Trump restablece contrato con empresa israelí de espionaje con amplios poderes

La administración de Donald Trump ha restablecido en silencio un contrato con la empresa israelí de software espía Paragon Solutions, previamente vetada, otorgando al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) un acceso sin precedentes para hackear cualquier teléfono móvil, incluidas aplicaciones encriptadas.
Por Maryam Qarehgzolu
La decisión, publicada el pasado sábado en un portal oficial de adquisiciones del gobierno de EE.UU., ha encendido las alarmas entre organizaciones de derechos humanos y defensores de la libertad digital en el país.
Advierten que la medida, autorizada por la administración Trump, fortalece a la industria del ciberespionaje ofensivo y acelera la represión contra los inmigrantes —unas políticas que ya han incluido encarcelamientos antes de juicio, separación de familias y deportaciones a terceros países—.
Paragon fue fundada en 2019 en los territorios palestinos ocupados por Ehud Schneorson, comandante de la temida unidad de espionaje cibernético israelí, la Unidad 8200, con el respaldo del entonces primer ministro Ehud Barak.
En septiembre de 2024, bajo la administración de Joe Biden, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) firmó un contrato de 2 millones de dólares con Paragon.
Sin embargo, el acuerdo fue rápidamente suspendido y puesto en revisión para garantizar su cumplimiento con la orden ejecutiva de marzo de 2023 que limitaba el uso de software espía comercial por parte del gobierno estadounidense.
Dicha orden prohibía expresamente la adquisición de herramientas que representaran "importantes riesgos de contrainteligencia o seguridad para el gobierno de Estados Unidos o riesgos significativos de uso indebido por parte de un gobierno o individuo extranjero".
¿Cómo se reactivó el contrato de ICE con Paragon?
Durante varios meses, el contrato permaneció congelado. Pero apenas dos meses después de emitida la orden de suspensión, la firma de capital privado AE Industrial Partners, con sede en Florida, adquirió Paragon y lo fusionó con la contratista de inteligencia REDLattice, con base en Virginia, lo que abrió la vía para el restablecimiento del acuerdo.
Con esta adquisición, Paragon pasó a clasificarse como proveedor nacional en lugar de extranjero, al estar bajo propiedad estadounidense. Según múltiples informes, la empresa también ha tejido estrechos lazos con exfuncionarios de la CIA y altos mandos militares de EE.UU.
El periodista independiente Jack Poulson reveló en su Substack que John Finbarr Fleming, exdirector adjunto de la CIA para Corea, asumió en enero de 2024 el cargo de presidente ejecutivo de la filial estadounidense de Paragon, meses antes del anuncio público de la adquisición, según consta en su perfil de LinkedIn.
De manera similar, Andrew G. Boyd, quien dirigió el Centro de Inteligencia Cibernética de la CIA hasta mediados de 2023, se incorporó al consejo de REDLattice en octubre de 2023.
Apenas dos meses antes, el exjefe del Estado Mayor del Ejército estadounidense, James McConville, también había pasado a formar parte del equipo directivo de REDLattice.
El Comando de Operaciones Especiales Conjuntas (JSOC), la llamada unidad de élite del ejército estadounidense para operaciones antiterroristas y de acción directa, que trabaja en estrecha colaboración con la CIA, ha declarado más de 11 millones de dólares en gastos destinados a productos de REDLattice.
Los datos de adquisiciones muestran que solo el 18 de julio se destinaron 6 millones de esa suma, lo que refleja la profunda dependencia del ejército estadounidense de estas tecnologías.
Con el levantamiento de la prohibición, ICE ha emergido como la agencia contratante para el despliegue del software espía de Paragon.
Organizaciones de derechos civiles y humanos advierten que esto coloca, en la práctica, una de las ciberarmas encubiertas más poderosas jamás creadas —una herramienta originalmente desarrollada fuera de EE.UU.— en manos de una agencia conocida por violar derechos fundamentales.
El contrato restablecido incluye un paquete completo: licencias de software, hardware especializado, capacitación de operadores y mantenimiento continuo.
¿Cómo funciona el software espía de Paragon?
