Desarrollando la resiliencia de Taiwán

18.07.2025

Perspectivas sobre la resiliencia civil de Taiwán frente a los actos de guerra 

El aumento de las amenazas militares y las actividades de intimidación de China contra Taiwán y la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022 han impulsado al gobierno y a la sociedad civil de Taiwán a fortalecer la resiliencia del país. Si bien Taiwán cuenta con una rica trayectoria de voluntariado y una amplia experiencia en la respuesta a desastres, los esfuerzos para fortalecer la resiliencia civil del país ante un posible escenario de guerra aún se encuentran en sus etapas iniciales. En este informe, los autores analizan aspectos de las iniciativas de preparación para la resiliencia civil de Taiwán que son particularmente pertinentes para fortalecer la resiliencia ante posibles actos de guerra, que podrían abarcar desde un bloqueo militar hasta ataques cinéticos e incluso una invasión.

Los autores definen la resiliencia civil como la capacidad de la sociedad civil para anticipar, prepararse, mitigar y sobrevivir a un acto de guerra, así como para reconstruirse tras el fin de las hostilidades. Aplican un marco analítico basado en siete áreas temáticas de resiliencia (resiliencia psicológica y cohesión social, salud y bienestar, infraestructura crítica y servicios vitales, continuidad del gobierno y la gobernanza, transporte y movilidad, alimentos y agua, y redes externas) para evaluar la resiliencia civil de Taiwán, sus fortalezas y vulnerabilidades, y cómo Taiwán podría mejorar sus capacidades de resiliencia civil. Basándose en su revisión de fuentes primarias y secundarias de código abierto y más de 40 entrevistas con funcionarios gubernamentales, expertos en la materia, líderes cívicos y otras personas de Taiwán, Estados Unidos y Europa, los autores identifican áreas clave en las que Estados Unidos y la comunidad internacional podrían contribuir aún más a los preparativos de resiliencia civil de Taiwán.

Hallazgos clave

  • El gobierno y la sociedad civil de Taiwán han puesto en marcha diversas iniciativas de preparación para la resiliencia, que se complementan con la rica trayectoria de voluntariado y la amplia experiencia de Taiwán en la respuesta a desastres. Taiwán cuenta con bases sólidas para un mayor desarrollo de la resiliencia, como un sistema de salud bien desarrollado, una sociedad civil proactiva y una infraestructura de gestión de desastres existente.
  • Los esfuerzos de Taiwán por fortalecer su resiliencia se complican por la ausencia de consenso entre las élites políticas del país y dentro de la sociedad sobre la amenaza china y cómo enfrentarla, una renuencia profundamente arraigada a contemplar la preparación de la sociedad para la posibilidad de un conflicto a gran escala y una falta de comprensión común del valor de la preparación para la guerra.
  • La integración de la respuesta civil con escenarios militares en ejercicios es relativamente reciente. Sin embargo, durante un conflicto, la sociedad taiwanesa podría verse obligada a resistir más tiempo sin asistencia, y los nodos clave de infraestructura podrían ser atacados deliberadamente. Una sociedad y una infraestructura resilientes podrían ofrecer a los responsables de la toma de decisiones en Taiwán más opciones estratégicas.
  • El desarrollo de la resiliencia es un proceso continuo. Taiwán se ha embarcado en el fortalecimiento de su resiliencia en diversas áreas. Algunas de las áreas para mejorar la preparación incluyen el suministro y la distribución de energía, las redes de comunicaciones, el sistema de salud, los sitios de almacenamiento subterráneos y reforzados, la fabricación y las reservas de alimentos, y las soluciones de tratamiento de agua. Un área particularmente importante es asegurar un amplio apoyo social y político a los programas de desarrollo de la resiliencia, tanto a nivel estatal como municipal.

Recomendaciones

  • Estados Unidos y la comunidad internacional deberían brindar asesoramiento e intercambiar experiencias sobre cómo normalizar el desarrollo de la resiliencia en toda la sociedad taiwanesa y a través de las divisiones políticas. También deberían asesorar sobre los requisitos que un escenario militar podría imponer a la sociedad civil y los mecanismos para desarrollar la resiliencia en diferentes ámbitos civiles.
  • Estados Unidos y la comunidad internacional deberían buscar oportunidades para colaborar en tecnologías e investigaciones que favorezcan la creación de resiliencia, impulsando así las capacidades de Taiwán y encontrando nuevas soluciones de resiliencia para su propio uso.
  • Estados Unidos y otros actores internacionales deberían educar al gobierno de Taiwán sobre el valor y los modelos de trabajar con diversos grupos civiles en apoyo de la resiliencia nacional y regional.
  • Estados Unidos y la comunidad internacional deberían ayudar a Taiwán a adaptar las lecciones de resiliencia de otros países a las circunstancias de Taiwán y aplicarlas de maneras que logren la aceptación de la comunidad.
  • Estados Unidos y la comunidad internacional deberían tratar de infundir confianza en la sociedad de Taiwán en la capacidad del país para resistir los ataques militares de China y transmitir el mensaje de que centrarse en la resiliencia de toda la sociedad no es un paso hacia la guerra, sino más bien algo que muchos países alrededor del mundo están haciendo ante las crecientes amenazas.
  • Estados Unidos y la comunidad internacional deberían tratar de destacar la importancia de fomentar la cooperación entre partidos y entre todos los niveles de la sociedad en cuestiones de interés común, como la resiliencia nacional.
  • Taiwán debe fortalecer su investigación científica independiente y objetiva sobre la resiliencia de toda la sociedad.