclo de abuso y encubrimiento".
Conclave Watch recibe datos y testimonios de todas partes del mundo. Lo que le permitió identificar, hasta ahora, 25 cardenales sobre los que hay "evidencia convincente de que debería iniciarse una investigación completa sobre sus conductas", lo que implicaría de mínima que no fueran papables. Desde SNAP intentaron contactarse con ellos para escuchar sus versiones, pero ningún cardenal respondió. Sólo alguno que otro minimizó el tema a través de la prensa.
Por las dudas, desde Conclave Watch aclaran: "Cada presentación se basa en una base sólida de testimonios de sobrevivientes y testigos presenciales, registros públicos y declaraciones de la Iglesia, investigaciones independientes de los medios de comunicación y expertos legales, documentos oficiales de la Iglesia y procedimientos canónicos, testimonios, declaraciones y documentos ordenados por la corte de casos penales y civiles".
Ahora sí, la lista de los cardenales que, pese a estar más que comprobada su complicidad con el abuso sexual eclesiástico, desde este miércoles pueden ser elegidos para suceder a Francisco.

Parolin
Pietro Parolin, el italiano de 70 años que acompañó desde 2013 a Bergoglio como secretario de Estado, no figura en la lista de Conclave Watch. Sin embargo podría decirse que, muerto Francisco, es el clérigo vivo con mayor responsabilidad de toda la Iglesia en cuanto a encubrimiento de crímenes sexuales.
En su función política de intermediario directo entre el Papa y el resto de los cardenales del mundo, la bandeja de entrada de Parolin desborda de archivos, fechas, lugares, nombres y apellidos de víctimas y victimarios. Sin embargo, nadie recuerda alguna intervención suya para esclarecer alguno de los miles de casos que pasaron delante de sus ojos. Hoy la prensa mundial dice que Parolin "se afianza como favorito" para suceder a su fallecido jefe. Allí radica el silencio sobre su prontuario.
Grech
Quien sí figura en la lista de Conclave Watch es el primer candidato "oficialmente" anunciado como papable. Se trata de Mario Grech, de 68 años, arzobispo de Malta secretario general del Sínodo de Obispos (nombrado por Francisco). La semana pasada, tras las primeras deliberaciones no formales en los pasillos vaticanos, el cardenal Jean-Claude Hollerich, íntimo colaborador de Bergoglio, dijo que Grech tiene altas chances de ser Papa.
"Grech no denunció a los abusadores conocidos ante las autoridades civiles y retrasó la destitución de sacerdotes con acusaciones creíbles de abuso sexual infantil", se lee en Conclave Watch. Sobrevivientes aseguran que llegó a retrasar dos años la destitución de un cura al que el Vaticano había decidido expulsar para evitar escándalos mayores. Y que tomó medidas contra quienes manejaban el Hogar Lourdes para niños huérfanos recién siete años después de haber recibido denuncias, "sólo después de que los medios de comunicación informaran sobre esos crímenes".
SNAP denunció a Grech ante el Vaticano el 25 de marzo, basándose en el decreto papal Vos estis lux mundi firmado por Francisco en 2023. La norma habilita a cualquier persona a denunciar ante la Santa Sede y con "indicios serios" a cualquier obispo, cardenal o superior religioso por abuso o encubrimiento, solicitando que se lo investigue y, eventualmente, condene y sancione clericalmente.
Tagle
Otro que suena fuerte como candidato es el filipino Luis Antonio "Chito" Tagle, de 67 años. Nombrado cardenal por Benedicto XVI, hasta 2020 fue arzobispo de Manila. Luego se trasladó al Vaticano, donde a pedido de Francisco se hizo cargo de la prefectura de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. En la Iglesia se lo conoce como "el Francisco asiático" y se difundieron anécdotas suyas que lo pintan como bonachón y hasta videos donde baila y hasta canta Imagine.
