TRUMP, CAMINO HACIA UNA IMPRUDENTE Y RIESGOSA DICTADURA NUCLEAR

10.06.2025

PRIMERA PARTE

Las cinco órdenes nucleares imprudentes y aceleradas que suscribió Trump destruirían la supervisión de seguridad y pondrían en peligro al público norteamericano. Trump impulsa el renacimiento nuclear en forma arriesgada, por lo menos, si no suicida.

Por Juan Vernieri

El 23 de mayo, el presidente Trump emitió cinco órdenes que harían retroceder la política energética estadounidense unas 5 décadas.

Una de ellas exige que la Comisión Reguladora Nuclear (NRC) cambie radicalmente su misión para apoyar el absurdo e imprudente objetivo de cuadruplicar la capacidad de energía nuclear a 400 gigavatios para 2050. Para eso se necesitarían añadir 300 grandes centrales nucleares al parque estadounidense, para lo cual sería menester la rápida concesión de licencias, por encima de la protección de la salud y la seguridad públicas frente a la exposición a la radiación.

Esto convertiría a la NRC en una agencia de promoción, similar a su predecesora, la Comisión de Energía Atómica, deshaciendo así los 51 años de historia de la NRC como regulador independiente de seguridad establecido por la Ley de Reorganización Energética de 1974.

La orden exige que la agencia realice una revisión exhaustiva de sus regulaciones y documentos de orientación y que elabore versiones preliminares y finales de las nuevas normas en un plazo de nueve y dieciocho meses, respectivamente. Cualquiera que esté familiarizado, sabe que se trata de una tarea prácticamente imposible.

Es un desafío muy comprometedor por la significación de la exigencia, con expresiones vagas como «reducir cargas innecesarias» y «centrarse en riesgos creíbles y realistas».

Este ejercicio de trabajo innecesario a gran escala solo servirá como una distracción disruptiva del trabajo de la NRC de supervisar la flota operativa de reactores nucleares, lo que probablemente conducirá a una parálisis regulatoria y demoras.

La orden a la NRC exige establecer plazos fijos de 18 meses para la aprobación de solicitudes de nuevos reactores de cualquier tipo, sin margen de maniobra, salvo en casos de incumplimiento del solicitante.

Los nuevos reactores nucleares actualmente en proceso de licenciamiento son en su mayoría de diseño experimental; tienen poca o ninguna experiencia operativa y plantean nuevos problemas de seguridad que requieren experimentos y análisis minuciosos y laboriosos para su resolución.

Obligar a los revisores técnicos a cumplir con plazos arbitrarios, más que una imprudencia, ¡es una locura! Las revisiones de la NRC suelen descubrir problemas de seguridad que los solicitantes de reactores pasan por alto. Hay experiencias en este sentido.

Instruye a la agencia a considerar específicamente la adopción de límites de radiación determinados; es decir, a aceptar la opinión de una pequeña minoría de que existe un nivel de radiación seguro e incorporarlo a sus regulaciones, a pesar de la falta real de una sólida base científica que respalde tal afirmación. Más de un científico asegura que no existe una dosis tan baja que no resulte perjudicial.

La NRC afirmó recientemente por unanimidad que el modelo lineal sin umbral, que constituye la base de las normas internacionales de protección radiológica, sigue siendo una base eficaz para el marco regulatorio de la NRC. Obligar a la NRC a reescribir sus regulaciones basándose no en el estado actual del conocimiento científico, sino en pseudociencia, solo generará caos y, en última instancia, pondrá a la población en un riesgo innecesario.

Fuente:

https://antinuclearmara.blogspot.com/2025/06/trump-camino-hacia-una-imprudente-y.html