SE EXPLORA, SE EXPLOTA Y SE ABANDONA
Segunda Parte

En nota anterior vimos que no solo en Argentina se abandonan minas de uranio sin remediar, es decir sin volver al estado natural los terrenos afectados por la explotación a fin de evitar contaminación del ambiente. Vimos que lo mismo sucede en Estados Unidos y ahora veremos qué pasa en Australia.
Por Juan Vernieri
Australia tiene un historial bastante deprimente en cuanto a la rehabilitación de minas. Muchas se abandonaron sin más, y las rehabilitadas suelen fracasar, lo que apunta a la necesidad de monitorizar y gestionar estas zonas de manera constante.
En muchos casos, las compañías mineras y sus accionistas se retiran, condenando a las comunidades indígenas a vivir junto con legados tóxicos y a solas en su lucha por la limpieza por parte del gobierno, de los espacios naturales.
Hace 70 años comenzó la minería de uranio en la región de Kakadu y el extremo norte australiano. Desde entonces, la historia del uranio de Kakadu ha causado dolores y titulares, pero por fin, se cerró la mina de uranio Ranger en 2021.
La preocupación por el daño de la actividad minera nos lleva a averiguar qué han realizado los responsables de la mina para rehabilitar los espacios naturales.
A la fecha la mina Ranger no ha sido completamente remediada. Aunque se han realizado y se siguen realizando algunas actividades de rehabilitación progresivas, el cierre final del sitio se estima para mucho más adelante, seguramente los trabajos no se completarán antes de 2035.
El cierre final del sitio, es decir, cuando se demuestre que se han cumplido todos los criterios de cierre y la operadora ya no tenga obligaciones de rehabilitación, se estima que ocurrirá unos 25 años después de la finalización de las obras principales, aproximadamente 2060.
La mina de uranio Mary Kathleen, clausurada en 1982, no ha limpiado su entorno. A pesar de que se llevaron a cabo trabajos de rehabilitación completados en 1985, persisten problemas significativos. Existen riesgos para la salud y la seguridad debido a la radiactividad natural y residual, el pozo abierto, los montones de roca estéril y el asbesto en los materiales de construcción de la antigua ciudad.
Estudios han demostrado que todavía hay drenaje ácido de mina y movilización de metales, metaloides, elementos de tierras raras, alcalinos, radionucleidos y sulfatos desde los depósitos de relaves hacia el agua superficial.
Se ha detectado la absorción de radionucleidos y metales pesados en la vegetación, lo que genera preocupaciones sobre el ganado que pasta libremente en el sitio.
Organizaciones no gubernamentales, señalan que, a pesar de las promesas, el sitio no ha sido rehabilitado adecuadamente y sigue siendo un legado de contaminación.
El gobierno de Queensland ha estado investigando el potencial de Mary Kathleen para la recuperación de elementos de tierras raras de los relaves mineros, lo que podría implicar futuras actividades en el sitio, aunque la remediación ambiental sigue siendo un desafío prioritario.
Las rehabilitaciones fallidas y la tendencia de pasar los gastos privados a las arcas públicas, es una contante de las empresas explotadoras. Todo apunta a que se repetirá la historia de siempre.
Otra omisión clave en el plan de cierre es la ausencia de la más mínima investigación previa sobre sus efectos sociales. No se ha prestado atención a las poblaciones aborígenes, que han sufrido de manera desproporcionada la minería de uranio, o cualquier estudio sobre cómo les iba a afectar el cierre. Esta omisión supone una profunda injusticia social, inconsistente con las expectativas de la ciudadanía ni con los mayores estándares internacionales.
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https://www.movimientoalternativa.com.ar/l/no-nuclear/se-explora-se-explota-y-se-abandona/ -Primera Parte
Fuente:
https://antinuclearmara.blogspot.com/2025/06/se-explora-se-explota-y-se-abandona-2.html