RESURGIMIENTO NUCLEAR IMAGINARIO

La campaña de propaganda de saturación del gobierno norteamericano y la industria nuclear funcionan ininterrumpidamente para promover un "renacimiento nuclear" en gran medida imaginario y expandir drásticamente el uso de la energía nuclear. Se trata de un resurgimiento retórico, no de la realidad.
Por Juan Vernieri
A pesar de toda la palabrería sobre acelerar la construcción de nuevos reactores, en obediencia ciega a cuatro órdenes ejecutivas de la Casa Blanca de Trump, en realidad no se está avanzando mucho.
Ya sea en el desarrollo y despliegue de los llamados reactores modulares pequeños (SMR) o microrreactores, o en el retorno a las versiones tradicionales de más de 1000 megavatios, el progreso, si lo hay, será inexorablemente lento y exorbitantemente caro:
Tiempo
La construcción de reactores suele tardar mucho más de lo estimado, incluso cuando la tecnología es conocida. Por lo tanto, los nuevos y desconocidos diseños de reactores, actualmente en revisión de licencias de construcción, tardarán más en completarse que sus predecesores y que las proyecciones poco realistas de sus fabricantes.
Aun reduciendo los tiempos de estudio de seguridad, como ordena Trump, llegarán demasiado tarde, si es que llegan, para abordar una crisis climática que se acelera. Con la agresiva cancelación por parte de la administración Trump de programas de energía renovable rentables y de rápida implementación, la larga e incierta espera para la energía nuclear implicará el uso continuo de combustibles fósiles, lo que agravará el cambio climático y las consecuencias para la salud.
Que la energía nuclear contribuye en la lucha contra el cambio climático es falso, si bien no emite carbono al funcionar, ya lo emitió en la fabricación de sus combustibles que, cada tanto, hay que aportarle.
Costo
Los SMR serán más caros por megavatio de electricidad generada, debido a la sustancial inversión inicial necesaria en fábricas para producir cientos de ellos. Estos altos costos provocarán un aumento vertiginoso de las tarifas eléctricas, para financiar la construcción y a pesar de los generosos subsidios federales, sin los cuales no se construirá nada. Es decir que los usuarios pagarán tarifas más altas y, además, deberán aportar con impuestos.
La Ley norteamericana deja al público la responsabilidad de cubrir los posibles cientos de miles de millones de dólares en costos de un desastre nuclear. No está previsto en los costos.
Residuos
El problema de los residuos radiactivos, letales y de larga duración, no se ha resuelto, a pesar de fortunas invertidas durante 80 años. La ciencia tarda en convencerse de que neutralizar la radiactividad es imposible.
Fundamentalmente, los análisis han demostrado que los nuevos reactores más pequeños generarán mayores volúmenes de residuos radiactivos por unidad de producción, que los grandes reactores actuales. Es sumamente irresponsable, no solo seguir generando estos residuos, sino también promover la expansión nuclear que aumentará la montaña de residuos que aún se encuentra estancada, sin destino, en las centrales nucleares.
Seguridad
Los nuevos diseños de reactores se basan en sistemas antiguos, como los complejos reactores reproductores rápidos y los de refrigeración por sodio, cuyas versiones anteriores han sufrido incendios y otras fallas técnicas. Los reactores reproductores producen plutonio, lo que los hace atractivos para los países interesados en desarrollar armas nucleares, (y para el terrorismo), bajo la apariencia de un programa civil.
Los fabricantes argumentan que estos reactores nuevos no requerirán estrictas normas de seguridad ni planes de evacuación de emergencia externos, ya que son "a prueba de fusión", afirmaciones que han sido puestas en duda y refutadas por los científicos que han evaluado los diversos diseños.
Segunda Parte
Clima
Tanto la industria nuclear como su regulador federal han optado deliberadamente por ignorar el agravamiento de los impactos del cambio climático, incluyendo el aumento de las grandes inundaciones y otros fenómenos meteorológicos violentos, así como el aumento del nivel del mar. Este enfoque miope incrementará significativamente el riesgo de un accidente grave en los reactores, tanto los actuales como los de nueva construcción. Y, como demuestran (como vimos en nota anterior), costos y tiempo, desperdiciar tiempo y dinero en nuevos reactores desviará la inversión en energías renovables que podrían abordar la crisis climática rápidamente.
Empleos
Las promesas de una bonanza laboral en las comunidades donde se podrían ubicar nuevos reactores son abundantes, pero es probable que los empleos en sí no lo sean. La mayoría de los empleos en la industria nuclear son altamente especializados y no se adaptan a la mano de obra local. En cambio, los empleos cualificados en el sector de las energías renovables están creciendo a un ritmo más rápido que el resto de la fuerza laboral, a la vez que ofrecen un espectro mucho más amplio de oportunidades laborales.
Transición Justa
La necesidad, bajo una agenda verde, elimina la energía nuclear desde el principio. Las operaciones de energía nuclear son inherentemente discriminatorias y colonialistas.
La minería de uranio contamina indefinidamente las tierras y aguas de comunidades principalmente indígenas en Norteamérica y en todo el mundo, dejando a menudo a las personas en la pobreza y aquejadas por las graves consecuencias para la salud derivadas de la exposición indefinida a la radiación en su entorno.
La violación de los derechos humanos y ambientales continúa durante la fase de generación de energía en las centrales nucleares, con emisiones rutinarias y sin control de radiactividad al aire y al agua. Numerosos estudios han demostrado que los niños pequeños que viven cerca de las centrales nucleares sufren tasas más altas de leucemia que quienes viven más lejos.
Estos son los hechos, pero como sabemos, no bastan, ni siquiera hoy en día son particularmente eficaces, para cambiar las mentalidades. Los medios de comunicación han sido capturados por las corporaciones, al igual que muchos de los legisladores. Es imposible contar con recursos para montar una campaña de saturación informativa que pueda competir directamente con la bien financiada maquinaria de relaciones públicas de la industria.
Dado que la energía nuclear ya es mucho más lenta y costosa que las renovables, el argumento de las emisiones de carbono es irrelevante y desvía la atención de la acción climática real.
Los activistas climáticos no pueden lograr sus objetivos, la eliminación del uso de combustibles fósiles, mientras la energía nuclear se interponga en su camino, obstaculizando el acceso a las líneas de transmisión, desviando fondos de las renovables, la eficiencia energética y la conservación, y retrasando gravemente la implementación de medidas climáticas viables.
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