Tropezó el gobierno que se llevaba todo por delante

22.12.2025

La supuesta topadora mileísta no termina el año con las ínfulas que calculaba. Hay límites que ni los opodialoguistas están dispuestos a atravesar.

Por Eduardo Aliverti

Lo sucedido en el Congreso entre miércoles y jueves ratificó que algunos escenarios importantes continúan en disputa, cuando para los apresurados ya parecía que el oficialismo se encaminaba a poco menos que un lecho de rosas.

Es cierto que el Gobierno continúa jugando solo en iniciativa política y fijación de agenda. Absolutamente todo lo que se discute tiene origen en lo hecho, dejado de hacer, cumplido o incumplido por los Milei.

Ese aspecto incluye aberraciones, como la del Presidente yendo a uno de los streaming de sus bufones para reflexionar que en las marchas de jubilados les enseñan "a bañarse" gracias al camión hidrante. "La caprichosa", expresó sobre ese furgón represivo ante el festejo de coreutas frente a los que vale admitir una insolencia de vulgaridad y ordinariez ilimitadas. Un síntoma de época que no es menor a la hora de analizar cómo fue que llegamos hasta aquí, y con quién.

Sigue sin haber algo que siquiera se relacione con algún impacto opositor, aunque sí puede citarse cómo la administración bonaerense no sólo logra sostenerse en medio del ahorque a que la somete Casa Rosada. También, sin ir más lejos, consigue mantener y proyectar obra pública en simultáneo con el parate completo de la gestión nacional.

Sin embargo, encima de tener que arreglárselas a los tumbos, esas conquistas carecen del rebote mediático necesario. Por lo demás, siempre que hablemos del campo propositivo, en la oposición permanece el desierto que Fuerza Patria pudo cubrir con su unidad parlamentaria. Imprescindible para vencer a los violetas, aun cuando no fuera más que en la coyuntura de estas votaciones.

El acto de la CGT podría definirse como estimable, no tanto por la cantidad de concurrentes sino porque la central "reapareció" con un triunvirato nuevo que, hasta demostrarse lo contrario, dejaría atrás a figuras totalmente desgastadas y de credibilidad nula. En ciudades del interior, que no cuentan con repercusión en la prensa de alcance nacional, hubo manifestaciones significativas.

Se verá qué actitud toman los dirigentes cegetistas cuando empiece la pelea de fondo. La clave, antes que por el lanzamiento o no de un paro general con muy dudosos efectos, está en la capacidad combativa que exhiban y en la articulación con sectores políticos resueltos a confrontar.

Mientras, cabe anotar que la supuesta topadora mileísta no termina el año con las ínfulas que calculaba.

Probable o seguramente inyectado por esa presunción, el Gobierno coló en el proyecto presupuestario el "capítulo" que encerraba al "artículo" de liquidar el financiamiento a las Universidades y otras delicias consabidas y rechazadas, una y otra vez, en el Congreso y en la calle.

En principio, todos los voceros gubernamentales advirtieron que, tal como llegó al Senado, el Presupuesto será deficitario. Y que, en consecuencia, no lo aceptarían.

Si se diera esa eventualidad, habrá que hurgar en cuántos antecedentes hay de un Gobierno que veta su propio Presupuesto.

Es difícil no porque no quieran, sino por tratarse de una de las exigencias de Washington: no puede haber otro año sin que ese instrumento sea sancionado, bajo amenaza de rechazar el perdón (waiver, en la jerga) que Argentina requiere tras incumplir las metas acordadas con el FMI.

¿O acaso se olvidó que éste es un Gobierno intervenido por una potencia extranjera?

Para peor, respecto de las intenciones oficiales, la reforma laboral se cayó en el Senado hasta comienzos de febrero porque, dijo la ex Comandante Pato con una ternura republicana que ni ella gestualizó creer, debe profundizarse el diálogo y contemplar todas las propuestas.

Lo real es que el Gobierno y sus operadores legislativos tuvieron, nuevamente, una torpeza complicada de describir. Sólo se revelaron eficaces para negociar a los responsables de la Auditoría General de la Nación.

En el proyecto de Presupuesto Nacional, según las fuentes más fidedignas, fue Caputo Toto quien insistió en contrabandear "el artículo del capítulo". Pero en Diputados no había ningún alfil que hubiera tratado de avisar -no ya de negociar- esa intención. Ni en Diputados ni desde los operadores del Ejecutivo.

Teléfono para Diego Santilli, ministro del Interior para mayores datos, quien en teoría era el encantador de serpientes que daría en el clavo al que nunca le acertó Guillermo Francos. En verdad, nunca le permitieron acertar porque todo lo que negociaba concluía en La Hermanísima derrumbándoselo.

