“LA MINERÍA DEL URANIO EN EUROPA YA NO SE HACE EN NINGÚN SITIO”

08.06.2025
Enormes pilas de lodos radiactivos procedentes del proceso de lixiviación se acumulan al aire libre en el interior de la mina de Somaïr, Níger. Crédito: Criirad.
Enormes pilas de lodos radiactivos procedentes del proceso de lixiviación se acumulan al aire libre en el interior de la mina de Somaïr, Níger. Crédito: Criirad.

Segunda Parte

Por Silvana Buján

Entrevista al doctor Eduardo Rodríguez Farré, médico especializado en Toxicología y Farmacología en Barcelona, en Radiobiología en París, y en Neurobiología en Estocolmo. Es profesor de investigación en el Centro de Investigación Biomédica de Barcelona, y trabaja con los temas nucleares.

Silvana Buján.— Eduardo, vamos al principio de esta historia, a la minería del uranio, a ese uranio dentro de la corteza terrestre. ¿Por qué es más preocupante la minería del uranio en comparación con la minería del oro, por ejemplo, que ya sabemos la cantidad de problemáticas asociadas con el cianuro, con reventar montañas, con todo lo que sucede en la mega minería tóxica del oro? ¿Y cómo fue la experiencia europea con la minería del uranio?

Eduardo Rodríguez Farré.— La minería del uranio en Europa ya no se hace en ningún sitio. En Estados Unidos se han cerrado también todas las minas. Curiosamente, ¿dónde se ha desplazado la minería del uranio? Kazajistán produce casi el 50% del uranio comercial, el segundo es Namibia, que estará produciendo el 15%, Níger, Australia produce una pequeña cantidad, es un país inmenso con una población muy pequeña, en Canadá ocurre igual. Curiosamente, la mayor parte de empresas mineras son canadienses y australianas. ¿Qué ocurre con la minería del uranio? Si me la compara con la minería del oro, depende también cómo se hace. No es lo mismo un garimpeiro en el Brasil usando mercurio para separar el oro en los sedimentos, que una minería que se hace con mayor protección y con mayores garantías. Pero la minería del uranio tiene varios problemas. Uno es que destroza enormemente el ambiente cuando es a cielo abierto. Cualquiera que entre en internet y ponga minería de uranio le pueden salir fotos asombrosas de minas abandonadas, sobre todo en Estados Unidos. También está la minería de uranio por lixiviación. En los dos casos se va a diseminar una cantidad importante de radiactividad.

No solo el uranio es radiactivo —su actividad es relativamente baja, el peligro es su inhalación o su ingestión—, donde hay uranio, hay radio, hay radón, hay polonio, hay torio, y esto al triturar el mineral va a quedar en las escombreras de uranio que quedan al aire libre y van a diseminar por el medioambiente esta radiación. Si es por lixiviación, quizá todavía es peor a veces, porque por lixiviación normalmente va a pasar a las aguas de la zona. Pero implica otro aspecto, que es el tratamiento de este uranio, es el ácido sulfúrico que se va a producir. Luego viene el preparar la torta de uranio, que es con hexafloruro, y lleva también una serie de compuestos radiactivos. Y luego viene la fabricación, yo no sé si en el caso de Argentina también se fabrica en sitio o se va a fabricar en otros sitios. En algún punto se ha de fabricar para preparar el uranio para luego enriquecerlo. Las fábricas de uranio implican también una exposición muy importante a los trabajadores. Cualquiera que tenga interés, si entra en internet y busca fábrica de uranio de Andújar en España, en Andalucía, cerca de Córdoba, es un caso típico de una fábrica de uranio que durante años estuvo trabajando, se cerró en los años noventa, creo. Todavía siguen con problemas con los residuos, prácticamente cuarenta años después de cerrarla, todavía sigue con problemas tanto del personal como de su cancelación.

Hay cohortes de estudios epidemiológicos en los que la incidencia de cáncer que tuvo el personal que trabajó allí es tremenda, más de la mitad de las personas han muerto de cáncer allí. Luego viene todo el proceso de enriquecer uranio, porque el uranio ha de enriquecerse en el isótopo 235 frente al 238. El uranio natural tiene un 0,7% de uranio-235, que es el isótopo que importa para hacer la fisión, que es la desintegración del uranio para obtener energía o para obtener bombas. Para la obtención de energía no pasa del 5%, para bombas debe superar el 90%. Pero este es el grave problema, estamos diseminando radiación en el ambiente y todos los trabajadores van a estar expuestos durante mucho tiempo mientras estén trabajando en estas áreas.