En Conclave Watch se lee: "Tagle no actuó ante los abusos conocidos e hizo declaraciones públicas inquietantes que restaron importancia al escrutinio mediático sobre los abusos en la Iglesia". Entre otras manchas, afirman que en 2017 él y "otros líderes de Cáritas fueron informados de la condena previa del padre Luk Delft por abuso infantil; sin embargo, a Delft se le permitió continuar como director de Cáritas República Centroafricana, donde posteriormente surgieron nuevas acusaciones de abuso".
En 2021, estando al frente del dicasterio vaticano, Tagle debía encargarse de investigar al obispo de Nueva Zelanda Patrick Dunn, acusado por sobrevivientes de encubrir varios abusos sexuales. "En lugar de abordar la denuncia, Tagle elogió públicamente a Dunn al año siguiente" y "desde entonces, los sobrevivientes no han recibido ninguna información sobre el caso", afirma Conclave Watch. Al igual que Grech, Table también fue denunciado por SNAP el 25 de marzo en el Vaticano.
Erdő
Otro de los cardenales denunciados ante la Santa Sede es el húngaro Peter Erdő, de 72 años. Arzobispo de Budapest, se lo considera uno de los más "prestigiosos" dentro del ala conservadora de la Curia. Ocupa un buen puesto en el top ten de papables.
A Erdő lo acusan de haber contribuido activamente a la opacidad e impunidad en el caso del cura Balázs, "acusado con credibilidad de abusar sexualmente de varios menores". Según Conclave Watch, "a pesar de un informe de 2015 del superviviente Attila Pető -corroborado por otras víctimas y reconocido como 'bien fundado' por la archidiócesis-, Erdő impuso en 2016 una prohibición secreta de diez años al sacerdote sin notificar a las víctimas ni al público. El caso solo se reveló a través de la exposición mediática".
Además, afirman que "Erdő y sus adjuntos se negaron a reconocer los informes previos de abuso, negaron a Pető el reconocimiento como víctima, ocultaron los resultados de la investigación y no ofrecieron disculpas ni resarcimiento".

SNAP y Nate's Mission también denuncian nada menos que a quien supo redactarle muchos discursos a Bergoglio en Buenos Aires y en Roma. Es el cardenal Víctor "Tucho" Fernández, exrector de la Universidad Católica Argentina, exarzobispo de La Plata y desde 2023 prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (heredera de la Santa Inquisición), cargo estratégico para la "moral" cristiana. Pese a ser un "joven" de 61 años y con pocas chances de ser Papa (nadie imagina dos argentinos consecutivos), su voz y su voto tienen peso.
Conclave Watch acusa a Fernández de abordar "de forma inadecuada múltiples casos graves de abuso, incluyendo los que involucraron al padre Eduardo Lorenzo, al padre Raúl Sidders y al padre Maximiliano Di Virgilio". Amparado desde Roma por su amigo personal, "Fernández minimizó constantemente las denuncias, protegió a los sacerdotes acusados y no los destituyó del ministerio de manera oportuna ni transparente".
En 2018, "Tucho" reemplazó al conservador Héctor Aguer al frente del Arzobispado de La Plata. Nunca aportó nada para esclarecer los casos que había encubierto su antecesor (como el del cura Héctor Giménez o el de los italianos del Instituto Provolo). Y protegió a nuevos denunciados. Llegó al extremo de refugiar en la sede platense de Cáritas a Lorenzo, quien acorralado por denuncias judiciales terminó matándose de un tiro en el pecho horas antes de ir preso.
Fernández hizo pactos de silencio con criminales sexuales y tomó decisiones conscientes para protegerlos. Hasta nombró en cargos importantes del Arzobispado a otros encubridores de abusos. Un minucioso racconto publicado en 2022 por La Izquierda Diario da cuenta de once casos ocurridos en La Plata en los que la complicidad de "Tucho" es clarísima. Pese a todo, Bergoglio lo puso al frente del Dicasterio vaticano dedicado a juzgar los casos de abuso.
