“LOS LÍMITES PARA LA RADIACTIVIDAD NO SON ESTRICTAMENTE CIENTÍFICOS”

03.06.2025

Segunda Parte

Central nuclear de Vandellòs II. Crédito: Jaume Sellart / EFE.
Central nuclear de Vandellòs II. Crédito: Jaume Sellart / EFE.

Por Silvana Buján

Entrevista al doctor Eduardo Rodríguez Farré, médico especializado en Toxicología y Farmacología en Barcelona, en Radiobiología en París, y en Neurobiología en Estocolmo. Es profesor de investigación en el Centro de Investigación Biomédica de Barcelona, y trabaja con los temas nucleares.

Silvana Buján.— Y cuando hablamos de radiación no natural, la generada por la industria nuclear, hablamos de límites para poder regular su actividad, por ejemplo, límites de dosis efectiva, límites en los alimentos. Pero también observamos, curiosamente, que esos límites varían de una jurisdicción a otra, de un país a otro, y además cambian con el paso de los años. ¿Por qué estas diferencias? ¿Es posible pensar en límites considerados universalmente seguros?

Eduardo Rodríguez Farré.— Este es uno de los puntos más críticos al hablar de radiaciones y del impacto sobre la salud. La crítica a la razón tecnológica o la crítica a la razón científica. La razón tecnológica establece límites, que siempre son un acuerdo, una composición dentro de lo posible, pero, y esto hay que tenerlo muy presente, no son estrictamente científicos. Pueden tener una base científica hasta cierto punto. Pero desde el punto de vista científico, y es una vieja polémica desde los años cincuenta —cuando se empezó con las tecnologías nucleares— entre científicos de radiaciones y los tecnólogos, y los políticos evidentemente. A la hora de establecer un criterio o una norma, entra la percepción de la población, entran los aspectos tecnológicos, entran las posibilidades tecnológicas, y los criterios científicos muchas veces quedan apartados.

Los límites de radiación se empezaron a establecer en los años veinte del siglo pasado, hace cien años prácticamente, sobre todo cuando empezó a observarse que los radiólogos tenían una serie de efectos adversos muy importantes. Era clásico ver al radiólogo de los años treinta, cuarenta, yo los he visto, con las manos completamente esclerosadas y contraídas, con una serie de alteraciones de la piel. Recordemos que Madame Curie y su hija, Irene Curie, murieron por efectos de las radiaciones con las que trabajaban.

Entonces se pretendió establecer unos criterios, a lo largo de las décadas estos criterios han ido disminuyendo, o sea, lo que era considerado un valor límite adecuado, al cabo de diez años se tenía que rebajar. Y así ha ido sucediendo a lo largo de setenta, ochenta años. No hace tantos años los límites estaban establecidos en 5 milisieverts, entonces no se hablaba en milisieverts, porque también han cambiado los nombres y nos lo han complicado, estaban establecidos en rems, la radiación equivalente humana.

Los límites siempre serán criticados por una razón muy clave: desde el punto de vista más científico las radiaciones no tienen un umbral, aunque los tecnólogos pretendan que sí. La radiación no tiene umbral porque el efecto sobre el ácido desoxirribonucleico, sobre el ADN, es lo que técnicamente se llama un efecto estocástico, son efectos al azar, no es que una dosis de 0,9 no tenga efecto y una dosis de 1,1 tenga efecto. Esto simplemente es una convención tecnológica para poder trabajar con las tecnologías nucleares. El que tenga una respuesta depende en qué punto ha impactado la radiación, si uno tiene una radiación alfa dentro del organismo, o una radiación gamma que le afecta desde el exterior, dependerá del punto del ácido desoxirribonucleico, del punto del ADN en que ha impactado para tener un efecto o no. En muchos sitios no va a tener ninguna consecuencia, si toca una base del ADN que está relacionada con la codificación de una proteína, y es un aminoácido que no va a modificar el efecto de una enzima o una regulación de una proteína, pues no va a pasar nada. Pero como tenga la mala suerte de que impacte en una zona, por ejemplo, que sea un gen inhibidor de cánceres, ahí va a tener un problema grave. La dosis en sí, hasta cierto punto no es la clave de la seguridad, sino que es el azar. El criterio absolutamente científico —y es una gran polémica decirlo— no es la dosis, porque la dosis no tiene umbral, es prácticamente cero. Por esto las radiaciones naturales también tienen ciertos efectos.

Hay normas internacionales, la Agencia Internacional de Energía Atómica, el ICRP, que es el Consejo Internacional para la Protección de Radiaciones, etcétera. Distintos organismos, en Estados Unidos fundamentalmente, y en Europa, han establecido criterios que, como he comentado, han ido rebajando a lo largo del tiempo. Pero ante circunstancias determinadas los aumentan arbitrariamente. El mayor ejemplo para mí ha sido en Europa cuando ocurrió el accidente de Chernóbil. Se aumentaron los niveles, o sea, si el nivel era 50, pues se aumentó a 100, y tan tranquilos, porque la carne podía tener cesio, la leche podía tener estroncio radiactivo. Y entonces se aumentaron los niveles y aun en algunas zonas se han mantenido. En Ucrania los niveles son distintos que en Bielorrusia. La zona de exclusión de Chernóbil está prácticamente en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia. En el accidente de Fukushima ocurrió lo mismo, se aumentaron los niveles para decir que era segura una dosis de radiación mucho mayor. O sea que aquí entra la intervención política y la conveniencia tecnológica, hay que decirlo claramente.

