Caso $LIBRA: los impulsores del “token argentino” enfrentan nuevas acusaciones en Estados Unidos por fraude millonario

Plantearon que Hayden Davis, Benjamin Chow y otros demandados montaron un "manual de estafas" que se apoyó en el posteo de Javier Milei para darle credibilidad
Por Hugo Alconada Mon
Ante la posibilidad cierta de que la Justicia de Estados Unidos desestime la demanda colectiva o "class action" contra los creadores del criptoactivo $LIBRA, sus impulsores redoblaron la ofensiva. Presentaron una batería de escritos en Nueva York durante las últimas horas, con nuevas acusaciones y evidencias contra el "empresario" Hayden Davis, la plataforma Meteora y uno de sus máximos referentes, Benjamin Chow. Los acusaron de haber montado y liderado una auténtica "fábrica de fraude" destinada a engañar inversores mediante una estructura diseñada para defraudar.
Según los demandantes, Davis, Chow y Meteora, entre otros, no fueron meros oportunistas. Diseñaron un "manual de estafas" que combinó capital inicial, maquinaria promocional y dirección estratégica para ejecutar fraudes sistemáticos en el mercado cripto. ¿Su objetivo? Despertar el interés de los inversores con campañas engañosas, controlar en secreto la mecánica del mercado y ejecutar luego un vaciamiento coordinado –"rug pull"- para quedarse con millones de dólares de los inversores minoristas.
La responsabilidad de Chow en la operatoria sería así más amplia y comprometida de lo que se creía, y los demandantes describieron su rol como el "arquitecto técnico" de la operación. Le atribuyeron haber diseñado herramientas ocultas dentro de Meteora –como la "Freeze Authority" y la "Upgrade Authority"– que permitieron a los involucrados manipular precios y bloquear el acceso de los usuarios al mercado. De ser así, Chow no fue un simple programador, según la presentación: construyó una infraestructura con apariencia de descentralización, pero con control total desde Nueva York, lo que le permitió orquestar el vaciamiento de fondos y obtener beneficios directos de la operatoria fraudulenta.

En octubre de 2024, además, los responsables de Kelsier Labs y Meteora habrían sellado una alianza secreta, según los demandantes, con un aporte inicial de US$ 2 millones. Tenía un propósito concreto: combinar el capital y la maquinaria promocional de Kelsier con la infraestructura técnica de Meteora para ejecutar lanzamientos fraudulentos planificados desde el origen. Y acordaron mantener oculto el vínculo para conservar la ilusión de que se trataban de proyectos "comunitarios", cuando en realidad controlaban los mercados cripto desde un núcleo cerrado.
La primera prueba de ese presunto esquema oculto y fraudulento habría sido el token $M3M3, que se lanzó en diciembre pasado. Tras el éxito de aquella maniobra, los acusados intentaron repetir la fórmula a mayor escala dos meses después, con el lanzamiento de $LIBRA, el 14 de febrero de este año. Esta vez, según los demandantes, decidieron sumar un ingrediente explosivo: la apariencia de respaldo oficial del presidente Javier Milei.
"Con respecto al lanzamiento de $LIBRA, los demandados de Kelsier orquestaron una narrativa según la cual el token era 'la moneda de Argentina' y que estaban asesorando al presidente Milei", plantearon. "El tuit público de Kelsier Labs, en el que afirmaba estar 'orgulloso de asesorar a @JMilei en la consecución de este objetivo en Argentina', constituye una afirmación concreta y fáctica de una relación de asesoramiento profesional con un jefe de Estado. Esto no es una mera fanfarronada sobre ser 'los mejores'; es una afirmación concreta diseñada para transmitir credibilidad, respaldo oficial del Estado y un riesgo reducido", arguyeron.
