Perú Cerro de Pasco: La juventud contra el extractivismo

Un enorme cenote, de aproximadamente dos kilómetros de largo y casi mil metros de profundidad, se excava a diario para extraer cobre, plomo y zinc. Se trata de El Tajo, una gigantesca mina a cielo abierto ubicada en Cerro de Pasco, a más de 4500 metros sobre el nivel del mar. A pesar de siglos de explotación de sus recursos por parte de multinacionales y las enormes ganancias generadas, este pueblo sigue siendo uno de los más pobres del Perú.
Actualmente, más de 70.000 personas viven en Cerro de Pasco en condiciones de profundas dificultades sociales y económicas, atrapadas en una realidad marcada por graves consecuencias ambientales. La mina ha contaminado gravemente la zona, poniendo en riesgo la salud de la población. Los servicios de salud son prácticamente inexistentes, el sistema educativo está al borde del colapso y la ayuda estatal es escasa. Según datos, toda la comunidad presenta rastros de metales pesados en la sangre y requiere atención médica urgente para prevenir daños irreversibles.
A pesar de las investigaciones realizadas por organizaciones como Source International y los estudios de investigadores de la Universidad de Columbia, publicados posteriormente por la Organización Mundial de la Salud, la contaminación ambiental en Cerro de Pasco sigue representando una amenaza real. La principal responsabilidad recae en la empresa minera, mientras que el Estado peruano permanece ausente, incapaz de garantizar los derechos fundamentales de sus ciudadanos. Derechos como el derecho a vivir en un medio ambiente sano, tener acceso a agua potable adecuada, una dieta segura y libre de tóxicos, y gozar de buena salud.
Los metales pesados provenientes de los vastos vertederos mineros que rodean la ciudad se propagan por el aire y el agua, penetrando el cuerpo humano. Los datos más alarmantes se refieren a niños y adolescentes, quienes son los más afectados por esta exposición constante. Los niños de entre 5 y 14 años, el grupo de edad más vulnerable a este tipo de exposición, han desarrollado déficits cognitivos y físicos, así como trastornos mentales. Los adultos, especialmente los padres, han mostrado comportamientos violentos dentro del núcleo familiar, especialmente hacia sus hijos, debido a los altos niveles de metales pesados en sus cuerpos.
En este pueblo fantasma, víctima de las devastadoras consecuencias de años de extractivismo y abandono de las instituciones peruanas, pequeños grupos locales de resistencia luchan, aunque con dificultad, por encender un rayo de esperanza de cambio. Uno de ellos es la asociación Red Interquorum Cusco, dirigida por estudiantes de secundaria y universitarios de Cerro de Pasco, unidos por su lucha por los derechos humanos y su condena de las condiciones ambientales en las que viven. Son los ganadores del premio de derechos humanos de la organización Operation Daywork, con sede en Bolzano . Esta organización permite a los jóvenes luchar de primera mano y establecer contactos con otros grupos de jóvenes de todo el mundo, eligiendo un proyecto cada año para apoyar financieramente. Este año, el trabajo se llevó a cabo con los jóvenes de Red Interquorum, con el objetivo final de ampliar sus voces y apoyarlos en su importante labor de sensibilización sobre los derechos humanos.
De ahí surge el proyecto AGIRE, impulsado por la ONG Future Rights , organización con sede en Italia que se centra en la participación juvenil. Gracias a la colaboración entre estas organizaciones y a la valiosa participación de los jóvenes de Red Interquorum, se está desarrollando un plan de acción conjunto para visibilizar la grave situación de Cerro de Pasco. AGIRE busca promover la participación juvenil, la justicia ambiental y la solidaridad global mediante la creación de vínculos concretos entre jóvenes italianos y activistas en Cerro de Pasco, Perú. La idea es brindar a los jóvenes de Red Interquorum plataformas cada vez más internacionales para compartir sus historias, así como apoyarlos en la presentación de denuncias legales, con el objetivo de obtener resultados concretos en un futuro próximo.
En un contexto donde la explotación de recursos sigue prevaleciendo sobre los derechos humanos, la experiencia de los jóvenes de Cerro de Pasco demuestra que la resistencia aún es posible, incluso en los lugares más marginados del mundo. A través del trabajo de organizaciones como Operation Daywork y Future Rights, las nuevas generaciones no solo alzan la voz contra la injusticia ambiental y social, sino que también construyen puentes de solidaridad internacional capaces de generar conciencia y, sobre todo, acciones concretas.
