¿Una nueva izquierda para Gran Bretaña?

27.09.2025

La crisis del gobierno de Starmer y el nuevo partido de Corbyn

Keir Starmer llegó al poder con la promesa de poner fin a más de una década de gobiernos conservadores. Pero el giro a la derecha de su gestión acentuó el desencanto con el laborismo. En ese terreno surge Your Party, la nueva fuerza de Jeremy Corbyn y Zarah Sultana que busca ocupar un lugar que el laborismo parece haber dejado atrás. 


Por Natasha Hakimi Zapata

La frustración con el primer ministro británico Keir Starmer ha ido en aumento desde que el Partido Laborista ganó las elecciones generales de julio de 2024 con una «victoria aplastante pero sin entusiasmo», según la definió la prensa. Los recortes en las prestaciones por discapacidad, en los subsidios para combustible invernal y en otras ayudas, sumados a unas políticas de austeridad devastadoras, al apoyo al asedio en curso de Israel contra Gaza [1] y a un giro implacable del partido hacia la derecha, decepcionaron a muchos votantes de izquierda que esperaban un cambio real tras 14 años de gobiernos conservadores. Pero hace solo una semana todo terminó por estallar.

El 6 de septiembre, casi 900 activistas fueron detenidos en Londres durante una manifestación en apoyo a Palestine Action, un grupo activista propalestino que el gobierno de Starmer ha designado recientemente como «organización terrorista», lo que provocó una oleada de protestas por la creciente represión de la libertad de expresión. Pocos días después, la viceprimera ministra Angela Rayner dimitió por un escándalo fiscal, lo que llevó a Starmer a reorganizar su gabinete y a situarlo más a la derecha que nunca. Más malas noticias llegaron, al mismo tiempo, desde el otro lado del Atlántico, cuando aparecieron en los titulares internacionales nuevas pruebas de los estrechos vínculos entre Jeffrey Epstein y Peter Mandelson, embajador de Reino Unido en Estados Unidos. En un primer momento, Starmer tomó la poco acertada decisión de mantenerlo en su cargo. Aunque Mandelson fue finalmente destituido, comenzaron a surgir dudas sobre si el primer ministro podría continuar liderando el país hasta las elecciones generales de 2029, mientras posibles aspirantes, como el popular y más populista alcalde de Mánchester, Andy Burnham, apodado el «Rey del Norte», esperan entre bastidores.

Sin embargo, las grietas de fondo en el gobierno de Starmer ya se habían hecho visibles antes de los acontecimientos dramáticos de la última semana. En julio, el ex-líder laborista Jeremy Corbyn –que recientemente encabezó una investigación de dos días sobre el papel del Reino Unido en lo que los expertos han calificado como genocidio– convirtió a Gaza en un tema clave de la política británica y ofreció a los votantes laboristas, cada vez más desencantados, un nuevo hogar político en la forma de un partido de izquierda. Por ahora hasta que se vote uno definitivo, lleva el nombre de Your Party [Tu Partido] y será cofundado junto con la ex-diputada laborista Zarah Sultana y otros cuatro parlamentarios independientes propalestinos.

La escisión de la izquierda del Partido Laborista también se veía venir hace tiempo. Desde que Starmer tomó las riendas del partido en 2020, cada vez está más claro que los diputados de izquierda ya no son bienvenidos en esta organización de 125 años de historia. Especialmente Corbyn, a quien Starmer expulsó casi de inmediato.

A las pocas semanas de la toma de posesión del nuevo gobierno laborista, varios diputados, entre ellos Sultana, fueron suspendidos del partido gobernante por votar a favor de eliminar el «límite de dos hijos» del Partido Conservador, una política que restringe la cantidad de ayudas que pueden recibir los beneficiarios de la asistencia social. Aunque algunos diputados fueron finalmente reincorporados, a Sultana, una musulmana de 31 años que representa a la circunscripción de Coventry South desde 2019, se le comunicó que ya no podría seguir en el laborismo debido a sus críticas en redes sociales al apoyo al gobierno a Israel.

Al mismo tiempo que Starmer purgaba el ala izquierda del partido, sectores de la izquierda acusaban al primer ministro de capitular ante la extrema derecha en ascenso. Mientras el partido ultra Reform UK culpa cínicamente a los inmigrantes por el colapso de los servicios públicos y una economía tambaleante, Starmer, ex-abogado especializado en derechos humanos, ha respondido bailando al son xenófobo de Nigel Farage y anunciando severas medidas sobre inmigración, que sin duda se endurecerán con la nueva ministra del Interior, Shabana Mahmood. El propio Starmer fue duramente criticado por evocar el famoso discurso del conservador Enoch Powell de 1968, «Ríos de sangre», al declarar que Reino Unido «corre el riesgo de convertirse en una isla de extraños» (una expresión de la que luego dijo arrepentirse profundamente).

