El peronismo de Llaryora se le planta a Milei y lo acusa de "cruel" y "chiflado"
Tras apoyar el aumento a jubilados, el PJ cordobés cruzó a Milei con todo: lo tildan de "chiflado" y "cruel". El clima político se recalienta fuerte.
Por Juan Manuel Villarreal
A solo un día de habilitar a sus diputados a votar a favor del aumento a jubilados, el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, dio vía libre a un giro discursivo que sacudió al ecosistema político: su espacio comenzó a lanzar críticas directas y sin filtro contra el presidente Javier Milei, a quien calificaron como "cruel" y "chiflado".
El peronismo cordobés se endurece y apunta directo a Milei
La primera en abrir fuego fue la ministra de Desarrollo Humano de la provincia, Liliana Montero. En declaraciones a radio Continental, apuntó con dureza:"Existe crueldad cuando se ajusta bajo la justificación del déficit fiscal sin importar si eso afecta la humanidad de los ciudadanos. La crueldad que existe cuando el Presidente agravia, denosta y violenta a un niño de 12 años; también cuando se denosta a uno de los hospitales más importantes de América Latina y sus trabajadores".
Aunque Montero no proviene del peronismo tradicional, su cargo en el Ejecutivo provincial le dio peso institucional a una definición que hasta ahora no se había escuchado en Córdoba con tanta claridad.

"Un presidente chiflado": la frase que encendió al peronismo clásico
Más directo aún fue el intendente de Alta Gracia, Marcos Torres, quien por televisión dijo sin medias tintas: "Tenemos un presidente que es un chiflado: se pelea con uno, se pelea con otro; habla con los perros; no es una persona cuerda, coherente; un día te putea y al otro día te invita a comer milanesas".
Torres, conocido por su tono confrontativo, fue desde el inicio un crítico de la política económica libertaria. Fue él quien encabezó desde el Panal el cuestionamiento a Luis "Toto" Caputo cuando el ministro de Economía presionaba a las provincias para que bajaran impuestos. En ese momento, el intendente fue tajante: "Es muy fácil hablar sin tener contacto con los abuelos que no pueden comprar sus medicamentos, las madres que no pueden alimentar a sus hijos o los trabajadores que no pueden pagar el transporte. Seguramente usted no los conoce ni los recibe".
El trasfondo político: el factor Natalia de la Sota
Detrás del giro discursivo hay también una jugada política clave: incomodar a Natalia de la Sota, quien se prepara para competir por fuera del esquema de gobierno en la renovación de su banca en Diputados. Con estructura propia y financiamiento listo, busca cosechar al menos el 8% de los votos en Córdoba.
Esa movida representa un riesgo para Llaryora, que intenta consolidar un "partido cordobés" con perfil propio y multicolor. Si De la Sota avanza con éxito, podría aglutinar a los sectores heridos del peronismo que no encuentran espacio en la nueva construcción política.
"Si Natalia se va de Hacemos Unidos a un proyecto personal, necesitaríamos retener a votantes tradicionales del peronismo que hoy no la están pasando bien con Milei", admiten en el PJ cordobés.
PJ Córdoba: discurso crítico para cuidar la base
El nuevo tono del PJ cordobés responde a una estrategia de contención: marcar diferencias claras con la gestión nacional sin romper completamente los lazos institucionales. Llaryora mantiene su postura de "colaborador crítico", pero libera a figuras clave para que canalicen el descontento social con el Gobierno nacional.
Mientras tanto, en el peronismo territorial —como en el departamento Santa María, donde los hermanos Torres ostentan fuerte presencia— se comienza a construir un discurso opositor que puede tener impacto en el electorado desencantado con Milei. Por ahora, Llaryora juega al equilibrio. Pero en el tablero cordobés, las piezas ya empezaron a moverse.
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