Farrell
Si bien no suena fuerte como papable, el cardenal Kevin Farrell puede ser un "tapado" con aspiraciones. Con 77 años, es otro de los cercanos a Bergoglio, quien lo nombró en 2016 prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Muerto el Papa, asumió como Camarlengo de la Santa Iglesia Romana, encargado de administrar bienes y demás cuestiones del Vaticano hasta que asuma un nuevo pontífice.
Nacido en Dublín, antes de desembarcar en Roma Farrel fue obispo de Washington y Dallas. Es conocido su paso por Los Legionarios de Cristo, la organización de clérigos comandada por el depredador sexual mexicano Marcial Maciel. Y es otro de los cardenales denunciados por SNAP en marzo.
Según Conclave Watch, en la capital estadounidense "Farrell actuó como exvicejefe del cardenal (Theodore) McCarrick y vivió con él de 2002 a 2006, cuando la arquidiócesis de Newark pagó 80.000 dólares en concepto de indemnización a una de sus víctimas". Farrell puso las manos en el fuego por McCarrick. "Nunca tuve motivos para sospechar de él", dijo pese a las denuncias.
En 2019 Farrel fue mencionado por otro sobreviviente de Dallas que acusó al cura Timothy Heines de abusar de él durante años, desde que era menor de edad. El hombre aseguró que el actual Camarlengo protegió a Heines, no denunció sus abusos ante el Vaticano (mucho menos judicialmente) y hasta culpó al denunciante de haber "consentido" el abordaje sexual del sacerdote.
Poli
Tras ser ungido Papa, en 2014 Bergoglio nombró arzobispo de Buenos Aires a Mario Poli. Hoy cardenal (jubilado de la arquidiócesis porteña), su presencia y la de Fernández en el Cónclave gravitan en el ala bergogliana del Colegio Cardenalicio. También, al igual que "Tucho", Poli también encubrió crímenes sexuales en Argentina.
Tal como informa Conclave Watch (e informó oportunamente La Izquierda Diario), Poli recibió diversas denuncias públicas. Algunas llegaron a sedes judiciales. Siempre acusado de justificar abusos de curas bajo su protección y despreciar a las víctimas.
Uno de los casos es el de Enrique Picchioni, quien a principios de los 90 abusó de al menos un niño del Colegio Marianista del barrio porteño de Caballito. Años después el abusado lo denunció penalmente y fue a buscar ayuda al Arzobispado, donde se reunió un par de veces con Poli. El entonces obispo auxiliar de Bergoglio lo escuchó, pero luego le clavó el visto y nunca más lo atendió.
En otra nota de este diario te contamos el caso del cura Hugo Pernini, abusador que también llegó a involucrarse en el narcotráfico. En 2019 un joven lo denunció penalmente y también hizo declaraciones en las que acusó a Poli de proteger al criminal. Los hechos ocurrieron en 2011, cuando Poli era obispo de Santa Rosa (La Pampa). La víctima había acudido a él en busca de ayuda. Cínico, el monseñor sólo le dijo: "Sé feliz, andá a ver a un psicólogo y seguí adelante con tu vida".
En 2021 te contamos que a Poli también lo denunció un sobreviviente de Mendoza, por proteger a clérigos abusadores y desacreditar a los denunciantes. La denuncia también alcanzó a los obispos Carlos Malfa y Oscar Ojea,que junto a Poli integraban el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Argentina.
Y en 2023 te informamos que el cura Manuel Pascual fue condenado a doce años de cárcel por torturar y violar a dos monjas de la Comunidad Hermanas de San José del barrio de Núñez. ¿Sabés quién le dio la espalda a las denunciantes y ofreció el Arzobispado porteño para que Pascual cumpliera prisión domiciliaria? Sí, adivinaste.
Prefectos del abuso
El cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller tiene 78 años y fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe antes que el argentino Fernández. Hace 25 años "perdonó" y restituyó a su puesto a un cura condenado por violar menores. Feligreses de Ratisbona dijeron que, siendo obispo, Müller "obstruyó sistemáticamente" la investigación de los abusos en el coro de niños Regensburger Domspatzen, dirigido durante treinta años por Georg Ratzinger, hermano de Benedicto XVI. Lo acusaron de encubrir varios casos más.