«Keir Starmer no es Enoch Powell», dijo Jonathan Portes, profesor de Economía y Políticas Públicas en el King's College de Londres. «En cierto sentido, eso hace que su postura actual [sobre inmigración] sea aún peor en términos objetivos, porque sabe que mucho de lo que dice es estúpido o falso, y también más sombría desde el punto de vista político, porque, francamente, no engaña a nadie».

El director de comunicación de la Internacional Progresista, James Schneider, lo expresó aún más crudamente: «El actual gobierno laborista ha pavimentado el camino hacia Downing Street para Nigel Farage y Reform».

Lo que es sorprendente es que el laborismo de Starmer ha abandonado tan profundamente los ideales tradicionales del partido, adoptando la agenda de Reform, que incluso ha dejado espacio a Farage para apropiarse cínicamente de preocupaciones progresistas, como la eliminación del tope de dos hijos o la nacionalización de las compañías de agua.

«En el ámbito local vemos recortes en la financiación de los servicios públicos, las bibliotecas, el voluntariado, las instituciones culturales», dice Grace Lewis, de 21 años, que se convirtió en la primera concejala en abandonar el barco laborista a favor del partido de Corbyn y Sultana.

Si la reciente caída en picada de los índices de aprobación del gobierno de Starmer indica algo, es que las políticas de austeridad del gobierno laborista –que amenazan con paralizar aún más los servicios públicos– han alejado sin duda a amplios sectores que no se reducen a sus simpatizantes de izquierda. El estado del maltrecho Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) es otra de las principales preocupaciones de los británicos de todos los espectros políticos. El ministro de Salud y Asistencia Social, Wes Streeting, no ha logrado aún reducir de forma significativa las listas de espera, mientras que las muertes evitables vinculadas a larguísimas demoras en urgencias han aumentado considerablemente. Más preocupante para los defensores del NHS es que Streeting prioriza el gasto en el sector privado en lugar de financiar directamente el servicio público.

«Si se mantiene ese giro hacia el sector privado, será un golpe mortal para el NHS», me dijo Tony O'Sullivan, copresidente de Keep Our NHS Public.

En materia de vivienda, otro tema candente, el abogado especializado y autor de Against Landlords (Verso, 2024) Nick Bano indica que el laborismo ha empezado a avanzar en protecciones largamente esperadas para los inquilinos, que entrarán en vigor a principios del próximo año, incluida la eliminación de los desalojos sin causa justificada. Sin embargo, junto con nuevas protecciones laborales, el «proyecto de ley de derechos de los inquilinos» parece estar en riesgo tras la salida de Rayner. Incluso si la ley sobrevive, Bano, como Corbyn y otros en la izquierda, sostiene que el laborismo se ha quedado corto al negarse a implementar controles de alquiler que en su momento eran habituales.

O'Sullivan y Bano subrayan que los recortes a las ayudas por discapacidad y otras medidas de austeridad –precisamente las políticas contra las que votaron Sultana y otros diputados expulsados del laborismo– no harían más que agravar la situación crítica tanto en la salud pública como en la vivienda. En ausencia de un programa formal de Your Party, las declaraciones recientes de Corbyn y Sultana, junto con sus trayectorias como parlamentarios, dibujan la imagen contraria a la dirección actual del laborismo y, para un electorado que busca desesperadamente una alternativa, resultan atractivas. Políticas que se asumen como parte de la plataforma de Your Party, como mantener el NHS totalmente público, aumentar los impuestos a los ricos e implementar controles de los alquileres, cuentan con un amplio apoyo social, según una encuesta de Ipsos de agosto de este año.