SB.— Ahora si pensamos de dónde sacan los países más nuclearizados su uranio nos damos cuenta de que Francia abasteció sus reactores nucleares con uranio del Níger. ¿Siguen los países del primer mundo con industria nuclear explotando el uranio en países del tercer mundo dejándole los impactos ambientales bien lejos del territorio original?

ERF.— Exacto, Francia es el país más nuclearizado del mundo, por cierto, tiene alrededor de 50 centrales electronucleares para una población de 65 millones de habitantes. Claro, si consideramos que tanto en Rusia como en Estados Unidos hay más centrales nucleares, pero tienen territorios enormes y una población que es superior a la de Francia, pero en una densidad mucho menor. Francia es un caso prototípico y explota de sus antiguas colonias el uranio, aunque no le basta con el del Níger hoy en día. Y tiene graves problemas, continuamente hay problemas con los reactores, reaprovecha el plutonio que generan las nucleares para su industria militar. Prácticamente, todos los países de Europa cerraron sus minas, o sea, es una cuestión que los pobres se irradian, mientras que los países ricos no tengan dado el problema. Aquí en España se cerraron todas las minas antes del año 2000, aunque intentaron reabrir una mina en Salamanca, que el Consejo de Seguridad Nuclear al final les rechazó la concesión de impacto ambiental y está parada. Aunque está insistiendo mucho el lobby nuclear con la cuestión del apagón, que hay que abrir las minas, lo cual yo no entiendo tampoco cuál es la razón, a mí se me escapa realmente el punto económico. El precio del uranio está bajando, la producción es más que suficiente durante años para todas las centrales nucleares. ¿A qué abrir nuevas minas hoy en día? Me gustaría tener un economista que me explicase cuál es el criterio económico para abrir nuevas minas, sea en Europa, sea en Argentina, o sea en cualquier sitio.

SB.— Eduardo, y ahora vamos a la provincia de Chubut. En la provincia del Chubut hay numerosos proyectos de minería de uranio, algunos de los cuales vienen acampando durante años frotándose las manos a la espera de que algún avieso legislador logre eliminar la ley que prohíbe la mega minería hidrotóxica. Y por estos días se está debatiendo acerca de las distintas técnicas de extracción de este mineral. Si va a ser a cielo abierto o si va a ser mediante la lixiviación in situ. ¿Hay alguna técnica que no produzca impactos ambientales para extraer el uranio?

ERF.— Que yo conozca no. La técnica más utilizada ha sido la de cielo abierto, la de lixiviación es menos utilizada, pero es más compleja. Que sepa yo no hay ninguna otra técnica para extraer el mineral. Si está muy profundo, generalmente se utiliza la lixiviación, en realidad viene a ser una hidrofractura también, pero las dos contaminan, o sea, una a cielo abierto, la otra va a contaminar todos los acuíferos y va a diseminarse subterráneamente, aparte de que al extraer el uranio por la lixiviación se va a tener los problemas de cualquier minería. El mineral extraído por lixiviación, pues habrá que tratarlo, habrá que triturarlo, habrá que preparar la torta, etcétera, etcétera. Las consecuencias son similares.


Eduardo Rodríguez Farré

Es doctor en Medicina y diplomado en Farmacología por la Universidad de Barcelona y máster en Radiobiología por la Universidad de París. Es profesor en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona y miembro del Centro de Investigaciones Biomédicas en Red (CIBER), de Epidemiología y Salud Pública (Instituto de Salud Carlos III). Sus principales campos de investigación se centran en la toxicidad de contaminantes ambientales, los efectos de xenobióticos sobre el sistema nervioso y la evaluación de riesgos tóxicos para la salud. Es miembro de comités internacionales relacionados con la investigación en salud y miembro fundador de Científicos por el Medio Ambiente (CIMA).

Silvana Buján

Es periodista científico y ambiental, miembro de la Red Argentina de Periodismo Científico. Dirige BIOS, ong miembro de la Red Nacional de Acción Ecologista y la Coalición Ciudadana Antiincineración. Obtuvo tres veces el 1º Premio a la Divulgación Científica de la Universidad de Buenos Aires (2009, 2012, 2014) y el 2º Premio en 2010; el 1º Premio Latinoamericano y del Caribe del Agua CATHALAC-UNESCO 2009; ocho Premios Martín Fierro por sus trabajos en radio y 21 nominaciones. Premio Nacional de Periodismo en el año 2007; 1º Premio del Congreso Tabaco o Salud 2010; 1º Premio de Periodismo en Salud de la Asociación Médica Argentina 2010; Distinción honorífica Colegio de Ingenieros DII por su labor en difusión ambiental, 2013.