La mano oculta de Estados Unidos en el mundo: breve historia de la CIA

21.11.2025

Otra vez la CIA aparece en la escena política internacional como en distintos momentos de sus casi ochenta años de vida.

Por Claudia Ferri

"Hay que prepararse para ir a lugares a los que nadie más puede ir y hacer cosas que nadie más pueda hacer". Eso dijo en enero de 2025 el nuevo director de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), John Ratcliffe, cuando exponía frente al Senado los objetivos que debía trazarse el organismo en la nueva era de Donald Trump. Toda una declaración que no quedó sólo en intenciones ya que, diez meses más tarde, el presidente autorizó acciones encubiertas de la CIA en Venezuela contra el gobierno de Maduro que podrían incluir el uso de fuerza letal dentro de su territorio o activar actividades desestabilizadoras. A esto se suman los ataques a supuestas narcolanchas y un despliegue militar en la costa del mar Caribe, que no se veía desde hace décadas, bajo el nombre "Operación Lanza del Sur".

Otra vez la CIA aparece en la escena política internacional como en distintos momentos de sus casi ochenta años de vida. Lo inusual esta vez es que Trump haya admitido públicamente operaciones que suelen permanecer ocultas y clasificadas.

La agencia es una de las armas que usa para controlar sus zonas de influencia y las regiones que están bajo su mirada interesada. Cumple dos funciones "haciendo inteligencia": por un lado se encarga de recabar datos y secretos ajenos, porque quien tiene más información tiene más poder. Por otro lado realiza acciones u operaciones encubiertas en el extranjero para conocer de primera mano algún hecho puntual o directamente para intervenir en asuntos políticos, económicos y hasta sociales con el objetivo de generar algún cambio favorable a Estados Unidos. Esto puede incluir hasta asesinatos.

Tim Weiner en un Legado de Cenizas: la historia de la CIA, recorre estas innumerables operaciones que la CIA realizó a lo ancho del mundo a través de la lectura de más de cincuenta mil documentos desclasificados, y miles de testimonios y entrevistas que compiló a lo largo de su vida profesional. Weiner, lejos de ser marxista, fue periodista especializado en "seguridad nacional" del New York Times por muchos años y ganador del premio Pulitzer. Hace una historia crítica del organismo desde la perspectiva de poder "limpiarla de malos o ineptos hombres". Lo que pretende el libro es mostrar sus debilidades, en pos de que tenga un funcionamiento correcto o acorde al país que representa; sin cuestionar (claro) su rol estructural capitalista y su naturaleza más profunda.

Weiner dice que la CIA había sido creada para "evitar un nuevo Pearl Harbor" y fracasó. Un ataque sorpresa muchos años después mostraría esto. El 11 de septiembre del año 2001 dos aviones secuestrados chocaron contra las Torres Gemelas que eran el centro político, económico y financiero de Estados Unidos. Un atentado de gran magnitud que mostraría los grandes agujeros de la seguridad nacional del país. Entre ambos acontecimientos pasó mucha agua debajo del puente.

Los primeros años de la CIA

Estados Unidos salió de la Segunda Guerra Mundial como potencia hegemónica y si bien contaba con el FBI, encargado de investigaciones y actividades dentro del territorio nacional, no tenía un servicio de inteligencia que operara en el extranjero como sí lo hacían las otras potencias.

La CIA tiene como antecedente la breve experiencia de la Oficina de Asuntos Estratégicos (OSS) creada por el presidente Franklin D. Roosvelt, diseñada por William J. Donovan y formada por el servicio secreto británico conocido como MI6. Funcionó desde 1942 a 1945 y fue disuelta unas semanas después de lanzar las bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki.

Pero el peligro de la Rusia soviética empezó a crecer muy rápido. Según Weiner "en la primavera de 1945, Estados Unidos no sabía casi nada de la Unión Soviética, y apenas muy poco más del resto del mundo" [1]. Comenzaba la Guerra Fría y no conocían a su enemigo. A esto se sumaban los estallidos revolucionarios y movimientos de liberación en las ex colonias. ¿Cómo sería "el gendarme del mundo capitalista" si no conocía lo que pasaba?