Para fomentar esa falsa apariencia, Davis cultivó un vínculo con Milei y lo utilizó para fabricar la narrativa de que $LIBRA era "la moneda de la Argentina", vinculada a un supuesto proyecto estatal denominado "Viva La Libertad" (VLL). En simultáneo con el lanzamiento, además, se activó un sitio web que presentó la iniciativa como un programa del Gobierno. Y el mismo día, el Presidente compartió en la red social X una fotografía con Davis y un mensaje que generó expectativa entre sus seguidores. El propio Milei publicó luego una declaración de apoyo al proyecto y compartió el enlace al sitio y a la dirección del token.
El efecto fue inmediato, según los demandantes. Miles de pequeños inversores ingresaron al mercado convencidos de que el proyecto contaba con respaldo gubernamental. "En realidad, no existía ningún programa VLL", aclararon. "Fue una fachada improvisada para atraer a las víctimas mientras los acusados ejecutaban, detrás de escena, un sofisticado vaciamiento de los fondos depositados."
Así, durante el atardecer del 14 de febrero pasado, los acusados habrían extraído más de 44,5 millones de USDC y unos 249.000 SOL de los fondos de liquidez en menos de dos horas, a través de una red de 150 billeteras intermedias creadas para ocultar los movimientos y coordinadas entre sí, evidencia de que el vaciamiento o "rug pull" fue "ejecutado en espejo", con una precisión imposible para actores externos al núcleo de control. "No se trató de un fracaso de mercado, sino de un robo planificado desde el origen", enfatizaron.
Para Hayden Davis, Benjamin Chow, Kelsier Labs y Dynamic Labs Limited, la "class action" no tiene asidero. Primero, porque las criptomonedas y los "memecoins" son activos inherentemente especulativos y los inversores sabían, por tanto, que podían perder todo su dinero. Segundo, porque no existió un patrón delictivo continuado, sino "incidentes aislados" sin conexión entre sí, por lo que no correspondería aplicar la Ley RICO sobre crimen organizado. Y, por último, porque las leyes de protección al consumidor de Nueva York no son aplicables porque las operaciones se realizaron en plataformas descentralizadas, sin un nexo territorial suficiente con ese Estado.
Frente a las objeciones de Davis, Chow y los demás acusados, los demandantes replicaron que la volatilidad del sector de las criptomonedas, "memecoins", tokens y otros activos virtuales "no autoriza a mentir". Por el contrario, argumentaron, en mercados de alto riesgo las afirmaciones que sugieren estabilidad, legitimidad o respaldo oficial resultan aún más determinantes para el inversor promedio.
"Confusión deliberada"
Los acusadores, sin embargo, no sólo cargaron contra Davis, Chow y Meteora. También apuntaron contra la empresa británica Dynamic Labs Limited (DLL), a la que enrostraron operar como un escudo jurídico para Meteora. Según el expediente, DLL habría sido utilizada como pieza de una "estrategia de confusión deliberada" destinada a confundir al tribunal y desviar la responsabilidad de los hechos e impedir que la Justicia identifique cuál fue el verdadero núcleo operativo del fraude.
Así, los impulsores de la "class action" reafirmaron que Davis y demás demandados violaron múltiples normas. Entre ellas, las leyes de negocios generales del Estado de Nueva York que prohíben los actos engañosos y la publicidad falsa, así como los principios de enriquecimiento sin causa. Además, se invoca la ley que penaliza el crimen organizado ("RICO Act"), al afirmar que los fraudes de $M3M3 y $LIBRA conformaron un mismo patrón de actividad delictiva continua, y no episodios aislados como argumentaron las defensas.
Uno de los pasajes más comprometedores de la presentación judicial colocó a Benjamin Chow bajo la lupa. En una grabación incorporada como evidencia, el propio Chow admitió tras el colapso de $LIBRA: "La arruiné porque lo habilité [a Davis]; no debí haberlo hecho". Para los demandantes, esa frase equivale a una confesión de su rol central en el esquema.
Ahora, la jueza federal con asiento en Nueva York, Jennifer Rochon, deberá evaluar si admite los pedidos de los acusados y desestimada la "class action" o si decide avanzar, lo que convertiría el expediente en uno de los casos más emblemáticos sobre fraude cripto transnacional, con derivaciones en Estados Unidos, España y la Argentina.
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