En cuanto a la reforma laboral, no hubo manera de que Bullrich, tan oronda ella en el cruce con José Mayans, disciplinara a la tropa. Agachó la cabeza y anunció que en febrero volverán a verse tras eso de incorporar "las ideas" surgidas, que como todo el mundo conoce tendrá tensos a los legisladores durante enero. Otro chiste capusottiano.

En el Gobierno siguen preguntándose qué falló y, entre jueves y viernes, se desató la indagación sobre quiénes fueron los "traidores" y/o los ineptos.

Sacan la cuenta de que todos los gobernadores con peluca, "peronistas" o directamente propios, estaban arreglados como para no encontrar sorpresas en la inclinación de sus representantes.

Habían girado a esas provincias la plata que consideraron decisiva, a fines de asegurar voluntades. Una bicoca imprecisa -son giros discrecionales- que llega hasta 65 mil millones de pesos. Beneficiaron a Chaco, Entre Ríos, Chubut, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Río Negro, Neuquén y Misiones.

Es relativamente increíble que en Casa Rosada interpreten a la rosca política como algo tan lineal. Tan imperturbable. Tan ajeno a condiciones de último momento, a presiones de la temperatura callejera, a cómo deben guardarse formas que no semejen llevarse todo por delante.

En resumen, el Gobierno tropezó cuando menos lo esperaba y no fue solamente -sí en primer lugar- por la impericia, insensibilidad y soberbia de sus acciones en el Congreso.

Hay límites que ni los opodialoguistas están dispuestos a atravesar, so pena de quedar marcados así fuere por una conciencia culposa que aparece de tanto en tanto.

Esto ya ocurrió durante el año, con derrotas legislativas del Gobierno, en medio de un ambiente que presagiaba desplome oficialista en las elecciones generales de octubre.

Esos diputados y senadores, tan prestos a ofertas de única o variada naturaleza, van y vienen según lo que respiran del clima político y social.

En términos pretenciosamente brasileños, son aspirantes a constituir el Centrao parlamentario que extorsiona al poder central con su poder de fuego. Acá no les fue bien y de Provincias Unidas mudaron a Hundidas, pero esa es una apreciación de número legislativo en su carácter de bloque en las Cámaras. Bloque unificado no es lo mismo que una cantidad de sueltos dispuestos a borocotear a la primera de cambio.

Las cosas argentinas son diferentes y con un Kueider puede alcanzar y sobrar para que se apruebe la Ley Bases, por ejemplo. Pero vaya ejemplo.

Ese Centrao de Brasil es un grupo amplísimo de índole histórica en una sociedad con dirigencia y raíces esclavócratas, frente a las que Lula hizo y hace milagros progresistas con una capacidad de liderazgo admirable. Acá resultan un maxikiosco y en la semana, inorgánicos como son, le pasaron factura a este Gobierno que se identifica por la improvisación, la falta de muñeca y los arrebatos (dentro, entendámonos, de lo resolutivo que es para aplicar su programa de ajuste brutal).

Que estos traficantes vayan para un lado u otro depende de la voluntad del Gobierno para cumplir con las promesas que les reparten, desde ya. Y otra de las características de los Milei es no satisfacer lo que les prometen a sus aliados. Los miembros del extinto PRO pueden dar cátedra al respecto. Si hay alguna duda, luego de esta semana, consultar a Cristian Ritondo.

Pero también son gente sensible frente a alguna conducción política -nacional, claro- que presente rumbos alternativos firmes, indispensables, consensuados. Una oposición deshilachada, sin referencias de liderazgo, invita a que los sueltos se multipliquen y caigan en las redes de la billetera oficial. Una con algún grado de organicidad, capaz de recrear expectativas, es otro cantar.

Si esto último llegara a brotar, se acentuará lo ocurrido en materia de modositos y ofertados que no resisten votar afirmativo para desfinanciar a las Universidades públicas, al Garrahan, a la asistencia de gente con discapacidades.

Si no pasa, seguirán ofrecidos a fondos que nunca sufren motosierras y la caída que el Gobierno tuvo que aguantar, en ambas Cámaras, será simplemente un tropezón que rectificará en febrero o cuando las circunstancias lo indiquen.

En cualquier caso, por lo menos se confirmó aquello de que todavía hay disputa. Una esencia argentina que "lo Milei" no termina de derrotar.

Fuente:

https://www.pagina12.com.ar/2025/12/21/tropezo-el-gobierno-que-se-llevaba-todo-por-delante/