Elecciones 2025 y su nueva configuración del poder en Bolivia

Las elecciones presidenciales del 2025 están marcadas por una ausencia de liderazgo político, que se evidencia en los diferentes discursos de los candidatos, ya sea de la izquierda, la derecha y el centro. Pues no terminaron de convencer al votante. Esta acefalía de hegemonía del discurso y su aceptación en la ciudadanía nos indica que el poder y su legitimidad del nuevo presidente de Bolivia, se verá en constante peligro de gobernabilidad.
El poder definido conceptualmente por Max weber es la probabilidad de imponer la propia voluntad en una relación social, incluso contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento o interés de la misma. Esto refleja la capacidad de imponer, dirigir, guiar sin oposición.
En este caso los candidatos a la presidencia no tuvieron la capacidad de convencimiento en todo el periodo de campaña electoral, ya sea por etiquetas como "traidor "en la izquierda. Pues es el caso del candidato Andrónico Rodríguez que provino a la escena política como senador del movimiento al socialismo hoy es aspirante a la presidencia por Alianza Popular que no construyó un discurso renovado y persuasivo. En la derecha la etiquetas de "neoliberal y corrupto" no fueron superados por los candidatos como Samuel Doria o Tuto Quiroga que se encuentran con más de 30 años involucrados en la política.
Estos dos candidatos no lograron despegar en las encuestas a pesar que ambos candidatos se encontraron primero y segundo en todos los índices de aprobación presentados por la prensa tradicional "informativos de televisión" pues ambos se quedaron estancados con un apoyo que ronda en promedio los 22%.
Ahora bien, los datos de la prensa reflejan que el nuevo gobierno en Bolivia será de tendencia liberal o de derecha y con seguridad se definirá entre Quiroga Ramírez y Doria Medina. Cuyos candidatos no pudieron elevar su porcentaje de aprobación en los meses que se dedicaron a la campaña electoral. Por lo que refleja que cualquier eventual gobierno de estos dos políticos será un gobierno con poca base social que respalde medidas controvertidas como el tema de la escasez del dólar y la escasez de diesel y gasolina.
Es decir que el poder factico y legitimó del nuevo gobierno se encuentra entre dicho no por un tema de legalidad y constitucionalidad, tampoco será por la no obtención de los dos tercios en el poder legislativo. Sino que muy probablemente se verá limitado por su propio peso político que como dijimos anteriormente, contienen discursos que no convence al electorado, su perfil presidencial es antipático poco carismático y que no construyeron un proyecto económico, social y cultural alternativo, sino que se colgaron de los errores económicos del actual gobierno de Luis Arce del Movimiento al Socialismo.
Cuando cuando tome posesión el nuevo gobierno que dice ser liberal, muy probablemente en sus primeros meses usará el discurso dicotómico de izquierda y derecha, pues culpara al gobierno anterior por el estado económico que aún seguirá azotando a la población. También debemos indicar que en ese nuevo escenario de reconfiguración del poder fáctico y político, el segundo en la encuestas que por cierto es de corte socialdemócrata y con mucha afinidad hacia medidas de recorte de subvenciones hacia los hidrocarburos, y préstamos internacionales, con seguridad tendrá presencia en la asamblea legislativa. Entonces las reformas económicas que se realizará mediante proyectos de Ley será un acuerdo de las dos fuerzas políticas socialdemócratas. Este aparente control del de Poder Legislativo y Ejecutivo que por cierto, también tiene muchísima influencia en las diferentes instituciones del Estado Plurinacional de Bolivia se verá en riesgo por su propio peso de impopularidad social.
Si analizamos a la izquierda representada por dos candidatos jóvenes que se opusieron a Evo Morales que hace pocos años atrás era el líder indiscutible del movimiento al socialismo y creyendo en el discurso de renovación y juventud se lanzaron al escenario electoral, sin pensar que serían salpicados con la estigma de la corrupción del actual gobierno y su la mala gestión económica los hizo ser catalogados de traidores del movimiento indígena y popular.
Ambos candidatos sin un discurso fuerte que demuestre realmente renovación política fueron atrapados en un sándwich. Pues por un lado se encuentran los anti masistas reacios a todo lo que tenga que ver al socialismo y por otro lado se encuentra el "evismo" que pregona al estado plurinacional, al movimiento indígena originario campesino y que en el algunos casos extremos contiene discurso contra los k`aras (denominativo de hombre blanco) y que esencialmente propone como único candidato a Evo Morales. La representación de la izquierda en el poder legislativo se ve muy reducida después de más 20 años de gobierno según muestran las últimas encuestas. Esto no quiere decir que la izquierda haya desaparecido o vaya a desaparecer en Bolivia.
Si bien los candidatos de izquierda que apostaron por la renovación fueron atrapados en el sándwich de los discursos políticos coyunturales tendrán que tomar partido por apoyar al "evismo" o no apoyarlo. Pues de alguna u otra manera se verá presionado por la orden de aprehensión que existe en su contra. Esa nueva izquierda renovada y débil políticamente hablando se verá en la encrucijada de decidir si apoyará o sepultarán a Evo Morales.
Ahora bien este último actor político de gran apoyo social de sectores indígenas originarios aún busca la silla presidencial a pesar de la ruptura constitucional del 2019 y la negación de la Constitución política del estado que prohíbe la reelección de un tercer o cuarto mandato presidencial, según el artículo 168.
Este ex presidente apuesta por el voto nulo y va jugar su popularidad y respaldo en este tipo de voto, que es también parte de la democracia electoral. Si el voto nulo es inferior al 5 % con seguridad se entenderá que Evo Morales no cuenta con el respaldo social y la aprehensión podría darse en cualquier momento del nuevo gobierno de derecha. Si en caso contrario superaría el 10% mostraría que aún cuenta con apoyo popular y se constituiría nuevamente en un actor político con capacidad de debilitar al nuevo gobierno a través de bloqueos y marchas.
Por lo que entonces vemos que las relaciones de poder jurídico y constitucional pasarían a un gobierno de derecha que no creció ni convenció en el periodo electoral más allá de su base social y vemos a una izquierda de renovación con muy poco respaldo social y por consecuencia con poca representatividad en la asamblea legislativa que si no decide a qué bando apoyara se verá eclipsado por Evo Morales, pues aún se encuentra en estas elecciones 2025 a través del voto nulo que si de alguna manera es significativo aun mantendrá el poder factico y social de muchas organizaciones sociales indígenas originarias y de la población en general.
Por: Iván Cruz Alanoca
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