En 1947, bajo la presidencia de Harry Truman, se diseñó la política exterior estadounidense para las siguientes décadas:

• Primero comenzaron a apoyar militar y económicamente a los países que "defendieran la libertad" frente a la avanzada soviética (la famosa "doctrina Truman").

• Segundo, lanzaron el "Plan Marshall" para financiar la reconstrucción de Europa inyectando con millones de dólares las economías locales.

• Tercero, con la sanción de la Ley de Seguridad Nacional, se creó la CIA en septiembre de 1947. Una agencia de inteligencia que actuaría en el exterior y que dependería directamente del Poder Ejecutivo. Financiada con parte del presupuesto destinado al Plan Marshall de cada país, aunque los fondos eran confidenciales.

Se expandió por el mundo como una epidemia. En los años siguientes contaba con más de 50 oficinas en distintos países. Cada oficina funcionaba con dos jefes operativos: uno que controlaba la red de espionaje y el otro las operaciones encubiertas.

Según Weiner nunca se logró infiltrar a la Unión Soviética como para tener cierta capacidad de daño. Incluso solían venderles "información falsa" sobre todo en las sedes de Berlín y Viena lo que en muchos momentos los dejaba a ciegas. Por ejemplo en Viena les vendieron un falso libro de códigos de comunicación soviético. Incluso muchos agentes fueron descubiertos por los gobiernos espiados.

Además era muy dependiente de la información brindada por otros servicios de inteligencia como el MI6 o la Mossad israelí. Ninguno vio venir el estallido de la revolución política de Hungría en 1956 donde trabajadores se levantaron contra el régimen autoritario estalinista y pedían mayores libertades democráticas. Incluso a pesar de intentarlo tardíamente, la CIA no logró infiltrarse en el genuino movimiento de protesta que finalmente fue aplastado por los tanques rusos. Según varios autores, incluido Lawrence Freedman, la inteligencia estadounidense no vio venir la caída del Muro de Berlín ni la desintegración de la Unión Soviética.

Las operaciones encubiertas

Aunque mostraba cierta incapacidad en el espionaje, donde la CIA desarrolló todo su potencial fue en las operaciones encubiertas. Financiaron medios de comunicación como diarios, radio emisoras y hasta periodistas de distintas partes de Europa y del mundo para hacer propaganda contra Rusia. Financiaron también partidos políticos afines a Estados Unidos en elecciones totalmente amañadas. En otro orden apoyaron golpes de estado, asesinaron líderes políticos por orden del presidente de turno y hasta coordinaron invasiones territoriales.

El golpe de Estado en Irán de 1953 fue el primero donde la CIA intervino activamente. Fue la prueba de fuego para la política imperialista estadounidense. El objetivo era acceder fácilmente al petróleo iraní. En la posguerra las condiciones de la población, el desarrollo de huelgas y el surgimiento de movimientos de liberación nacional obligaron al Sha a que nombre como primer ministro a Mohammad Mossadegh del Frente Nacional en 1951 quien impulsó la nacionalización del petróleo. La CIA y el MI6 intervinieron.

Como escribe Santiago Montag acá

El plan para derrocar a Mossadegh supera la ficción. Se dividía en tres fases superpuestas: una campaña permanente de propaganda ideológica a través de periodistas mercenarios; una red extendida de oficiales militares para liderar el golpe; y la compra de parlamentarios para asegurar un cuerpo legislativo opositor a Mossadegh, además de captar a clérigos islamistas y convencer al Sha de que asuma el poder absoluto.

Con la consolidación del golpe lograron renegociar las concesiones de sus empresas petroleras en la zona para Estados Unidos e Inglaterra. Fue el primer "éxito" de la CIA.

