El acuerdo con el Tesoro le mete presión al lobby de Sigman contra las patentes

29.09.2025
laboratorios locales. Estados Unidos reclama la firma. El dueño del Grupo Insud, Hugo Sigman. El dueño del Grupo Insud, Hugo Sigman.
laboratorios locales. Estados Unidos reclama la firma. El dueño del Grupo Insud, Hugo Sigman. El dueño del Grupo Insud, Hugo Sigman.

Por Ignacio Fidanza

Las consecuencias del rescate del Tesoro norteamericano de la administración Milei están lejos de conocerse, pero empiezan a trascender algunas exigencias. La presión para que Argentina desarme el swap con China, que obligaría al Gobierno a cancelar de inmediato una deuda de USD 5.000 millones, es apenas la punta de un iceberg que posiblemente condicione fuerte lo que queda del mandato de Milei.

El otro tema que volvió a la agenda es la adhesión de la Argentina al régimen global de protección de patentes, un reclamo que todos los gobiernos de Estados Unidos han colocado como prioritario en sus negociaciones con la Argentina.

Ya en su visita al país en abril, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, planteó la necesidad de que la Argentina se sume al PCT, Patent Cooperation Treaty, tratado de protección de patentes que engloba a más de cien países. La Argentina, por presión de los laboratorios locales que lideran Hugo Sigman y Daniel Sielecki es de los pocos países que no firmaron ese tratado junto a naciones muy poco libertarias como Venezuela y China.

Sin política no hay tesoro

Sielecki fue el principal aportante de campaña de Milei y una prueba de su buena relación es que su sobrino Ian Sielecki fue nombrado como embajador en Francia, así como la infuelcia decisiva de Sigman en la embajada en España, país donde tiene su base europea. Sigman, Sielecki y la familia Gold son socios en el laboratorio Elea, entre otros emprendimientos en el sector y llevan la voz cantante en la cámara de laboratorios nacionales Cilfa.

Cuando Bessent planteó el ingreso de Argentina al tratado de patentes, contaba en el gabinete de Trump con el apoyo de la entonces canciller Diana Mondino, que ya antes de asumir había tomado esa bandera, perfectamente consistente con el ideario libertario. Pero como en tantas otras cosas, Milei dejó de lado sus convicciones ideológicas por razones de poder real.

Sigman, Sielecki y la familia Gold son socios en el laboratorio Elea, entre otros emprendimientos en el sector y llevan la voz cantante en la cámara de laboratorios nacionales Cilfa.

"El despido de Mondino tuvo mucho que ver con su pelea con los laboratorios nacionales", recuerda un diplomático que participó de aquellos diálogos y que recuerda ese momento como "tocar un cable de alta tensión".

La decisión de no sumarse a ese tratado tiene varios efector colaterales. Por ejemplo, Argentina ha quedado relegada en tecnología de semillas -cuya propiedad no está debidamente protegida en el país- y esto se ve en los números. Argentina producía hace una década 60 millones de toneladas y Brasil 90 millones. Hoy Argentina ronda los 50 millones de toneladas y Brasil ya está en 135 millones de toneladas.

Federico Stuzenegger es el rival más persistente que tiene Sigman en el gabinete de Milei. El ministro desrregulador intentó avanzar con la compra de medicamentos a la India, muchos más baratos -porque están subsidiados- que los nacionales, y también se chocó con Milei. Lo mismo ocurrió con el monopolio de la vacuna contra la aftosa que tiene el dueño del Grupo Insud. Es tan grande el poder de este empresario que logró que vuele por el aire el titular del Senasa, cuando intentó avanzar sobre ese negocio, que implica la compra de vacunas para 50 millones de cabezas, dos veces por año. Una negocio fabuloso garantizado por el Estado.

Sigman se relaciona directamente con los presidentes y tuvo una influencia decisiva sobre Cristina Kirchner, Mauricio Macri, Alberto Fernández y ahora Milei. Uno de sus mayores aliados en la política es el ex ministro de Salud, Juan Manzur, que cuando ocupaba esa cartera en 2012 firmó un decreto que es la piedra angular de la protección a los laboratorios nacionales.

Apenas asumió, Sturzenegger firmó una resolución anulando el decreto de Manzur, pero el ministro de Salud, Mario Lugones, la metió en un cajón, en el que continúa. Se trata de genet muy poderosa al punto que la familia Kovaliker no descarta que el estallido del escándalo de las coimas de su droguería este vinculado con la creciente pelea que tenían con los laboratorios del Cilfa por el precio de los remedios.

Es curioso como funciona la administración de Milei. El régimen actual complica severamente el patentamiento de productos de laboratorios extranjeros, con el atendible argumento que es necesario proteger a una "industria naciente" como la de los laboratorios nacionales. Ahora, esta sensibilidad industrialista no alcanza a sectores como la industria metalmecánica o textil. ¿Será porque no contribuyen a las campañas electorales de los libertarios en tiempo y forma?

Apenas asumió, Sturzenegger firmó una resolución anulando el decreto de Manzur que protege a los laboratorios nacionales, pero el ministro de Salud, Mario Lugones, la metió en un cajón, en el que continúa.

De hecho, en su "bilateral" de tres minutos con Trump, Milei ni intentó plantearle la situación de los aranceles al acero y el aluminio, dos industrias poderosas y que dan empleo de calidad en la Argentina. Se contentó con darle el print de su tuit de respaldo y elogios, para que se lo devuelva ante las cámaras como obsequio. Papelones de la diplomacia autocelebratoria.

La posible reaparición del tema de las patentes responde al corazón del pensamiento trumpista, que tiene en el libro "No trade is free" de Robert Lighthizer a su principal ideólogo. Lighthizer fue un funcionario central del primer mandato de Trump y quien le dio arquitectura ideológica a sus instintos mercantilistas y sobre todo, anti China.

Y aquí a la administración Milei se le cruzan cables rojos: el negociado con las cerealeras para levantar las retenciones por 24 horas benefició sobre todo a la multinacional china Cofco, que solita se aseguró embarques libres de aranceles por USD 1.200 millones. Protección para bloquear el ingreso de laboratorios estadounidenses, más beneficios directos a China en soja, parece demasiado hasta para los muy comprensivos trumpistas, con el único aliado regional importante que les queda. 

Fuente:

https://www.lapoliticaonline.com/politica/el-acuerdo-con-el-tesoro-le-mete-presion-al-lobby-de-sigman-contra-las-patentes/