Cuando se despliega con éxito contra un objetivo, el software de hackeo de Paragon —llamado Graphite— es capaz de infiltrarse en prácticamente cualquier teléfono inteligente del mundo.
Una vez comprometido el dispositivo, los operadores —en este caso ICE— pueden no solo monitorear los movimientos físicos de una persona, sino también leer mensajes de texto, ver fotografías almacenadas y extraer contenido de aplicaciones encriptadas como WhatsApp y Signal.
El software incluso puede secuestrar el micrófono del teléfono y convertirlo en un dispositivo de escucha en tiempo real.
La compañía afirma que Graphite es una "alternativa ética" a programas espía como Pegasus de NSO Group, que en 2021 se vio envuelto en un escándalo internacional tras revelarse que había sido utilizado por gobiernos para espiar a periodistas, disidentes e incluso a jefes de Estado.
En respuesta, el Departamento de Comercio de EE.UU. incluyó a NSO en la lista negra en 2021, prohibiendo a las empresas estadounidenses suministrarle tecnología.
En 2022, Citizen Lab de la Universidad de Toronto, una organización tecnológica canadiense, reveló que el software espía Pegasus de Israel había infectado computadoras utilizadas por el personal de la oficina del primer ministro británico, a pesar de que Reino Unido es uno de los aliados más cercanos de Tel Aviv.
Paragon ha intentado diferenciarse de NSO Group, asegurando que solo hace negocios con las llamadas "democracias".
A pesar de sus proclamados estándares "éticos", la empresa no ha ofrecido transparencia.
También sostiene que tiene una política de tolerancia cero y que rompe relaciones con gobiernos que utilicen el software espía contra miembros de la sociedad civil, como periodistas; sin embargo, no ha revelado la lista de sus clientes ni ha detallado salvaguardas específicas para evitar el abuso de su tecnología.
¿Cómo ha apuntado Paragon contra la sociedad civil?
En la práctica, la tecnología de Paragon ya ha estado implicada en abusos contra la privacidad y la libertad de expresión.
La compañía insiste en que sus productos están destinados a "prevenir el crimen organizado y los ataques terroristas", pero en el pasado su software ha sido utilizado extensamente para espiar a personas inocentes.
A principios de este año, Graphite fue vinculado a una campaña de espionaje en Italia que tuvo como blanco al menos a 90 periodistas, activistas por los derechos de los migrantes e incluso a personas cercanas al papa Francisco.
Entre los objetivos figuraban defensores de derechos humanos que habían criticado abiertamente el "proyecto colonial" de Italia en Libia.
Tras la indignación pública, Paragon se vio obligada a cortar lazos con las autoridades italianas; sin embargo, el escándalo aumentó el escrutinio sobre sus actividades internacionales.
A inicios de 2025, WhatsApp —propiedad de Meta— anunció que había frustrado un intento masivo de hackeo utilizando el software espía de Paragon. La campaña apuntaba a unas 90 personas, entre ellas periodistas, activistas proinmigración y miembros de la sociedad civil.
WhatsApp aseguró que no solo bloqueó el ataque, sino que también envió a Paragon una carta de cese y desistimiento, citando el precedente de su demanda exitosa contra NSO Group.
¿Por qué importa la adquisición de Graphite por parte de ICE?
ICE, como el principal brazo de investigación del DHS, ha sido duramente criticado por su enfoque agresivo hacia la aplicación de las leyes migratorias en EE.UU. bajo la administración actual.
Desde que Trump regresó a la Casa Blanca en enero, la agencia ha estado en el centro de la polémica por la separación de familias, los abusos reportados en centros de detención y las operaciones masivas de deportación que organizaciones de derechos humanos califican como violaciones de derechos humanos.
Según medios estadounidenses, la administración ha destinado 170 mil millones de dólares para implementar la política migratoria de Trump, estableciendo como objetivo diario 3000 arrestos para las autoridades.
Para alcanzar esta meta, ICE está reclutando 10 000 agentes, ofreciendo primas de contratación de 50 000 dólares.
El DHS ya ha tomado medidas como aumentar la vigilancia de las cuentas en redes sociales de inmigrantes, y han surgido informes sobre planes para usar diversas tecnologías con el fin de rastrear a cientos de miles de inmigrantes.