Al año siguiente participó del derrocamiento del presidente de Guatemala Jacobo Árbenz en la llamada Operación Éxito. Fue el primero de una larga serie de sangrientos golpes militares financiados y orquestados por la agencia de inteligencia en América Latina. Fue central como política exterior para dominar sobre su "patio trasero" frente al avance del comunismo, sobre todo después de la Revolución Cubana de 1959.

También participó en los golpes de Brasil, Argentina, Bolivia, Uruguay, Chile. En este último gastó millones sembrando caos y confusión para derrocar a Salvador Allende. El secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger justificó los operativos: "no veo por qué tenemos que dejar que un país se haga marxista sólo porque su población es irresponsable" [2].

La CIA fue quien diseñó el Plan Cóndor, la coordinadora represiva que actuó en países de Sudamérica en la década de los 70. Animada por la Doctrina de Seguridad Nacional se encargó de promover y consolidar las relaciones entre Inteligencia y las Fuerzas Armadas de seis países sudamericanos; como quedó demostrado en los "archivos del horror" encontrados en una comisaría de Paraguay y en los propios documentos que desclasificó la agencia en el año 2000.

Por esos años también intervinó en la política doméstica de Perú, Ecuador, Venezuela, República Dominicana, Guyana, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Panamá. Comprando lealtades, con espías en la función pública y en las fuerzas militares. Los dólares solían ingresar a través de instituciones políticas o de investigaciones símil ONGs.

El jefe de los espías de la sección Latinoamericana con asiento en Buenos Aires fue Tom Polgar quien describió con claridad la relación de dependencia que establecía Estados Unidos con los gobiernos aliados,

te conviertes en su servicio de inteligencia exterior. Ellos no saben lo que ocurre en el mundo; de modo que les das un resumen semanal, amañado para adaptarse a sus sensibilidades. Dinero; eso siempre es bienvenido. Aprovisionamiento: juguetes, juegos, armas... Entrenamiento. Y luego siempre puedes llevarte a un grupo de oficiales a Fort Bragg o a Washington; unas maravillosas vacaciones [3].

Recordemos que muchos militares latinoamericanos formados en técnicas antisubversivas en instalaciones del país del norte, muchos de ellos encabezaron las dictaduras en sus países de origen.

Como James Bond, la CIA también tenía licencia para matar pero en la vida real. Este tipo de operativos encubiertos debían ser aprobados directamente por el presidente de turno. La modalidad podía variar dependiendo de las circunstancias. Los años 60 fueron testigos de varios de estos casos con el fin de terminar con personalidades trascendentales. En Legado de cenizas los documentos presentados afirman que Eisenhower quería librarse de Patrice Lumumba, el primer ministro de El Congo belga que había encabezado un movimiento independentista muy importante y era aliado de la Unión Soviética. El presidente estadounidense lo consideraba un hombre muy peligroso, el "Castro" de África. En enero de 1961, luego de un fallido intento de envenenamiento, la CIA financió a Joseph Mobutu que detuvo y ejecutó a Lumumba y se convirtió por tres décadas en el jefe de un Estado caracterizado por la corrupción y la represión.

Con Fidel Castro lo intentó en numerosas oportunidades pero nunca lo logró. Era una obsesión para el presidente John F. Kennedy terminar con el dirigente cubano, sobre todo después de que su gobierno aprobara la expropiación de propiedades estadounidenses bajo constante presión de los trabajadores. Esto fue un salto en el proceso revolucionario y en la preocupación de la CIA en la isla. Se planeó una invasión y el 15 de abril de 1961 ocho bombarderos estadounidenses B26 con banderas cubanas pintadas atacaron a la Fuerza Aérea cubana, queriendo simular que la acción había sido de un oficial rebelde. La operación fue descubierta gracias a la interceptación de mensajes entre Estados Unidos y Guatemala descifrados por Rodolfo Walsh que en ese momento era periodista en Prensa Latina.