SB.— Eduardo, más allá de los casos de accidentes, la industria nuclear sostiene que las bajas dosis de radiactividad a las que están expuestas las personas que viven cerca de una central nuclear o aguas abajo de una instalación nuclear, no van a tener ningún problema porque no afectan la salud humana. ¿Eso es así?

ERF.— Permítame decirle tranquilamente: esto es propaganda, y propaganda barata. El lobby nuclear, la industria nuclear tiene una gran potencia de difusión. Sabrá que en España hubo un apagón tremendo, durante doce horas prácticamente quedó sin corriente eléctrica. La industria nuclear enseguida salió diciendo que esto era porque estaban paradas la mayor parte de centrales nucleares. En España hay ya 3 clausuradas y han de ser clausuradas todas por ley. La industria nuclear ha hecho una campaña tremenda todos estos días, de que se está utilizando demasiada energía aerogenerada, o demasiada energía fotovoltaica, que prácticamente ya cubre el 60% de las demandas energéticas, y que hay que renovar la función de las centrales que se van a tener que cerrar. Han impactado tanto que la mayor parte de las encuestas, sobre todo en jóvenes, están diciendo que la energía nuclear es muy necesaria.

En un artículo que me censuraron en una revista argentina hay unos mapas que están establecidos muy bien por el Consejo de Seguridad Nuclear de España, en los cuales se ve como cada central emite una serie de radiaciones en su funcionamiento normal, que contaminan las aguas, contaminan el aire. No es solo lo que está aguas abajo, porque depende de las condiciones climatológicas en el momento determinado que funcionan. En algunos sitios, pues será aguas abajo, en otros pueden difundirse los gases, siempre se emiten gases radiactivos en una central nuclear. Y como la refrigeración siempre es por agua, esta siempre lleva cantidades de radiación aguas abajo, si es un río. Hay centrales nucleares que se refrigeran por el mar. En España hay una, Vandellós, que contamina toda la costa. Y se pueden detectar muy bien los niveles de radiactividad, sobre todo, de productos que no son naturales.

En un reactor atómico se producen docenas de elementos radiactivos. El estroncio-90 es uno, que es similar al calcio en su afinidad por los huesos, pues se incorporan a los huesos de las personas. El cesio que se incorpora en la carne, y así otros elementos. Estos se difunden al regar con el agua del río los pastos, las huertas o la producción de vegetales, pues estos vegetales van a absorber estas sustancias según su afinidad mayor o menor, y nos van a llegar a nosotros. Evidentemente en cantidades pequeñas, pero una cantidad pequeña, cuando estamos hablando de millones de personas puede representar un incremento de incidencias de patologías. Clásicamente, se asocian las radiaciones con los cánceres, es evidente, esto está muy bien demostrado, pero hay muchos otros efectos de las radiaciones. Al impactar sobre los ácidos nucleicos pueden modificar sobre todo la inmunidad, con lo cual aumentan los riesgos de infecciones, pueden aumentar la regulación hormonal, pueden tener efectos incluso epigenéticos muy claros.

Eduardo Rodríguez Farré

Es doctor en Medicina y diplomado en Farmacología por la Universidad de Barcelona y máster en Radiobiología por la Universidad de París. Es profesor en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona y miembro del Centro de Investigaciones Biomédicas en Red (CIBER), de Epidemiología y Salud Pública (Instituto de Salud Carlos III). Sus principales campos de investigación se centran en la toxicidad de contaminantes ambientales, los efectos de xenobióticos sobre el sistema nervioso y la evaluación de riesgos tóxicos para la salud. Es miembro de comités internacionales relacionados con la investigación en salud y miembro fundador de Científicos por el Medio Ambiente (CIMA).

Silvana Buján

Es periodista científico y ambiental, miembro de la Red Argentina de Periodismo Científico. Dirige BIOS, ong miembro de la Red Nacional de Acción Ecologista y la Coalición Ciudadana Antiincineración. Obtuvo tres veces el 1º Premio a la Divulgación Científica de la Universidad de Buenos Aires (2009, 2012, 2014) y el 2º Premio en 2010; el 1º Premio Latinoamericano y del Caribe del Agua CATHALAC-UNESCO 2009; ocho Premios Martín Fierro por sus trabajos en radio y 21 nominaciones. Premio Nacional de Periodismo en el año 2007; 1º Premio del Congreso Tabaco o Salud 2010; 1º Premio de Periodismo en Salud de la Asociación Médica Argentina 2010; Distinción honorífica Colegio de Ingenieros DII por su labor en difusión ambiental, 2013.

Continuará

Primera Parte:

https://www.movimientoalternativa.com.ar/l/no-nuclear/mineria-de-uranio-mayo-29-2025-todas-las-partes-del-ciclo-de-la-energia-nuclear-tienen-riesgos-importantes-para-la-salud/

Fuente:

https://antinuclearmara.blogspot.com/2025/06/los-limites-para-la-radiactividad-no.html