Desafortunadamente para los británicos que esperaban una respuesta bien organizada a los fracasos del laborismo, Your Party tuvo un inicio accidentado. Tras el anuncio de Sultana de que se estaba gestando un nuevo partido, los dos líderes socialistas tardaron tres caóticas semanas en emitir una declaración conjunta a finales de julio en la que afirmaban: «Es hora de un nuevo tipo de partido político, uno que te pertenezca». Para sorpresa de muchos, en menos de 24 horas desde el improvisado lanzamiento, el sitio web de Your Party recibió 250.000 adhesiones, una cifra que hoy ronda las 800.000. Rápidamente, se realizaron encuestas que mostraron que una parte significativa del electorado británico estaba entusiasmada con la formación de un nuevo partido, y la misma encuesta reveló que uno de cada cinco británicos consideraría votar por la nueva agrupación. Cuando se desglosan por grupos demográficos, las cifras son aún más alentadoras: un tercio de los jóvenes y de los votantes por los laboristas, así como 43% de los votantes del Partido Verde, considerarían votar por las listas de Your Party.

Si bien el flamante partido experimentó una ola temprana de apoyo, las críticas no tardaron en llegar. El ex-líder laborista Neil Kinnock y el diputado Patrick Hurley afirmaron que la escisión era una bendición para Reform UK y el Partido Conservador, ya que podría restarle votos significativos al laborismo. Ambos partidos de derecha celebraron la formación de Your Party, viéndola como una clara señal de problemas dentro del partido gobernante. Aunque la izquierda culpa directamente a Starmer por esta fractura, también ha habido críticas desde ese mismo sector, como las de Andrew Murray, ex-jefe de gabinete del sindicato Unite.

«Your Party no tendrá la fuerza que proviene de ser parte del entramado político durante 120 años», advirtió Murray en una entrevista con New Left Review, «ni las raíces históricas y las bases de poder que, aunque se han reducido enormemente para el laborismo, no han desaparecido del todo».

Algunos han expresado dudas sobre si la izquierda británica debe seguir dependiendo de Corbyn, preguntándose si no ha llegado el momento de pasar página. También preocupa que un nuevo partido liderado por él –y en el que muchos antiguos miembros de su equipo siguen marcando el rumbo– no haya aprendido las lecciones de su etapa a la cabeza del laborismo. La propia Sultana sorprendió en las últimas semanas al declarar la necesidad de «reconocer [las] limitaciones [del corbynismo]», antes de enumerar una larga lista de fracasos de los cinco años de liderazgo de Corbyn. Pero una encuesta de YouGov de agosto mostró también las limitaciones de ambos colíderes en el escenario nacional: aunque los índices de popularidad combinada de Corbyn y Sultana superan a los de Starmer, su apoyo sigue siendo bajo en términos generales.

En las últimas semanas Your Party mostró una intensa actividad, con varios mítines en todo el país, incluido uno reciente en la circunscripción de Lewis. Todo apunta ahora a la conferencia de noviembre, que será decisiva. No solo estará en juego el nombre definitivo del partido. También se prevé «fundarlo» formalmente –es decir, establecer la nueva organización política– a través de una serie de reuniones en ese congreso del otoño boreal, dirigidas por Corbyn, Sultana y los otros cuatro independientes. James Schneider, que fue director de comunicación estratégica de Corbyn cuando este conducía la oposición, explicó que en esa conferencia se definirán las estructuras del partido en materia de liderazgo y estrategia política, y que serán decididas «por la gente que está construyendo el partido en el marco del congreso fundacional». Los miembros incluso podrán determinar si los actuales cofundadores deben liderar en conjunto o no. Hasta ahora, pese a algunas dudas iniciales, el apoyo a la dupla sigue creciendo. Un dirigente de Your Party lo resumió así: «Jeremy es el estadista veterano y Zarah es el futuro del partido. Estamos encantados de tener a Zarah y a sus seguidores en redes sociales». De hecho, la presencia digital de Sultana –solo superada por la de Farage entre los políticos británicos en TikTok– es uno de sus principales puntos fuertes. Aunque desde el inicio aparecieron diferencias entre Sultana y Corbyn sobre cuál era la mejor forma de organización democrática, el propio Corbyn aseguró que este proceso no solo será diferente, sino también «divertido».

Más allá de estas decisiones claves –que voces internas, como el cofundador del movimiento de justicia climática Extinction Rebellion Roger Hallam, insisten en que deberían tomarse cuanto antes–, el rumbo que el partido debe seguir en las próximas semanas y meses varía según a quién se le pregunte. Pese a una alentadora encuesta que muestra que Your Party podría alcanzar 18% de los votos en elecciones generales, las limitaciones del sistema británico de circunscripción con mayoría simple -es decir, no proporcional- supondrán un indudable desafío. Aun así, algunos confían en que la nueva fuerza consiga empujar al laborismo hacia la izquierda en ciertos temas. Como prueba, señalan el cuidadosamente redactado anuncio de Starmer, en julio pasado, de que el Reino Unido reconocerá al Estado palestino, un gesto que interpretan como evidencia de que la presión ya empieza a dar resultados.