El día 16 invadieron la Bahía de los Cochinos 1.500 agentes de la CIA que fueron derrotados por más de 20.000 voluntarios cubanos defensores de los cambios de la revolución. Kennedy finalmente debió cancelar un segundo bombardeo para no terminar en una masacre, dando por terminado el plan.

El presidente demócrata continuó con las operaciones encubiertas. En 1963 avaló el asesinato del general Ngo Dinh Diem, presidente de Vietnam del Sur, y a quien habían apoyado durante muchos años financiando partidos políticos, entrenando a la polícia secreta, con peliculas populares y hasta financiando revistas de astrología favorables a Diem. Había dejado de servir a los fines estadounidenses. Era un líder católico en un país mayoritariamente budista y esto ponía en crisis la región, en pleno enfrentamiento bélico con Vietnam del Norte.

El 9 de octubre de 1967 la CIA ejecutó al Che Guevara. Había sido capturado en la selva boliviana por escuadrones del ejército del dictador Barrientos, cuando planeaba extender en muy malas condiciones tácticas y estratégicas la revolución al continente. Como afirman los propios documentos de la central, a pesar de las torturas el Che no dijo nada y hasta el final afirmó que sus ideas vencerían. A su verdugo le dijo: "recuerde que está matando a un hombre".

Los últimos 40 años

En los 80 la CIA puso su atención en Centroamérica y en financiar la venta de armas a grupos que enfrentaran abiertamente a gobiernos pro soviéticos antes de su caída. Se habría establecido una red de conspiraciones y negocios entre los agentes de inteligencia, los "contras" u opositores a los gobiernos y narcotraficantes, quienes utilizaban la estructura clandestina armada por los dos primeros para vender drogas. Este artículo de Jacobin recorre la ruta del crack hasta llegar a Estados Unidos con la connivencia de la agencia. El supuesto enfrentamiento contra el narcotráfico como forma de controlar socialmente a las poblaciones más pobres, fue la que le permitió ampliar el mercado y la dependencia.

Con la caída del muro la CIA se quedó sin enemigo a quien combatir pero no por mucho tiempo porque se inventó uno. La lucha contra el comunismo internacional fue reemplazada por la "guerra contra el terrorismo" a comienzos del siglo XXI. Se refería a las organizaciones terroristas que habían atentado contra las torres gemelas, pero terminó siendo una gran generalidad que incluía básicamente a todo aquel que se oponga a los "valores democráticos estadounidenses".

En esos momentos el presidente Bush (hijo) permitió el espionaje de la CIA en territorio nacional. No es que antes no se hiciera, de hecho Kennedy había espiado a líderes del movimiento pacifista, Nixon a opositores en el famoso Watergate pero ésta vez fue permitido legalmente.

A su vez comenzó una guerra contra Irak de 20 años sobre falsas pruebas (o nunca comprobadas según la CIA) pruebas de que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva. Tiempo después diría que la agencia sólo tenía "meras suposiciones" sobre la situación en Medio Oriente, abriendo una crisis interna entre los espías y muchas renuncias. Empezaron a surgir a comienzos de siglo XXI agencias de inteligencia privadas que surgían de la mano de ex agentes y competían con el viejo organismo estatal.

El desarrollo de su historia muestra que la mano de Estados Unidos estuvo detrás de numerosos acontecimientos políticos y sociales sin que nadie lo sepa, a través de su organismo de inteligencia internacional. También puede verse que cuanto más intervencionista es su política exterior, la CIA (como ahora también el FBI) suelen tener mucho más trabajo y presupuesto. Esto hoy ya puede verse con el enorme despliegue militar de Trump en la zona del Caribe y la disputa geopolítica que mantiene con China. Sin dudas es un momento para estar muy atentos de los pasos que pueda dar la central de inteligencia en el continente.

Fuente:

https://www.laizquierdadiario.com/La-mano-oculta-de-Estados-Unidos-en-el-mundo-breve-historia-de-la-CIA