La incorporación de Graphite al arsenal tecnológico de ICE podría permitirle vigilar a las comunidades migrantes más profundamente que nunca, así como rastrear a activistas, periodistas o adversarios políticos.
Estas preocupaciones resultan especialmente graves dado el aumento de los esfuerzos de Trump para reprimir el activismo pro-palestino en los campus universitarios.
En marzo, el secretario de Estado Marco Rubio anunció la revocación de las visas de al menos 300 estudiantes internacionales acusados de "desestabilizar" las universidades, una medida ampliamente condenada por considerarse políticamente motivada.
ICE ya mantiene contratos con grandes firmas de vigilancia como Palantir y Babel Street.
Palantir es un gigante tecnológico respaldado por la CIA que colabora en la guerra genocida de Israel contra Gaza mediante sistemas de inteligencia artificial para la selección de objetivos. Babel Street provee Babel X, una plataforma de vigilancia impulsada por IA.
A principios de este año, organizaciones de derechos humanos revelaron que Babel X y Immigration OS de Palantir cuentan con capacidades automatizadas que permiten una vigilancia masiva constante y evaluaciones de personas, a menudo con el propósito de perseguir a no ciudadanos estadounidenses, lo que también representa riesgos para quienes se pronuncian a favor de los derechos del pueblo palestino.
Reacciones de rechazo
Las capacidades de hackeo de Graphite llevan la vigilancia a un nivel sin precedentes y aumentan el riesgo de arrestos ilegales y arbitrarios en medio de la represión en curso contra activistas pro-Palestina, migrantes, refugiados y solicitantes de asilo en EE.UU., advierten expertos.
Grupos de derechos digitales también advirtieron que las políticas de Trump, junto con la renovación del contrato con Paragon, evidencian que EE.UU. está revirtiendo sus intentos previos de regular la industria del software espía y que, en lugar de establecer estándares globales de responsabilidad, Washington está normalizando los abusos.
Alertan que esto representa una "amenaza profunda para la libertad de expresión y la privacidad".
John Scott-Railton, investigador principal del Citizen Lab de la Universidad de Toronto y uno de los principales expertos mundiales en abuso de software espía, afirmó en un comunicado que estas herramientas "fueron diseñadas para dictaduras, no para democracias construidas sobre la libertad y la protección de los derechos individuales".
"El poder invasivo y secreto del hackeo es corruptor. Por eso crece la lista de escándalos por software espía en democracias, incluido el Graphite de Paragon", señaló, en referencia a la controversia en Italia.
El senador Ron Wyden (D-Oregón) expresó su alarma en un correo electrónico a periodistas, confirmando que ha solicitado un informe detallado a ICE.
"ICE ya está destrozando el debido proceso y arruinando vidas en su prisa por encerrar a niños, cocineros y bomberos que no representan ninguna amenaza para nadie", escribió Wyden.
"Estoy sumamente preocupado por cómo ICE utilizará el software espía de Paragon para seguir pisoteando los derechos de los estadounidenses y de cualquiera que Donald Trump considere un enemigo", añadió.
Michael De Dora, responsable de políticas en EE.UU. de la organización de derechos digitales Access Now, señaló que los antecedentes de Paragon en el extranjero deberían encender señales de alarma en Washington.
"La tecnología de Paragon ha sido mal utilizada por otros gobiernos en el mundo para atacar a defensores de derechos humanos y disidentes políticos por igual… Los estadounidenses deberían estar profundamente preocupados por cómo podría usar la administración esta nueva herramienta para fines de represión interna, y la administración también debería ser muy cautelosa", advirtió De Dora.
La Electronic Frontier Foundation (EFF), la principal organización sin fines de lucro en EE.UU. dedicada a la defensa de las libertades digitales, se hizo eco de estas preocupaciones en una publicación en X, afirmando que el contrato de ICE con Paragon "es extremadamente alarmante".
"Sin sólidas garantías legales, existe un riesgo legítimo de que herramientas tan intrusivas y poderosas vuelvan a ser mal utilizadas", advirtió.
Fuente:
https://www.hispantv.com/noticias/opinion/621070/trump-restablece-contrato-empresa-israeli-espionaje