Siendo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Müller se negó a tomar contacto con sobrevivientes y hasta se opuso a crear un tribunal vaticano para juzgar casos de abusos, algo que había sugerido el propio Francisco. Su turbia gestión también fue investigada por maniobras fraudulentas por cientos de miles de euros.
Dominique Mamberti es marroquí y tiene 62 años. Desde 2014 es prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, algo así como el Ministerio de Justicia de la Iglesia. En Conclave Watch denuncian que Mamberti puso en un altísimo cargo del Tribunal al obispo Joseph Punderson, acusado en Nueva Jersey de abusar de menores a fines de la década de 1970. Y también lo acusan de haber protegido al cardenal McCarrick, violador de Washington.
El cardenal estadounidense Raymond Burke, de 78 años, también está en la lista. Condujo por seis años el Tribunal Supremo, hasta la llegada de Mamberti. Siendo obispo en Wisconsin, Burke mantuvo activos a tantos sacerdotes denunciados que, se asegura, tiene el récord de criminales protegidos.
"Nunca denunció a la Policía ni a las autoridades civiles a ninguna de las docenas de sacerdotes agresores conocidos en La Crosse", se lee en Conclave Watch sobre Burke, quien supo refugiar en secreto a decenas de curas pedófilos de Estados Unidos mientras afiamaba públicamente que la pedofilia era cosa de homosexuales. Discurso similar al del presidente argentino Javier Milei, quien al igual que Burke se declara admirador de Donald Trump.
Otro de los ministros de Francisco acusado de encubrir crímenes sexuales es el cardenal Robert Francis Prevost Martínez, nacido hace 69 años en Chicago y nacionalizado peruano. Junto a Bergoglio alcanzó el cargo de prefecto del Dicasterio para los Obispos. También encubridor de abusadores tanto en Estados Unidos como en Perú, SNAP y Nate's Mission lo incorporaron a la lista de denunciados el 25 de marzo ante el Vaticano.

Monseñores del horror
Las organizaciones de sobrevivientes presentaron otra denuncia en Roma el último 15 de abril. En esa lista de acusados se sumaron el cardenal yanqui de 74 años James Harvey, actual jefe de la Basílica Papal de San Pablo Extramuros, una de las mayores de Roma. Ocupó otros altos cargos de la Curia vaticana, desde donde ayudó a curas abusadores de Estados Unidos. Fue un férreo defensor del cardenal Bernard Law, quien terminó renunciando tras la denuncia masiva de abusos en Boston, inspiradora de la película Spotlight. Otro de los favorecidos de Harvey fue Theodore McCarrick, citado más arriba.
La lista también la integra el cardenal Daniel DiNardo (74) exarzobispo de Houston y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. En Conclave Watch se lo acusa de "ocultar los abusos admitidos de dos sacerdotes mientras era obispo" y no propiciar la expulsión de varios acusados.
Igual lugar se le da al cardenal Timothy Dolan (75), arzobispo de Nueva York, acusado por encubrir curas de su diócesis denunciados de todo tipo de ataques sexuales. Tuvo también manejos financieros vidriosos y llegó a confrontar con los sobrevivientes, acusando a SNAP de "mentirosos" y mostrar "víctimas falsas", además de hacer lobby para bloquear la Ley de Víctimas Infantiles.
A ellos se suma el exarzobispo estadounidense Wilton Gregory (77). Fue condenado en Belleville en 2004 por "desacato judicial" tras haberse negado a entregar al Poder Judicial información y documentos sobre un sacerdote acusado. En Atlanta hizo campaña contra un proyecto de ley para ayudar a víctimas de abusos del clero. Y en Washington enfrentó la Ley de Víctimas Infantiles de Maryland.https://www.pillarcatholic.com/p/ca...