Dave Nellist, ex-diputado laborista y presidente de la Coalición Sindical y Socialista anuncio –que respaldó de inmediato a Your Party–señala las elecciones locales de la primavera boreal de 2026, en las que estarán en juego miles de escaños municipales y diez alcaldías. Según trascendió, la nueva fuerza ya habría organizado un subcomité de concejales de 200 miembros, y a comienzos de agosto se conoció la deserción de Grace Lewis, quien había ingresado al laborismo a los 16 años. «Llevo bastante tiempo desilusionada con el Partido Laborista», declaró Lewis días después de dimitir. «Your Party ofrece una nueva esperanza».

Reform UK y Your Party no son los únicos que buscan capitalizar los fracasos crecientes del laborismo. Con una postura firmemente propalestina y una visión «ecopopulista» que incluye un impuesto a la riqueza y la renacionalización de las compañías de agua, el nuevo líder del Partido Verde, Zack Polanski, a menudo suena como si perteneciera al propio Your Party. La arrasadora elección del carismático ex-actor como líder del partido refleja una tendencia más amplia dentro de los Verdes. Mientras Starmer desplazaba al laborismo cada vez más hacia la derecha, algunos sectores de izquierda –como Matthew Williams, trabajador de la salud mental y ex-candidato verde en Newcastle– encontraron en el Partido Verde un espacio, retomando formas de organización que habían aprendido durante la etapa corbynista.

Activistas verdes señalaron que, si bien el partido ha ganado impulso en zonas económicamente deprimidas del norte de Inglaterra y en otras regiones –incluso entre votantes poco afines a Corbyn–, aún no ha alcanzado el nivel de apoyo que Your Party logró en cuestión de horas. Polanski lo reconoce. Aunque busca aumentar la baja cifra de afiliados de su partido –hoy por debajo de los 70.000–, ha celebrado públicamente la irrupción de Your Party como un posible impulso al discurso de izquierda que había ido desapareciendo con el liderazgo de Starmer, y se comprometió a trabajar junto con Corbyn y Sultana. No está solo en su apuesta por construir esa alianza izquierdista.

«Mi familia es de Brasil, donde el Partido Socialista y el Partido de los Trabajadores mantienen una relación amistosa y los políticos se respaldan mutuamente. Y también vemos lo que ocurrió en Francia [con la alianza del Nuevo Frente Popular]», dice Yara Rodrigues-Fowler, novelista y organizadora de Fossil Free Books, un colectivo que agrupa a trabajadores «por una industria editorial libre de genocidio y libre de combustibles fósiles». Y agrega: «Creo que eso es lo que necesitamos aquí».

Todavía no está claro si Your Party logrará forjar las alianzas necesarias con los Verdes y otros actores mientras intenta construir una nueva base de poder en Westminster y en todo el Reino Unido, o si aprenderá de las limitaciones históricas del corbynismo. Tampoco sabemos aún qué propondrá esta nueva alternativa, cómo se organizará, quién la dirigirá ni qué nombre tendrá. Lo evidente es que, en un momento en que el laborismo ha abandonado a la izquierda en múltiples frentes y los partidos existentes han fracasado en ofrecer una oposición efectiva, la extrema derecha está más cerca que nunca de Downing Street. En este contexto, cientos de miles de británicos ya depositan sus esperanzas en esta alternativa todavía en formación. Your Party haría bien en no desperdiciar esa expectativa. Por primera vez en mucho tiempo, los británicos podrían tener algo por lo que votar, y no solo algo contra lo que votar… e incluso, como ha repetido Corbyn, hacerlo de una manera «divertida».


[1] No obstante, el gobierno británico se sumó, el 22 de septiembre, a varios países que decidieron reconocer el Estado de Palestina. Corbyn opinó que la decisión «es un gran paso adelante que Reino Unido, después de años y años de campañas y presión, finalmente haya reconocido a Palestina» pero «y este es un gran 'pero', ¿qué estamos reconociendo? Un pueblo bajo ocupación, un genocidio que está ocurriendo en tiempo real en Gaza, y, en el caso del Reino Unido, un país que mantiene fuertes lazos económicos y cooperación en seguridad con Israel» [N. del E.]. 

Fuente:

https://nuso.org/articulo/corbyn-sultana-your-party-starmer-laborismo-izquierda/