La Corte Suprema brasileña ordenó el arresto domiciliario para Jair Bolsonaro

El juez Alexandre de Moraes ordenó este lunes el arresto domiciliario del reaccionario expresidente, por no cumplir las restricciones que le impuso el tribunal.
Danilo Paris
Según el ministro del Supremo Tribunal Federal (Corte Suprema), Alexandre de Moraes, la medida se tomó después de que el ex presidente Jair Bolsonaro violara las medidas cautelares impuestas previamente por ese tribunal. La Policía Federal ejecutó órdenes de allanamiento e incautación en la residencia del exmandatario y le incautó un teléfono celular.
La Corte Suprema decidió en marzo enjuiciar al expresidente de ultraderecha por liderar una conspiración en el asalto a los tres poderes de Brasil, en enero de 2023.
El episodio que motivó esta decisión ocurrió después de los actos promovidos por la extrema derecha el pasado domingo, cuando Bolsonaro participó en una manifestación a través de una llamada telefónica con su hijo, el senador Flávio Bolsonaro.
El discurso se publicó posteriormente en redes sociales, lo que, según el ministro Moraes, constituyó una violación de la prohibición de usarlas, incluso a través de intermediarios. Durante estas manifestaciones, la ultraderecha exigió la detención de Alexandre de Moraes y el movimiento "Fuera Lula", siendo uno de los impulsores de esta política el congresista reaccionario Nikolas Ferreira, del Partido Liberal.
Además del arresto domiciliario, se impusieron otras sanciones al expresidente: Bolsonaro tiene prohibido recibir visitas, salvo de abogados debidamente autorizados, y mantiene prohibido contactar con autoridades extranjeras, otros sospechosos y embajadores. También tiene prohibido el uso de redes sociales y cualquier tipo de comunicación con terceros.
El arresto domiciliario se produce en medio del intento de injerencia imperialista del gobierno de Donald Trump en Brasil, imponiendo impuestos y defendiendo abiertamente a Bolsonaro. Para interferir en el proceso judicial en el que Bolsonaro está acusado, Trump aplicó la Ley Magnitsky contra el juez del Supremo Tribunal, Alexandre de Moraes, imponiendo sanciones económicas de diversos niveles.
Aunque no signifique el encarcelamiento definitivo de Bolsonaro, millones de trabajadores, mujeres, personas LGBT, indígenas, personas negras, inmigrantes y jóvenes de todo el país celebran esta medida, por todo lo que Bolsonaro representa. Es la figura principal de la ultraderecha de Brasil, y ahora recibe el apoyo mediante un serio intento de injerencia imperialista a través de las acciones de la figura más importante de la ultraderecha mundial, Donald Trump.
Jair Bolsonaro y el legado que dejó su presidencia deben ser barridos, junto con todos los ataques económicos que su gobierno implementó mediante reformas y privatizaciones. Junto con ellos, los ataques del gobierno surgido del golpe institucional contra la expresidenta Dilma Roussef, que allanó el camino para la extrema derecha en Brasil mediante una acción orquestada entre el imperialismo, el poder judicial, el legislativo y las grandes empresas brasileñas. Estas operaciones utilizaron todo tipo de mecanismos autoritarios que siempre se vuelven contra los trabajadores.
Por eso nuestra lucha debe ser independiente de todos esos sectores, para combatir el bolsonarismo en sus raíces, incluidos aquellos que se postulan como sucesores de Jair Bolsonaro, como el actual gobernador de San Pablo, Tarcísio de Freitas, a través de la lucha de clases.
Esta lucha por lograr que ninguno de los golpistas reciba amnistía debe estar alineada con las demandas que representan los intereses de millones de trabajadores, como el fin de la escala salarial de 6x1, el fin de la violencia policial y la derogación del ajuste aplicado por el llamado "Marco Fiscal", combatiendo la conciliación de clases que solo sirve para mantener a la ultraderecha y su legado económico en el régimen político.
Para enfrentar con firmeza a la extrema derecha, a Donald Trump y a todos estos ataques, se debe confiar en el poder de la movilización.
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