Crisis total en la UCR de Catamarca: piden la expulsión de 40 dirigentes que fueron candidatos por LLA

La conducción partidaria hizo una presentación de desafiliación ante la Justicia Federal. Un sector disidente del Comité Provincia reaccionó y sostuvo que la acción "constituye un grave atropello institucional y un nuevo síntoma del deterioro".
La Unión Cívica Radical (UCR) de Catamarca se encuentra sumida en una crisis interna cuyo nuevo capítulo es un pedido formal de expulsión para los afiliados que participaron como candidatos de otras fuerzas políticas en las elecciones legislativas nacionales de octubre. Estos comicios coincidieron con la renovación de cargos en el Poder Legislativo provincial, en donde también hubo hechos similares. Las desafiliaciones son impulsadas por la conducción partidaria y generó la respuesta inmediata de un sector que tiene peso dentro del centenario partido, que sostuvo que se trata de "un grave atropello institucional".
El partido está encabezado por el diputado provincial reelecto Luis Fadel, quien elevó a la Justicia Federal con competencia electoral un listado de dirigentes cuya requerimiento de desafiliación se sostiene en un artículo de la Carta Orgánica partida, que prevé la expulsión automática de quienes compitan por espacios distintos a la UCR. La mayoría de los involucrados integró listas de La Libertad Avanza.
El documento elevado a la Justicia Federal detalló que son 40 los afiliados alcanzados por el pedido, distribuidos en distintas categorías y partidos. Entre ellos están el exdiputado nacional Francisco Monti, electo diputado provincial; María Laura Quinteros, que también ganó una banca en la Cámara baja provincial; Juan Pablo Acevedo, María Silvana Carrizo y Hemilce Anabel Niz. El listado se completa con radicales que también fueron candidatos a concejales en la capital provincial y departamentos del interior, tanto por LLA como por otras fuerzas: Primero Catamarca, Hacemos, Con Vos Podemos, el Movimiento de Integración y Desarrollo, la alianza Andalgalá por una Catamarca Mejor, entre otros.
"Se deben tomar decisiones de fondo, sin titubeos, es el único modo para empezar a reconstruirnos como partido. Si no se hace, qué ejemplo de consecuencia e ideales le estaríamos dando a las nuevas generaciones", reflexionó a Ámbito un dirigente de la actual mesa de conducción. "Es una medida profunda, antipática pero necesaria", cerró. Sus palabras están el línea con lo que sostuvo Luis Fadel luego de la jura como diputado provincial, al ser consultado sobre la situación partidaria.
"El radicalismo inició un ciclo interno para fortalecerse y abrir la participación a todas las generaciones. Es una nueva etapa y serán bienvenidos todos, los jóvenes, las generaciones intermedias y cada radical que realmente quiera aportar", expresó el presidente de la UCR.
La reacción
A horas de haberse realizado la presentación de expulsión, miembros del Comité provincial del radicalismo y disidentes de la conducción partidaria criticaron la decisión con un duro pronunciamiento firmado de la vicepresidenta del Comité Provincia, Natalia Heredia, junto a los secretarios Bruno Latronico, Exequiel Lagoria, Germán Romero y Marita Vergara.
En el escrito exigen la "inmediata revisión" de la medida y reclamaron la restitución del funcionamiento pleno del Comité. "La UCR Catamarca no puede seguir siendo administrada por pocos ni secuestrada por intereses personales" criticaron y sostuvieron que las expulsiones "constituyen un grave atropello institucional y un nuevo síntoma del deterioro que sufre el partido a manos de un pequeño grupo de dirigentes que, lejos de fortalecer la vida interna, han optado por apropiarse de las estructuras partidarias como si fueran un patrimonio personal".
Los disidentes recordaron que en la última Convención Provincial, que es el máximo órgano del partido, se había autorizado a armar alianzas y que jamás se le dio permiso al Comité Provincia ni a su presidente para sellar acuerdos exclusivos con un partido determinado, ni a impedir la participación de otras fuerzas. En relación a los pedidos de expulsión, insistieron en que no hubo convocatorias, ni la participación de los órganos que la Carta Orgánica exige para la toma de decisiones de esa naturaleza. "Aun así, un sector reducido, que viene manejando el partido a puertas cerradas, avanzó con sanciones disciplinarias sin cumplir el mínimo requisito democrático: consultar al órgano legítimo y representativo del radicalismo catamarqueño" remarcaron. No descartaron en ir a la Justicia para impugnar la decisión de la conducción.
La crisis
El radicalismo catamarqueño sufrió un brutal revés en las elecciones legislativas provinciales de octubre. La alianza Somos Provincias Unidas, integrada por la Unión Cívica Radical y el partido Movilización, obtuvo apenas el 9,06% de los votos, por lo que quedó relegada al tercer lugar detrás del oficialismo de Fuerza Patria y LLA. Pero el golpe más significativo para el radicalismo se dio en la capital provincial, en donde Somos Provincias Unidas obtuvo solo el 4,21% de los votos y quedó afuera del Concejo Deliberante por primera vez, desde 1983.
El resultado se tradujo en un fuerte retroceso en bancas: de las seis bancas que el radicalismo ponía en juego en la Cámara de Diputados provincial, solo logró renovar dos, las de Luis Fadel y Alicia Paz; mientras que Alfredo Marchioli, Alejandra Pons, Carlos Marsilli y Cristina Gómez culminaron sus mandatos en diciembre, sin haber sido reelectos.
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