El mar, otro escenario de pleitesía a Trump

09.12.2025

La temporada alta y el arribo de cientos de buques asiáticos a la frontera de la zona de exclusión abre la puerta a nuevos episodios de tensión con China.

Desde Beijing

El inicio de la temporada de pesca nacional agita las aguas del Mar Argentino y podría generar nuevos episodios de tensión entre el gobierno de Javier Milei y China. En un escenario de exagerada subordinación a la política exterior estadounidense, la gestión libertaria reforzó los operativos de vigilancia ante la llegada de cientos de buques extranjeros –principalmente de Asia Oriental– a la frontera de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) argentina. Bajo el argumento de recuperar capacidad militar y combatir la pesca ilegal, el Ejecutivo estrena este fin de año aviones noruegos de patrulla marítima y pretende avanzar en la compra de submarinos franceses. A 20 mil kilómetros del Atlántico Sur, en China aseguran que es "imposible" que embarcaciones chinas ingresen a las 200 millas marinas argentinas, destacan los monitoreos diarios que realizan y hablan de "profundizar la cooperación" entre ambos países. Como antecedente reciente aparece el show que montó el año pasado el ya exministro de Defensa, Luis Petri, cuando desplegó un inédito operativo para detener sin fundamento a un buque con bandera china.

De cara al comienzo de la zafra del calamar illex argentinus, la Prefectura Naval intensificó el patrullaje sobre los más de 500 buques extranjeros que cada año –entre noviembre y junio– llegan al área adyacente a la ZEE. Para esta temporada, el gobierno luce orgulloso la incorporación del segundo de los cuatro aviones P-3C Orion que le compró a Noruega por un convenio que –en realidad– firmó la gestión de Alberto Fernández. "Desde 2024, Argentina cuenta con los medios necesarios para controlar la totalidad de la milla 200, detectar y perseguir a quienes saquean nuestros recursos marítimos", celebró el Gobierno en octubre tras el arribo de la aeronave.

Desde Beijing rechazan las acusaciones de pesca ilegal y aseguran que los buques chinos respetan las leyes internacionales. En diálogo con Página/12, la Asociación de Pesca de Ultramar de China (COFA) señala que "todos los buques actúan de acuerdo con el marco normativo" y tienen "una gestión muy rigurosa". "Es imposible que los buques chinos entren a la jurisdicción argentina porque a cada hora anunciamos sus ubicaciones", explica Xiong Pengfei, subsecretario general de la COFA y agrega: "Tenemos vigilantes las 24 horas del día para ver la ubicación de los buques y garantizar que mantengan una distancia de una milla".

Los empresarios chinos señalan que toman múltiples medidas de seguridad para garantizar que no haya pesca ilegal, que el gobierno argentino no ha denunciado oficialmente la presencia de buques asiáticos dentro de su jurisdicción y que solo existen "rumores que forman parte de la propaganda de algunos medios de comunicación". Ponen como ejemplo el trabajo que realizó en las últimas décadas la firma Shanghai Jinyou Deep Sea Fisheries Co. en Argentina. "Establecimos dos oficinas en Mar de Plata y Puerto Madryn. Operamos 13 barcos pesqueros: once poteros y dos tangoneros. Y tenemos dos plantas modernas de procesamiento de pescado. La producción total anual supera las 20.000 toneladas y nuestro producto se vende en los mercados de América del Sur, Europa y China", detalla Pan Fuliang, presidente del directorio de la compañía. En ese sentido, subraya que los logros económicos se obtuvieron respetando las leyes locales. "El cumplimiento normativo es el principio inquebrantable de China. Siempre respetamos estrictamente la legislación pesquera local y los reglamentos de seguridad sin que se hayan producido incidentes ni accidentes. Demostramos con acciones concretas la ejemplaridad de las empresas chinas", asegura.

China se posiciona hoy como un líder global en economía azul. El sector creció el año pasado un 5,9 por ciento y el 15º Plan Quinquenal (2026-2030) propone estrategias de innovación para ampliar su desarrollo. Para el sector pesquero argentino representa posibilidades comerciales y de inversiones, pero también desafíos respecto de la soberanía marítima y la sostenibilidad ambiental. Además, ampliar la presencia china en el país chocaría con la política exterior libertaria, alineada a la administración de Trump.

Cesar Lerena, presidente del Cespel, advierte que en la Zona Económica Exclusiva prácticamente no existe la pesca ilegal extranjera, aunque aclara que hay –por lo menos– tres razones para sostener que sí se ejecuta en alta mar. En primer lugar, por la falta de control efectivo del Estado de pabellón. Es decir, la ausencia de observadores a bordo de los buques, que actúen de controlados más allá de los sistemas satelitales. En segundo lugar, por la falta de determinación científica de la captura máxima sostenible para no depredar la especie. Y, por último, porque la pesca masiva en la milla 201 afecta a los intereses nacionales, al alcanzar a las especies que nacen y se crían dentro de la ZEE y migran. Ahí se capturan entre 700.000 y 1 millón de toneladas anuales (principalmente con barcos chinos, taiwaneses, coreanos y españoles).

Dentro de la Zona Económica Exclusiva argentina, en cambio, la pesca ilegal está vinculada a buques nacionales, que realizan descartes estimados en un 30 por ciento.

Sobre la sostenibilidad ambiental y respeto a la soberanía marítima, el 15° plan quinquenal chino propone encarar una "pesca oceánica moderna" y en armonía con el ecosistema, reconociendo explícitamente desafíos como el alto porcentaje de pesca en alta mar (que daña ecosistemas y amenaza la biodiversidad). "Asumimos las responsabilidades y obligaciones de la conservación, protección y gestión de los recursos. Por ejemplo, en los últimos años aplicamos algunas medidas como el control estricto de la escala de la pesca de mar. Mantenemos un nivel estable de buques y flotas. No vamos a aumentar esa cifra, incluso vamos a disminuir", argumentó la COFA.

El patrullaje, Trump y el show

De acuerdo a Lerena, la vigilancia y las patrullas que exhibe el gobierno sirven de poco porque no forman parte de una estrategia para defender los recursos migratorios en alta mar. En suma, los operativos son más que nada gestos simbólicos para complacer a Trump y su obsesión de "sacar a China" del continente.

Bajo ese guión, el año pasado Petri promocionó un operativo "inédito" con una corbeta, un helicóptero, dos semirrígidos con personal militar y un avión Hércules para detener un barco chino, que supuestamente navegaba de forma ilegal. "El que las hace, las paga", tuiteó eufórico el funcionario sobre la detención de un barco que nunca estuvo en infracción. "El Heng Xin I siempre navegó a una velocidad de entre 7 y 10 nudos, venía desde el Pacífico hacia la Milla 201. Nunca apagó el geolocalizador (AIS) y tratándose de un potero, para realizar tareas de pesca, la única forma posible es manteniéndose a cero nudos, situación que nunca se evidenció. En conclusión, el barco nunca estuvo en una situación sospechosa", reseñó el medio especializado Revista Puerto.

En un escenario de exagerado alineamiento a la Casa Blanca, la temporada de pesca y el arribo de cientos de buques asiáticos a la frontera de la ZEE abre la puerta a nuevos episodios de tensión con China. Mientras tanto, queda pendiente el debate sobre cómo ampliar el desarrollo de la industria pesquera –octavo complejo exportador argentino– y elaborar una estrategia de protección de los recursos migratorios en alta mar.

Fuente:

https://www.pagina12.com.ar/2025/12/09/el-mar-otro-escenario-de-pleitesia-a-trump/